Si el término acetaminofén no te resulta familiar, seguramente lo reconocerás por su nombre de marca, Tylenol, un medicamento que los padres administran a sus niños para bajarles la fiebre, o aliviarles un dolor o malestar.
En la proporción correcta para cada edad es un
excelente aliado, pero hay que tener cuidado: en dosis excesiva puede
resultar tóxico y dañino, según advierte a los padres y al público en
general un reciente comunicado de la Administración de Alimentos y
Medicamentos (conocido como FDA, por sus siglas en inglés).
Cuando Eduardo comenzó a ir a la guardería a los tres añitos, una de
las primeras cosas que trajo de vuelta a casa ¡fue un virus! Su
pediatra le recomendó reposo, líquidos y acetaminofén o Tylenol para la
fiebre. Cuando se agotó el que quedaba en el frasco, el papá de Eduardo
pensó que no había razón para ir corriendo a comprar uno nuevo a la
farmacia cuando en el botiquín tenían un frasco de acetaminofén
concentrado que usan cuando se enferma su bebé de 9 meses. “Le doy a
Eduardo una cucharadita más de éste que es para bebitos y así le hace
efecto”, pensó. ¡Un grave error!
Según la doctora Sandra Kweder, de la Oficina de Nuevos Medicamentos
de la Administración de Medicamentos y Alimentos (o FDA), cuando el
acetaminofén que se vende en forma de gotas concentradas (para bebés) se
le administra a un niño mayor en una cantidad más elevada (una
cucharada, por ejemplo), puede ocasionar una sobredosis fatal.
Desafortunadamente, es un error muy común. Según la doctora Kweder, ése
es precisamente el problema más grande con el uso del acetaminofén:
darle a los niños, sin querer, la dosis equivocada.
Y bueno, puedes preguntarte, ¿por qué es tan fácil equivocarse con la
dosis de acetaminofén o Tylenol? ¿Es que las instrucciones para su uso
no vienen bien claras en los envases? Por supuesto que sí, pero
analicemos las razones.
En primer lugar, la confusión puede derivarse en parte por la gran
variedad de opciones del mismo producto, que viene en diferentes
concentraciones e instrucciones de dosificación para niños en distintas
edades de desarrollo. Son tantas las que hay en el mercado que a veces
no se sabe ni cuál escoger. Compruébalo la próxima vez que vayas a la
farmacia: echa una ojeada a la cantidad de opciones para el
acetaminofén: envases en diversos tamaños, colores, para el día, para la
noche, para bebés, para niños de 2-4 y la lista continua.
En segundo lugar, muchas personas no leen las instrucciones completas
o se confían pensando que si es un medicamento tan común debe ser
totalmente inofensivo.
Pero aún cuando los padres sean extremadamente cautelosos en la
administración del acetaminofén, es posible que se produzca una
sobredosis si el niño está tomando más de un medicamento que lo contenga
como ingrediente activo (uno para bajar la fiebre, otro para aliviar
la tos y el dolor de garganta o para contener la secreción nasal, por
ejemplo). ¿Cómo es posible? Pues porque el acetaminofén se encuentra
también en esos medicamentos para el catarro o para la tos. De hecho,
se encuentra en la fórmula o composición de más de 600 medicamentos ya
sean recetados o de venta libre.
Entonces, ¿es seguro usar acetaminofén o no? Si se siguen las
instrucciones del envase, el acetaminofén es por lo general seguro y
efectivo. Pero si el niño toma más de lo indicado puede producirle
náuseas, vómitos o dolor en el abdomen.
En la actualidad, la FDA está revisando las recomendaciones para
unificar la dosificación y la potencia del medicamento (hoy día existen 7
potencias en el mercado), así como para establecer estándares más
precisos para las unidades de medida del envase (vienen lo mismo en
mililitros, que en cucharadas que en centímetro cúbicos).
Para darle acetaminofén a tu hijo, sigue los siguientes consejos:
- Nunca le des más de una medicina que contenga acetaminofén a la vez. Para saber si un medicamento de venta libre (sin receta) lo contiene, busca el nombre acetaminofén (acetaminophen) en donde están los: datos acerca de la medicina (Drug Facts) en la sección en la que se enumeran los ingredientes activos. Si el medicamento te lo recetó el médico, pregúntale al farmacéutico.
- Selecciona la medicina de venta libre adecuada para la edad y el peso del niño. La sección del envase que tiene las instrucciones te indica si la medicina es la adecuada para tu hijo y qué cantidad debes darle. Si la dosis para la edad o el peso del niño no aparece en el envase o no tienes claro cuánto debes darle, es mejor que consultes con el farmacéutico o con el pediatra.
- Nunca le des más cantidad de la indicada. Si la medicina no es suficiente para bajar la fiebre o aliviar al dolor, llama al médico para que te indique qué hacer.
- Si la medicina viene en líquido, usa el medidor que viene con el frasco. Nunca uses una cuchara de mesa común.
- Mantén un registro diario de la cantidad de medicamento que toma el niño y a qué hora se la das para que todos los que están al cuidado del niño sepan exactamente cuándo se le administró la última dosis y no le den otra por accidente.
- Si te saltas una dosis, no le des el doble en la siguiente para compensar la que perdió. Sigue el horario ya establecido.
- Si el niño ingiere accidentalmente demasiado acetaminofén, busca ayuda médica de inmediato, aunque el niño no se sienta mal. Llama a emergencia o llévalo rápidamente a un hospital o centro de atención de la salud. Algunos de los síntomas de sobredosis de este medicamento son: náuseas, vómitos, falta de apetito, sudoración, cansancio, moretones, dolor en la parte superior derecha del abdomen, coloración amarillenta de los ojos y la piel, o malestares como si tuviera una gripe.
Ten mucho cuidado con la administración del acetaminofén o de
cualquier otro medicamento que le des a tu hijo, y en especial, si debe
tomar varios a la vez. Si tienes dudas, llama al pediatra o consulta con
el farmacéutico. Y recuerda de mantener los medicamentos de cualquier
tipo fuera del alcance de los niños para evitar accidentes. Prevenir es
siempre mejor que tener que lamentar.
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