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jueves, 1 de julio de 2021

La escasa percepción de gravedad de la insuficiencia venosa empeora las complicaciones

La escasa percepción de la insuficiencia venosa (IV) como una enfermedad crónica que requiere ser tratada y el abandono del tratamiento a los primeros síntomas de mejora pueden agravar las consecuencias de esta patología. Una idea en la que han coincidido los diferentes especialistas que han participado en el webinar ‘Tratamiento de la Insuficiencia Venosa’ organizado por Stada.

Se calcula que afecta a la mitad de la población adulta, sin embargo, la leve apreciación de los pacientes sobre esta patología hace que en ocasiones no se trate con la contundencia requerida.

La enfermedad venosa es motivo frecuente de consulta. Según los datos del doctor Francisco Mera, médico de Atención Primaria en el Centro de Salud El Pla, en Sant Feliu de Llobregat, el 70% de los pacientes que acuden a la consulta presenta esta patología sin saberlo. De estos, un 53% tienen varículas, el 35% varices y hasta un 2% úlceras cutáneas, sin embargo “estamos ante la gran desconocida de las enfermedades”.

El paciente no lo percibe como una patología

Los principales síntomas de la insuficiencia venosa (IV): calambres, picor, inflamación y pesadez de piernas; señales percibidas por el paciente como leves, molestas o, incluso, estéticas, pero no como una enfermedad en sí misma, indica la farmacéutica comunitaria, Ana Urruchi.

En ese punto, la boticaria ha destacado el importante papel que juega el farmacéutico en cuanto a la profilaxis de la IV explicando el para qué del tratamiento. “No hay que recomendar caminar sino explicar el funcionamiento de bomba gemelar y cómo le influye el ejercicio”. “A una persona con hipertensión no se le ocurre abandonar el tratamiento. Pero otra con IV lo deja en el momento en el que se encuentra mejor”, añade. Por eso es importante incidir en la importancia de la adherencia.

Manejo básico de la IV

En lo que se refiere al tratamiento, el doctor Mera explica que en Atención Primaria las principales medidas terapéuticas son el vendaje y las medias elásticas de compresión. A mayor grado de la lesión, mayor compresión. La compresión normal se recomienda en venas varicosas con o sin edema, la fuerte cuando se presenten alteraciones tróficas cutáneas o úlceras, y la muy fuerte cuando hay úlceras recurrentes.

En el caso del tratamiento farmacológico, el especialista recomienda los fármacos venotónicos que han demostrado eficacia de una triple acción: protección de las paredes venosas, reducción de edemas e hinchazones y fomento de la microcirculación y oxigenación. “La combinación de estos medicamentos con la terapia compresiva mejora los resultados”, indica.

Eficacia de las oxerutinas

En cuanto al arsenal terapéutico, las oxerutinas han demostrado ser más eficaces que la combinación de diosmina y hesperidina en la mejora de edemas y microangiopatías del paciente con IV. Además, fármacos como Venoruton han mostrado una mejor tolerancia gastrointestinal al tiempo que no interactúa con otros medicamentos como anticoagulantes. “Tengamos en cuenta que muchos pacientes son pluripatológicos y polimedicados”, explica el doctor.

“Este fármaco, además, ha demostrado mejorar la calidad de vida de los pacientes en un 46% frente a un 15% sobre diosmina más hesperidina y previene el deterioro del sistema venoso distal y evita la aparición de ulceraciones en pacientes con IV, diabéticos y con complicaciones del síndrome postrombótico”, ha subrayado.

La insuficiencia venosa en la mujer

La insuficiencia venosa también es una enfermedad que aparece con frecuencia en las mujeres. Según el doctor José Luis Gómez Palomares, ginecólogo en el Cefivba Wilson Fertility, en Mallorca, son varios los cuadros patológicos de la IV en la mujer: varices en piernas, (la sufren el 15%-20%), las varices vulvares (4% y hasta 7% en el embarazo) y el síndrome de congestión pélvica (el 15%).

“Esta elevada frecuencia hace que sea una enfermedad que debe ser bien conocida por los ginecólogos y que se debe investigar en cada revisión ginecológica general, especialmente en las mujeres con algias pélvicas crónicas”, asegura el especialista. Sin olvidar que las alteraciones venosas son muy frecuentes durante el embarazo. “El útero gestante puede llegar a ocluir completamente el flujo vascular de la vena cava en el de cúbito lateral derecho”.

Fármacos durante el embarazo

Para su manejo, el ginecólogo recomienda las medidas dietético-higiénicas generales, apoyarse en el consejo del farmacéutico y el uso de oxerutinas: antioxidantes y bioflavonoides derivados de la rutina. “Han demostrado ser eficaces en el manejo de la IV y se pueden utilizar durante el embarazo a partir del segundo trimestre”.

El doctor Gómez Palomares añade que estos fármacos también son eficaces en el manejo de las hemorroides que también aparecen con frecuencia durante la gestación. En este sentido y pese a que Venoruton no está aprobado en esta indicación, el Ministerio de Sanidad en la Guía de Práctica Clínica de la Asistencia al Embarazo y al Puerperio Normal avala el uso de las oxerutinas para el tratamiento de las hemorroides en la mujer embarazada.

Abordaje quirúrgico de la IV

Otra forma de abordar la insuficiencia venosa es desde la perspectiva quirúrgica. Según el doctor Fidel Fernández, cirujano vascular en el Hospital Clínico de Granada, existen diferentes técnicas. Los métodos clásicos como el stripping, la flebectomía o la cura chiva; y los más actuales que son las terapias endovenosas.

La terapia endovenosa térmica consiste en la reducción y obliteración de la vena afectada mediante la aplicación de energía calórica a través de una sonda que se inserta en la vena. “Se puede hacer mediante láser, radiofrecuencia y mediante vapor de agua”, explica el especialista.

Por su parte, la terapia endovenosa química consiste en una inyección de un agente esclerosante en el interior de la vena. Ésta produce una endotelitis conduciendo a una reacción inflamatoria, fibrosis y posterior cierre y desaparición de la misma. “De este modo podremos evitar la vía quirúrgica”.

Para el cirujano vascular estas opciones no son finalistas. Pueden combinarse en función del paciente, del problema venoso que presente y el desarrollo de la enfermedad. “En general, todas las técnicas tienen buenos resultados y son eficaces en el tratamiento de las varices”, indica.

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