¿Nos enfrentamos a las primeras etapas de lo que podría llamarse un renacimiento del entorno sanitario?

¿Quién es un emprendedor en salud en la era de la tecnología?

Somos los disruptores. Y la sostenibilidad del nuevo modelo sanitario depende de nosotros.

 Cuando pienso en el espíritu emprendedor innovador, a menudo lo comparo con la práctica clínica del médico. Muchas veces parece tener una intuición de sexto sentido cuando ve a un paciente, llegando a un diagnóstico sorprendente y preciso en solo unos minutos. Pero lo que parece ser intuición es, de hecho, un juicio convergente respaldado por miles de experiencias en la resolución de problemas clínicos: una nueva aplicación de las lecciones aprendidas a una situación nueva (Kahneman, 2013).

Mirando al profesional de la salud, con su intuición y su bagaje de experiencias, sus sacrificios personales y su largo camino en pos de salvar vidas, encontramos la base de la medicina personalizada y de precisión del futuro. Y también encontramos en él, la base del espíritu empresarial de la tecnología de la salud.

La emprendeduría en tecnología de la salud surge de una necesidad común de cubrir las necesidades no cubiertas de los actuales sistemas de salud y la creación de un sentimiento de propósito “el porqué” de esta transición hacia el nuevo modelo de salud.

Este es un ecosistema donde los humanos están en el centro, empoderados por su tecnología. La economía circular impulsa su sostenibilidad, lo que significa que un paciente autónomo y empoderado obtiene un diagnóstico temprano y medidas de prevención clave en lugar de depender de intervenciones costosas y tardías.

La fuerza impulsora principal del nuevo panorama de la atención médica es el deseo de lograr una economía circular dentro de la arquitectura del modelo de atención médica. De hecho, este ha sido un objetivo para la Organización Mundial de la Salud desde 2018, y es uno de los pilares de las directrices actuales de la Unión Europea.

Como establecen las directrices de la OMS de 2018, la “economía circular» de nuestros planes de negocio de tecnología de la salud debe perseguir un crecimiento sostenido en el tiempo basado en modelos de negocio sostenibles. En otras palabras, diagnóstico temprano, optimización de los viajes de los pacientes y evidencia mejorada del mundo real de los resultados de la atención médica” (OMS, 2018).

Pero, por supuesto, hasta ahora hay poca sostenibilidad en el cuidado de la salud. Para volvernos sostenibles, debemos ser inteligentes: invertir sabiamente y preservar el empoderamiento de los pacientes. Esto significa que debemos habilitar la auto-referencia, el cambio de comportamiento, el auto-diagnóstico basado en datos, el abordaje personalizado, la recopilación de historiales clínicos y el auto-manejo habilitado por Inteligencia Artificial.

Verán un reservorio estratégico de soluciones de salud farmacológicas y digitales, y el empoderamiento de los pacientes para manejar sus propias condiciones de salud, la recopilación de datos anónimos de alto valor que impulsan la investigación y el desarrollo de soluciones optimizadas y, finalmente, la oferta de altos estándares de salud personalizada y de precisión que respondan a las necesidades reales y únicas de cada paciente.

Y es justo el campo de la tecnología de la salud está impactando en todo el ecosistema de atención médica al reducir los costos, tanto financieros como humanos, de avanzar en este futuro sostenible. Pues cierra el círculo, diseñando productos desde el principio que están destinados a ser reutilizados, reciclados y redistribuidos dentro de la economía para lograr los objetivos de sostenibilidad y cambio climático.

Acercándonos cada vez más hacia una medicina más personalizada y holística. La idea es simple: no hay carga de patología si no ocurre ninguna patología. Si bien la medicina holística permite el acortamiento de la ventana terapéutica del paciente desde su diagnóstico temprano hasta su mejor pronóstico y recuperación.

Y más que esto, ya estamos comenzando a predecir resultados de ensayos clínicos in-silico sin pacientes al probar las opciones de terapia de gemelos digitales de pacientes reales para identificar la terapia óptima individualmente (Schueler, 2021), (Nikles, Daza, McDonald, Hekler , y Schork, 2021).

Hoy en día, la medicina holística de alto rendimiento está habilitada por la convergencia de la inteligencia humana y artificial (Topol, 2019). Y en ninguna parte fue esto más evidente que durante la pandemia pudimos desarrollar una vacuna en un tiempo récord gracias a la metodología computacional actual y prospectiva (Hwang, et al., 2021).

Y así pues, el modelo está evolucionando rápidamente a medida que la nueva tecnología permite a los pacientes tomar el control de su propio viaje de atención médica, a medida que la prevención y el diagnóstico temprano reemplazan a la medicación y a medida que la atención médica se traslada del hospital a nuestros hogares y a nuestra vida cotidiana.

Además de un cambio hacia la economía circular, el ecosistema sanitario está experimentando un segundo cambio sísmico en su arquitectura: la digitalización. Los ciberciudadanos o netizens (ciudadanos de internet) crecen en número. Hay aproximadamente 4660 millones de usuarios activos de Internet en todo el mundo: el 59,5 % de la población mundial. De este total, el 92,6% (4.320 millones) accede a internet a través de dispositivos móviles (Statista, 2021). En otras palabras, la mayoría de la población mundial son nuevos pacientes cibernéticos potenciales, pacientes que son diagnosticados por medio de redes informáticas.

Nos enfrentamos a las primeras etapas de lo que podría llamarse un renacimiento del entorno sanitario.

 Necesitamos más que innovación en las nuevas empresas de tecnología de la salud para impulsar la sostenibilidad. Nosotros, el sector público y privado, presionamos y tiramos por la innovación, pero debemos considerar el ecosistema: comprender que los objetivos de salud pública y privada pueden alinearse y hacer que suceda.

Si bien todos formamos parte de la expansión de este ecosistema es difícil precisar el número exacto de emprendedores en tecnología de la salud, la capitalización de mercado de la industria es reveladora. En 2019, el mercado global de salud digital tenía un valor estimado de $175 mil millones. Con una tasa de crecimiento anual compuesta prevista de casi el 25 % entre 2019 y 2025, el mercado de la salud digital debería alcanzar casi los 660.000 millones de dólares para 2025. Ese crecimiento, y la rápida inyección de inversión necesaria para impulsarlo, está creando un interés público considerable y sostenido en la industria de startups de tecnología de la salud, sin mencionar la atención atraída por Covid-19.

Y con el crecimiento de la inversión en la industria, decenas de miles de empresarios de tecnología de la salud están inundando el mercado con la esperanza de mejorar la atención médica para las generaciones futuras. Por ejemplo, hay más de 32.000 empresas de healthtech en Europa, y el 63% de las activas se han construido en los últimos cinco años. Esta es una comunidad global próspera y que engloba una comunidad divergente que puede ser desde  un estudiante de medicina en España con una innovación que propone  impacta ampliando la matriz de valor de la atención médica o un receptor de financiación de la Serie B en San Francisco busca globalizar su empresa dentro del ecosistema de tecnología de la salud.

Entonces, ¿cuál es el problema principal? Que las autoridades sanitarias y los seguros médicos no pueden cubrir todas las necesidades sanitarias de todos los ciudadanos. Sin embargo, hay una nueva solicitud de atención y gestión de la atención mejorada y estandarizada en todo el ciclo de vida de la patología de un paciente.

Y cuando me pregunto hacia dónde vamos, pienso que sin duda el siguiente paso es la fusión de la tecnología con la salud.

En otras palabras, los nuevos productos de tecnología de la salud deben aportar valor para reducir los costos totales del gasto en salud y mejorar los resultados clínicos. En consecuencia, la economía de la salud y la base de la economía circular debe ser optimizar el viaje del paciente, pasando de la prevención y el diagnóstico precoz a un mejor pronóstico. Se trata, por ejemplo, de detectar el cáncer cuando aparece la primera célula cancerígena y no en la etapa tardía.

¿Es posible este enfoque? En algunos casos.

Pues, en respuesta al sentido de urgencia heredado de la pandemia, y en respuesta a la explosión de avances tecnológicos en los últimos años, incluidos los sistemas de inteligencia artificial, big data, herramientas de realidad virtual, dispositivos médicos portátiles, telesalud y tecnología móvil 5G, muchos campos, incluido el sistema de salud, han experimentado una transformación digital completa y rápida.

Comenzando desde la base, los actores en el ecosistema de la salud deben poder comprender las soluciones tecnológicas que se emprenden.

Necesitan familiarizarse con el nuevo marco digital porque permite la comunicación entre ellos fácilmente y de manera estandarizada, lo que acelera la curva de adopción y permite que los actores de la industria crezcan juntos rápidamente y se mantengan al día con la interrupción constante.

En 2021, la Comisión Europea presentó una visión y vías para la transformación digital de Europa para 2030, evolucionando en torno a cuatro puntos cardinales: habilidades, infraestructuras, empresas y gobierno (Comisión, 2021). Así pues, la integración de las nuevas tecnologías dentro de los sistemas de salud pasa por la esencialidad de los partenariados público-privados lícitos y honestos.

En esta línea, la mayoría de los países, incluido España, recién están comenzando a integrar diferentes modelos de adopción para recopilar, fusionar y usar los datos con Inteligencia Artificial. Y aceleran sus desarrollos para rastrear y optimizar el estándar de atención y robotizar las decisiones que actualmente toman los humanos. Todo ello mejorará la calidad de vida del paciente y presentará enormes oportunidades para la consolidación de la tecnología de la salud.

Pero si bien el acceso gratuito a los sets de datos anonimizados y tokenizados de registros clínicos de los pacientes, los datos de población y la información privada, como los códigos genéticos, ofrece un potencial increíble, también es difícil de administrar y determinar quién es el propietario, si bien el propio paciente. En consecuencia, la emprendeduría en tecnología de la salud tiene una gran responsabilidad y debe trabajar en estrecha colaboración con las autoridades sanitarias y los reguladores para garantizar que estamos procesando de manera inteligente y segura los datos dentro de la Internet de las cosas médicas (IoMT); después de todo, está aquí para quedarse.

Otro cambio importante en el panorama de la atención médica, vinculado con la economía circular y la digitalización, son los nuevos estándares de Atención de Alto Valor AAV (High Value Care HVC). La creciente demanda de transparencia en torno al coste, la calidad y la seguridad está impulsando la integración de los sistemas de salud basados ​​en datos. Para finales de  2019, alrededor del 15 % del gasto mundial en atención médica fue asociado con algún tipo de modelo de atención basado en el valor (T-hub, 2018).

Teniendo como objetivo conectar ciudades inteligentes, hospitales inteligentes y entornos inteligentes de tecnología de la salud (Health, 2021). AAV implica reestructurar la prestación de atención médica hacia los resultados medibles y de alto impacto que más importan a los pacientes. Esta es una transición de la orientación anterior de la industria de la salud enfocada en el pago por los servicios hacia un nuevo modelo donde el pago del gasto sanitario tiene que ver con AAV siendo la consecución de resultados de salud y extensión de los años de vida ajustados por Calidad (Quality Adjusted Life Years QALYs) del paciente su prioridad.

Sin embargo, AAV permitiría que la atención médica abarcara a todas las personas y las incorporará al estándar de atención que merecen, sin dejar a ningún paciente atrás.

 Si bien en tecnología y medicina, ¿cierto es pues el “no dejar ningún paciente atrás” motivo por el que nos impulsamos a avanzar emprendiendo en nuestro día a día adoptando e incorporando en nuestra praxis herramientas innovadoras que nos hacen ser  mejores profesionales?

 Recuerde: el ecosistema del cuidado de la salud necesita nuestras soluciones de tecnología de la salud; somos los impulsores de los sistemas de salud del futuro.

 

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Artículo adaptado del libro “Healthtech Innovation. How Entrepreneurs Can Define and Build the Value of Their New Products”, por Silvia Micalo.

 

Detalles de contacto del autor

Teléfono: (+34) 679 926 957

Correo electrónico: silvia.micalo@sunshineoxygen.com

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