El Hospital público Universitario Puerta de Hierro Majadahonda ha implantado de forma pionera en la Comunidad de Madrid el primer dispositivo cardiaco insertable disponible en Europa. Este holter programable a distancia elimina la necesidad de que el paciente deba desplazarse al centro sanitario en caso de necesitar algún ajuste. Se trata, por tanto, de un recurso importante en un contexto de pandemia por COVID-19 como el actual. Aún más al estar indicado personas vulnerables, como son los pacientes de patologías cardiacas.
Este holter subcutáneo es novedoso también porque permite la monitorización continua y a distancia de afectados por arritmias cardiacas. Lo hace además durante un periodo de hasta cuatro años y medio. Hay que recordar que habitualmente este tipo de aparatos tienen una duración media aproximada de tres años. El innovador dispositivo ha sido colocado de forma simultánea y por primera vez a enfermos de otros nueve hospitales españoles de referencia en cardiología.
En el caso del Hospital Puerta de Hierro se ha seleccionado a una paciente de 86 años aquejada de síncopes de repetición de causa no explicable. El objetivo era investigar la causa subyacente de la aparición de estos síncopes. De esta forma es posible elaborar un diagnóstico y pautar un tratamiento adecuado para la mujer. La misma ya ha sido dada de alta y evoluciona favorablemente.
Holter programable y telemedicina
Este holter programable está indicado fundamentalmente para la monitorización de arritmias cardiacas de alto riesgo. Especialmente en personas con sospecha de presencia de episodios de fibrilación auricular, el tipo de arritmia más común. También en aquellos que han sufrido un accidente cerebrovascular de causa desconocida y que necesitan un seguimiento a largo plazo. Asimismo, también se recomienda su uso en enfermos con síncopes recurrentes de causa no explicable, como es el caso del caso que ha tenido lugar en Puerta de Hierro.
Respecto a la intervención para implantar el holter programable, esta consiste en la inserción subcutánea del dispositivo a partir de una incisión de menos de un centímetro en la región pectoral izquierda. La cirugía de implantación del dispositivo dura entre 5 y 10 minutos. Se trata de cirugía mínimamente invasiva. De esta forma, la lleva a cabo un equipo de profesionales especialistas en cardiología y enfermería. Además, aunque esta primera intervención se ha realizado en una sala de electrofisiología, las características del dispositivo permiten que su inserción no tenga que realizarse obligatoriamente en una de estas salas o en el quirófano. Esto facilita todavía más su uso. Una vez finalizada la operación, el paciente puede irse a casa.
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