Asociaciones científicas internacionales abogan por una medición clínica de la PA estandarizada

El control eficaz de la presión arterial (PA) depende de una medición precisa. Esta es la declaración conjunta de 13 organizaciones científicas de todo el mundo que han realizado un informe, con el objetivo específico de enfatizar la importancia de la medición clínica estandarizada de la PA y de introducir un enfoque pragmático para su aplicación en la práctica clínica.

La medición de la PA en la clínica o consulta es uno de los procedimientos más habituales en la práctica médica. En la mayoría de los entornos de todo el mundo, la estimación del nivel habitual de PA de un paciente se basa en mediciones clínicas, a menudo como único método disponible.

En este documento, la medición clínica estandarizada de la PA se refiere a las lecturas obtenidas siguiendo los procedimientos de un protocolo que incluye los pasos recomendados por la mayoría de las guías prácticas. Requiere la preparación del paciente, así como especificaciones sobre el entorno, el equipo, procedimiento de medición y la forma en que se registran las lecturas de PA. La falta de estandarización en la medición de la PA es un problema grave y frecuente en la práctica clínica contemporánea que afecta a la seguridad y la salud de los pacientes y al rendimiento del sistema sanitario.

Desde hace varias décadas, las guías de práctica clínica y las declaraciones científicas han proporcionado instrucciones detalladas sobre la medición clínica de la PA. A pesar de estos esfuerzos, la normalización no se aplica en la mayoría de las prácticas clínicas porque a menudo se subestima su importancia se considera que los pasos necesarios requieren mucho tiempo.

“Aunque, cada vez es mayor el cuerpo de evidencia que respalda el papel de la vigilancia y control de la presión arterial (PA) con mediciones realizadas fuera de la consulta, ya sea con automedida (AMPA) o con dispositivos de monitorización ambulatoria (MAPA), lo cierto es que la inmensa mayoría de los ensayos clínicos que han abordado umbrales de tratamiento, cifras objetivo de PA y fármacos antihipertensivos han utilizado mediciones realizadas en consulta mediante protocolos estandarizados.” declaró el doctor Mario Baquero, vocal de la Asociación de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC)

Los protocolos no se usan en la práctica clínica

El problema es que “dichos protocolos rara vez se aplican en práctica clínica real por diferentes motivos: saturación de consultas con tiempo limitado por paciente, falta de material (equipos validados, manguitos de dimensiones adecuadas para pacientes con circunferencia braquial superior a la media…) y de espacios (sala silenciosa con temperatura confortable) adecuados, insuficiente formación y coordinación del personal sanitario, etcétera”, añadió el especialista.

Las consecuencias de hacer mediciones sin protocolos estandarizados “son lecturas inexactas, muy variables de una consulta a otra, que hacen muy complicado alcanzar objetivos de tratamiento.  En la mayoría de las ocasiones las cifras obtenidas en mediciones no estandarizadas son mayores a las registradas con métodos adecuados, lo que en general se traduce en sobretratamientos, que pueden resultar en efectos secundarios y estos, a su vez, en desconfianza por el paciente y mala adherencia que termina de cerrar un círculo vicioso del que es difícil salir”, aseguró el cardiólogo.

Por su parte, Guadalupe Fontán, coordinadora del Instituto Español de Investigación Enfermera del Consejo General de Enfermería (CGE), señaló que “debido a la enorme y creciente incidencia mundial de la HTA, es evidente que resulta preciso mejorar todos los aspectos de su prevención, diagnóstico, tratamiento y control por la carga que esta patología supone para cualquier sistema sanitario”. Para la enfermera, “es de suma importancia medir adecuadamente la PA para el diagnóstico y manejo óptimos de la HTA, pero existen evidencias de que la mayor parte de los errores en la medición de la PA se producen en la variabilidad de la toma y por ello es preciso simplificar, estandarizar y automatizar las prácticas de medición, así como también garantizar la adecuada formación, capacitación y certificación de todas las personas que vayan a realizar la toma.”

Posibles errores de medición

“La falta de estandarización en la medición de la presión arterial aumenta el nivel de variabilidad y, por consiguiente, la probabilidad de originar errores de medición. Si dicho nivel de variabilidad no se reduce al mínimo, siempre se va a mantener un rango de error lo suficientemente amplio como para dar lugar a un diagnóstico y tratamiento erróneo en el paciente”, subrayó.

En esta línea, “los protocolos de medición estandarizados en consulta permiten un diagnóstico y evaluación del control de la HTA más preciso. Esto no solo permite evitar infra- y sobretratamientos, sino que da la seguridad de actuar bajo el paraguas de la medicina basada en la evidencia en cuanto a consecución de objetivos clínicos demostrados en los distintos ensayos clínicos”, confirmó el doctor Baquero.

“Un protocolo de medición estandarizada mejoraría la situación, de manera que establece unas directrices de referencia que siempre han de seguirse a la hora de realizar dicha técnica de medición. No obstante, existen barreras que afectan al seguimiento de los protocolos, como la falta de entrenamiento en profesionales, las dificultades de implementación en un contexto clínico real, o la falta de tiempo o recursos. La superación de estas barreras garantizará el cumplimiento de los protocolos de medición, haciéndolos sostenibles”, destacó Guadalupe Fontán.

Más programas e investigación

“Sería necesario crear programas que ayuden a adquirir las habilidades necesarias para la medición correcta de la PA y su mantenimiento en el tiempo, a través de cursos de capacitación que proporcionen certificación en medición estandarizada, que permitieran promover y fundamentar las mejores prácticas de medición. También sería necesario más investigación para determinar los mejores métodos de impartir la capacitación y para establecer cómo y dónde realizarla”, subrayó la enfermera.

Este documento de consenso es una declaración de los autores, quienes representan la posición de una o más organizaciones sanitarias profesionales y otros socios sanitarios. No pretende ofrecer una revisión exhaustiva de la de la literatura o un resumen de otras directrices detalladas, ni tampoco conciliar las diferencias entre las directrices. En su lugar, trata de equilibrar el rigor de las técnicas de medición de la PA en todos los ensayos clínicos sobre HTA con el pragmatismo necesario en la práctica clínica diaria. El objetivo último de esta declaración conjunta es garantizar que las organizaciones sanitarias, los profesionales y los pacientes puedan tener una mayor confianza en que las mediciones de la PA utilizadas para guiar el tratamiento y que se mejoren los resultados clínicos.

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