El 75 por ciento de los profesionales de Atención Primaria (AP) considera que los servicios de salud debieran de tener más en cuenta a la AP. Este es uno de los datos más relevantes del estudio realizado por la Sociedad Española de Directivos de Atención Primaria (SEDAP) y EL MÉDICO INTERACTIVO, con el patrocinio de Sanofi.
El informe se basa en los resultados de una encuesta, llevada a cabo en dos oleadas: pre y post pandemia, en la que los profesionales de AP han dado respuesta a un total de 12 preguntas abiertas, que han ofrecido una amplia visión del sentir de este nivel asistencial. Los resultados, además, son significativos porque en ella han tomado parte 117 profesionales sanitarios: 21 directivos, 16 manos intermedios, 52 médicos, 14 miembros del colectivo de enfermería, 2 de administración y 12 de otros colectivos sanitarios, con representación de todas las comunidades autónomas, lo que da una visión de conjunto y globalidad destacables.
En las conclusiones, que iremos desgranando y analizando en una serie de artículos que se publicarán periódicamente en EL MÉDICO INTERACTIVO, quedan de manifiesto esos problemas de la asistencia pública en la primera línea de actuación, que es la AP; pero también el análisis de los profesionales y, sobre todo, los planteamientos que presentan expertos en el día a día de la atención sanitaria.
Falta de inversión
La demanda por parte de los encuestados de una mayor dotación presupuestaria es un continuo a lo largo del sondeo. Por eso, el momento es clave para definir la fórmula de financiación, pero también cómo gestionar lo que ya se dispone, según el sentir de los profesionales.
Pasada la pandemia, se plantea la convivencia de la atención presencial y la online y en qué proporción; el organigrama de competencias profesionales y la gestión de la demanda en las Comunidades Autónomas bajo el prisma de una atención básica similar en todas ellas y, por supuesto, con el objetivo de ofrecer la mejor atención sanitaria a la ciudadanía, sin olvidar que el nuestro es un sistema de salud público, universal y gratuito.
Para casi el 80 por ciento de los encuestados, el principal problema de la AP es la falta de inversión y los problemas organizativos. A la pregunta de por dónde empezarían a transformar la gestión para impulsar los servicios de AP, el 62 por ciento de las respuestas indican que se centrarían en mejorar las circunstancias en el ejercicio profesional (adecuada dimensión de plazas, cupos y agendas), las condiciones laborales y retributivas.
Los encuestados reconocen que hay una parte importante de AP que padece burn out, en más de un 50 por ciento motivado por la sobrecarga de trabajo y la falta de recursos. En cuanto a los elementos que más les importan, señalaron la satisfacción de los profesionales y de los pacientes (9,12 por ciento y 7,48 por ciento respectivamente).
En relación con la formación que necesitan los gerentes de AP, el 28 por ciento abogan por la gestión de personas y trabajo en equipo y el 19 por ciento por competencias de liderazgo y comunicación. También consideran clave la profesionalidad y capacitación.
Destaca también la importancia dada a la necesidad de inversión en tecnología de bajo coste, un 37,44 por ciento indican que, si dispusieran de una partida extraordinaria para dotación tecnológica, la destinaría a dotación de material informático y nuevas tecnologías y el 18, 26 por ciento a telemedicina.
Pacientes crónicos
A estas alturas de la evolución de la pandemia COVID-19, que transita con altibajos hacia endemia, está muy claro que las prestaciones sanitarias de la AP han resultado cruciales en el Sistema Nacional de Salud, tanto en la vigilancia epidemiológica como en el seguimiento a crónicos y pluripatológicos, en la atención domiciliaria… demostrando, una vez más, la imbricación directa de la AP con el entorno que la rodea y la cohesión social que proporciona su actuación cotidiana como referente directo de salud.
Uno de los retos de la AP es dar respuesta a las necesidades de pacientes crónicos y frágiles. Por eso, a los encuestados se les demandó que indicaran las posibles soluciones que darían a uno de los mayores problemas de la AP.
En esta cuestión, el 17,81 por ciento aboga por una mayor importancia de la enfermería, un 13 por ciento por incrementar la atención a domicilio, seguido del 8,90 por ciento que hace hincapié en contratar más personal sanitario.
Consultados sobre aspectos organizativos, y, en concreto, sobre la gestión integrada, el 69 por ciento manifiesta no tener conocimiento sobre la misma. De los que afirman sí conocerla, el 52,73 por ciento de los encuestados tiene una opinión negativa, mientras que el 20 por ciento la evalúa de forma positiva.
Sin apoyo suficiente
Del estudio se desprende que el 75,1 por ciento de los que han formado parte de este informe sostiene que, a pesar de que las consejerías aseguran apostar firmemente por la AP, la realidad difiere mucho de lo dicho por las instituciones sanitarias; mayoritariamente sostienen que se podría hacer más, bastante más. Otro dato significativo es que, en general se demanda una profesionalización de la función directiva en AP.
El análisis estadístico de la encuesta ha sido realizado por el sociólogo Javier Hernando Rodríguez. Las conclusiones del estudio, la puesta de manifiesto de las carencias y necesidades ha dado como resultado un informe en el que se recogen también la propuesta de la SEDAP de una serie de ámbitos en los que trabajar de manera inmediata.
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