¿Cuál ha sido y es el papel de su sociedad en la pandemia?
Sobre todo, estamos centrados en los hospitales, pero también los que trabajan en áreas de Salud Pública. Siempre hemos estado dedicados en la prevención de enfermedades, pero vamos a centrarnos en la parte de transmisibles. La especialidad se constituyó a final del año 80 pensando en cubrir problemas de los centros sanitarios, no la vigilancia, la prevención y el control de las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria. Luego se amplía al ámbito de Salud Pública y a todas las enfermedades transmisibles. Llega la era COVID-19, de una pandemia que estamos pasando todavía, y nos sitúa como las personas más capacitadas para responder a ella; desde la detección de anticipación a la vigilancia epidemiológica. Es un proceso clave en estas situaciones.
¿Han participado en la elaboración de documentos de consenso?
Hemos participado en la redacción de muchísimos de los documentos que están en la página del Ministerio de Sanidad. Ahora hay muchas gráficas, muchos indicadores, mucha información en todos los sitios, pero al principio era muy distinto. Puedes consultar los documentos de diferentes actuaciones y en todos ellos aparecían la Sociedad de Preventiva.
¿Y en el seguimiento y evolución de la pandemia?
En el ámbito comunitario, hemos estado participando en comisiones de seguimiento de brotes y de control de los profesionales. Ahora estamos en un escenario donde todo se ha madurado. Se han consolidado los procedimientos y tenemos muy bien definidos los protocolos, con los semáforos con los niveles de riesgo y qué hacer en cada momento. Eso no acaba ahí. Creo que es una oportunidad de oro el poder trabajar sobre esta experiencia para conseguir lo que durante muchos años hemos solicitado; la creación de la Agencia Española de Salud Pública, con unas actuaciones dirigidas a evitar futuras pandemias y problemas de Salud Pública desde diferentes ámbitos donde tenemos que estar posicionados.
¿Se debe fomentar más la prevención?
Hay que poner énfasis en lo que siempre hemos pedido, en la prevención más que en los tratamientos. No solo en los hospitales, sino también en tener centros o servicios de Medicina Preventiva y Salud Pública que puedan atender a toda la población con un número de recursos y un número de profesionales suficiente para para trabajar en todas aquellas enfermedades que afectan a la comunidad.
¿Cómo está siendo la vacunación frente a la COVID-19?
Desde el principio hemos estado luchando por conseguir la vacuna. Desde que llegaron las primeras hemos estado pidiendo y reclamando que se contará con nuestros especialistas para su gestión. Creemos que ha habido un cierto retraso en la aplicación o en la realización de la manera más conveniente de los procesos de vacunación. De la misma manera que hemos aprendido con la vigilancia epidemiológica, la propia vacunación es una medida más de control que ha ido mejorando.
El contexto que estamos viviendo, ¿está generando confianza en la prevención?
Tenemos que aprovechar esta situación para consolidar los servicios de los centros de vacunación en hospitales y la relación con Primaria. Es algo que si aprendemos bien y somos capaces de darle el valor tiene que generar esa confianza en los especialistas de Medicina Preventiva y de Salud Pública para llevar a cabo estas funciones, pues va a mejorar mucho la salud de la población en otros ámbitos donde había ciertas amenazas, como, por ejemplo, el posicionamiento antivacunas o algunas dudas de educación sanitaria.
¿Qué otras medidas han llegado para quedarse: mascarilla, distancia social…?
Todo esto es un proceso de principio y final. No es la primera pandemia que se ha producido en la historia. Sabemos que, por ejemplo, en la gripe del 18 hubo que utilizar mascarillas como ahora y había comportamientos de higiene de manos que se estaban olvidando. Cuando la inmunidad del grupo empiece a hacer su efecto, lógicamente volveremos a la normalidad. Creo que no tardaremos mucho más de 5 o 6 meses en empezar a ver cómo dejamos de aplicar el plan de medidas. También es verdad que se han visto beneficios personas con alergias al utilizar mascarillas. Se va a entender mejor que si alguien tiene una gripe, no puede ir a trabajar sin ella. Es decir, se tomarán estas precauciones.
¿Cuáles son los objetivos de la SEMPSPH?
Los objetivos la actual junta, que pronto cumpliremos dos años, es adecuar cambios bastante importantes a la especialidad en diferentes en diferentes aspectos. Por un lado, ganar la confianza de los socios, con medidas como abaratar costes de los congresos para poder ofrecer el acceso a conocimiento científico. Nuestra revista también aporta, favoreciendo la participación de cualquier socio a la hora de difundir sus trabajos.
¿Tienen alguna actividad específica para los médicos en formación?
Potenciamos el valor de los residentes que se están incorporando en los últimos años. Trabajamos con ARES, la asociación de residentes, porque queremos hacerles fácil la pertenencia a la sociedad y la participación en los congresos. Queremos darles una visión global y además ir acompañados para no perder las sinergias con otras sociedades, con las cuales hemos intentado que haya objetivos comunes. Queremos buscar una integración con todas las sociedades autonómicas. Para eso, hemos abierto las puertas para que las cuotas sirvan tanto para la autonómica como para nacional, que tengan acceso a la misma web donde podamos compartir documentos.
¿Qué papel tiene la formación en sus objetivos?
En estos momentos una de las claves de la formación es la actualización del programa de la especialidad de la Comisión Nacional de la Especialidad. Yo formo parte de ella, al igual que nuestra vicepresidenta. Llevamos cerca de dos años trabajando en un nuevo programa de la especialidad. Tras caer la troncalidad, hemos seguido trabajando, aprovechando lo bueno que tenía, para ver competencias y habilidades. Valorando hacer una formación más práctica, más basada en el aprendizaje, junto a otros profesionales.
¿En qué áreas quieren trabajar?
No estábamos tan posicionados, por ejemplo, en calidad y seguridad del paciente, competencias que habitualmente se trabajaban por parte de los preventivistas, pero no teníamos un reflejo claro en el programa de la especialidad. Otro aspecto que se votó, que se aprobó en la Comisión Nacional y que el Ministerio lo aceptó, es el cambio de denominación de la especialidad. Ahora somos Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene. Lo que propusimos y aprobamos por mayoría en votación es ser Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria.
¿Por qué incluir Gestión Sanitaria?
Por ejemplo, en Italia, para ser director de hospital hay que ser preventivista. Aquí, muchos de los gestores son de formación preventivistas.
¿Qué participación tienen en las campañas de prevención diseñadas desde la Administración?
Al principio de la pandemia sí que estuvimos presentes en muchos documentos del Ministerio, porque nosotros teníamos mucho avanzado. En estos momentos, probablemente, ha habido una cierta politización. Por ejemplo, en la comisión interterritorial para tomar decisiones sobre vacunas hemos visto que tiene una parte lógicamente de base científica, pero han tenido una parte importante también de politización y de presión económica.
¿Qué peso puede tener una sociedad científica en esas campañas?
Nosotros, como sociedad científica, tenemos nuestras iniciativas, pero no vamos todos de la mano. No es porque no queramos, sino porque nosotros no estamos en todas las campañas. Cuando nos han pedido que colaboráramos, lo hemos hecho, pero podríamos hacer bastante más en ese respaldo a las campañas. Es una forma de refuerzo de los mensajes preventivos. Creo que la gente cuando ve que la información viene de un profesional o de las sociedades científicas espera más que cuando viene del ámbito de la Administración o del político.
¿Con qué sociedades tienen más relación y trabajo en conjunto?
Además de con todas las sociedades autonómicas, sobre todo la valenciana y la andaluza, que están ya federadas, este año hemos trabajado con ARES. También con otras sociedades de otros ámbitos hemos tenido participación. Por ejemplo, con la Sociedad Española de Sanidad Ambiental, con los que pudimos participar en un documento para la preparación de los hospitales militarizados.
¿Y en asuntos no relativos a la COVID-19?
Hemos trabajado en temas de legionelosis, en problemas ambientales en los centros sanitarios y en hacer recomendaciones para mejorar la calidad del aire. Otra de nuestra área de actuación es el uso de equipos de desinfección y de renovación del aire utilizando de diversas tecnologías.
¿Cómo ha sido la colaboración en la pandemia?
Pensamos que no es el momento de dispersar muchos tipos de especialistas, sino, como hemos visto en la pandemia, contar con profesionales más polivalentes que puedan ayudar en todos los ámbitos. Es importante que estén los internistas para ofrecer una visión más humanizada y holística de la persona, que puedan contar con el apoyo de la súper especialización. Hemos tenido reuniones con Pediatría, que tenía que estar en todo el proceso de la organización de la pandemia. Estuvimos colaborando en algunas reuniones con la Medicina Familiar, pues es fundamental, sobre todo porque consideramos que la Medicina se traslade cerca de las casas, que sea más humanizada, más de familia y que solo se acuda al hospital cuando sea imprescindible. Hay que acercar la Sanidad a la gente y no la gente a los hospitales. En ese sentido, hemos estado trabajando en estas ideas en los congresos nacionales COVID-19, tanto en el primero como en el segundo. Hemos participado activamente en los dos.
¿Qué papel tiene FACME en esa colaboración entre especialidades?
Perfecta, hemos estado hablando con ellos continuamente. A través del grupo de vacunas hemos participado en distintos aspectos relativos a la prevención en diferentes actividades, como es el documento que ha sacado FACME sobre la tercera dosis, al igual que en los demás.
¿Se conoce la labor que hace la especialidad de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene?
Hace dos años y medio teníamos que explicar continuamente en qué consistía nuestra especialidad. Ahora se ha visto que tenemos la capacidad de detectar un problema y de aplicar medidas preventivas. Evaluar la situación y proponer medidas correctoras. Esto es lo que hacemos, pero la gente no lo conocía. La COVID-19 ha hecho que se entienda un poco lo que es nuestra sociedad. Ha sido un exitazo por parte nuestra, pero es muy duro tener que pasar una pandemia para que se nos vea.
¿Qué se puede hacer para mejorar la cobertura de vacunación de gripe en personal sanitario?
Es un clásico. Durante mucho tiempo hemos tenido dificultad para conseguir que algunos compañeros se vacunen. Hasta en casa (en el hospital) tenemos dificultad para que los sanitarios vengan a nuestros servicios de vacunas. Necesitamos hacer una demostración más práctica, y ahora estamos viendo cómo las vacunas están salvando muchas vidas. Vamos a estudiarlo y vamos a ver cuál es el impacto de la vacunación, pues estamos seguros de que va a mejorar muchísimo hablar de sus logros.
¿Qué piensa sobre la vacunación de la gripe en altas hospitalarias de personal de riesgo?
Hoy día estamos vacunando a personas que están en grupos de riesgo. Ahí somos los referentes, pero no perdemos ninguna oportunidad para ampliarlo a la población familiar que viene acompañando a esos pacientes. Si cumple los criterios por la enfermedad de base, sí podemos los vacunamos.
¿Qué se puede hacer para favorecer que la vacunación de gripe en mayores de 65 años sea la que define la OMS del 75 por ciento?
La cuestión clave es la educación sanitaria. Si no conseguimos que, desde pequeños, en los colegios, los niños entiendan que antes de comer se deben lavar las manos, que, si están resfriados, igual no deben de ir al cole o ir con la mascarilla, y que la vacunación es una medida preventiva que salva miles de vidas todos los años, pues no vamos a ningún lado. Esa educación sanitaria en los colegios es fundamental. De igual manera, es fundamental que haya campañas de promoción y un apoyo institucional de la administración sanitaria y no sanitaria para mejorar las coberturas vacunales. Muchas de las muertes anuales por gripe son evitables. Estamos dejando de atender lo más básico y lo más barato, que es la prevención de la enfermedad en la población general.
¿Cómo valora la administración conjunta de la vacuna de la COVID-19 y la gripe?
Estamos vacunando desde siempre en indicaciones específicas. Ahora lo único que añadiremos es una vacuna más al calendario vacunación habitual. Tenemos que ver los resultados de los estudios que se están haciendo y si hay alguna variante nueva que pudiera obligarnos a tomar decisiones
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