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lunes, 16 de noviembre de 2020

El déficit de hierro, un problema mucho más allá de la anemia

El déficit de hierro es mucho más frecuente de lo que puede pensarse, y no sólo eso, sino que es un problema al alza. En España hablamos de que más del 5% de la población sufre esta patología, que puede llegar hasta el 14% en mujeres menores de 50 años, “una prevalencia mayor de lo que podría esperarse”, y es que estamos hablando de “un problema más importante de lo que se cree”.

Así lo advierte el doctor Luis Manzano, jefe de Medicina Interna del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, quien atribuye esta situación a varios factores, como que se determinan más casos por screening y que se están produciendo cambios importantes en la dieta, “estamos evitando comer productos que permiten la absorción del hierro”. El déficit de hierro, subraya, “es más que la anemia y mucho más común”, con síntomas que pueden ser coincidentes (como falta de energía, cansancio y fatiga…) pero que van mucho más allá: síntoma de piernas inquietas, calambres nocturnos, trastornos y caída del cabello, fragilidad de las uñas, problemas de la mucosa oral, erosiones en la comisura bucal…

El hierro “es un oligoelemento que se necesita no sólo para los glóbulos rojos, sino también para la producción de energía mitocondrial”, de ahí que subsanar su déficit aporte importantes mejoras en la salud. “Tenemos que ser más proactivos a la hora de testar a pacientes con déficit de hierro”, incide, hasta el punto de que “se ha llegado a plantear hacer screening en determinadas poblaciones, las que son más vulnerables”, un abanico que es bastante amplio: menores, gestantes, mayores, enfermos crónicos, pluripatológicos…

“Los pacientes crónicos y pluripatológicos son más sensibles por edad y polimedicación”, ya que pueden estar tomando fármacos que producen pérdida sanguínea, normalmente al generar lesiones gástricas que hacen que la persona afectada elimine algo de sangre. “La causa más común del déficit de hierro es el sangrado crónico, por eso es mucho más prevalente en la mujer menstruante”, apostilla el doctor Manzano.

Infradiagnosticado

Así que teniendo en cuenta que este problema “está infradiagnosticado” y su impacto es bastante superior al que pueda parecer, “hace falta concienciar a la población sobre el tema y también a los médicos”. Los profesionales, asegura, “tenemos que tener esta cuestión más presente y saber que el déficit de hierro no es sólo anemia, que tiene otras manifestaciones que pueden alterar la calidad de vida del paciente y que si se detecta podemos encontrar también lesiones que están ocultas”. Entre estas últimas, “las que tienen una mayor trascendencia en la vida del sujeto son las lesiones ocultas en el colon, incluido el cáncer”.

Para facilitar ese necesario diagnóstico precoz es fundamental una formación adecuada. En este sentido, los conocimientos de los profesionales sobre el déficit de hierro “cada vez son mayores. Podríamos decir que se progresa adecuadamente, pondría un 7,5 de nota media”, apunta el doctor Manzano. En este contexto se enmarcan medidas como el proyecto ‘Con Fe de Hierro’, una iniciativa formativa impulsada por UCB sobre la actual coyuntura y su repercusión en el manejo de la deficiencia de hierro.

“Los profesionales deben tener un conocimiento más dimensionado de la situación, de la gravedad y de la magnitud del problema”, así que las acciones formativas “generan recomendaciones que pueden ser útiles, tanto para médicos generalistas como para especialistas”, detalla. “Conocimiento y recomendación”, incide, son las claves “para que sean conscientes de lo que pasa, que les sea útil para la práctica clínica”. Porque, además, está convencido de que los propios médicos “se van a sorprender del número de casos que van a encontrar de déficit de hierro si se atiende a las señales”.

Mejorar la calidad de vida

Además, es fundamental saber “interpretar los parámetros en el contexto de la clínica que tenga el paciente, a veces el déficit de hierro es más funcional que absoluto”, asociado a un problema de mala absorción del hierro por una enfermedad crónica del paciente. “Tenemos que estar más vigilantes, porque en muchos casos vamos a mejorar la calidad de vida del paciente”.

Los profesionales, subraya el doctor Manzano, cada vez se encuentran más casos de falta de hierro en dos grupos muy concretos, deportistas y veganos. “La gente que practica deporte tiene susceptibilidad a padecer déficit de hierro, sobre todo por la dieta que sigue (a veces muy ricas en hidratos de carbono y vegetales, y con poca carne)”, a lo que se une que, en deportistas que recorren grandes distancias como los maratonianos, hay problemas como consecuencia del traumatismo al golpear en el suelo.

En cuanto a los veganos, la cuestión está también en la alimentación. “Las dietas vegetales contienen hierro férrico, mientras que las proteínas animales, que son de más fácil absorción, aportan hierro en forma ferrosa”, a lo que hay que añadir que estas dietas vegetales tienen componentes como los fitatos, que dificultan la absorción del hierro. ¿La solución? Tomar productos que contengan hierro, como cereales y legumbres, y completar con el consumo de hierro en forma ferrosa si es necesario.

La importancia de la absorción

Y es que la absorción del hierro juega también un papel clave. “La dieta tiene bastante importancia, pero siempre y cuando se absorba bien el hierro”, algo que en ocasiones no se produce por ejemplo si se padece una enfermedad digestiva que todavía no ha dado la cara. “A veces se diagnostica una celiaquía cuya única manifestación es el déficit de hierro, sobre todo en pacientes de edad avanzada”, apunta en este sentido.

Un buen diagnóstico también es fundamental porque los síntomas del déficit de hierro “se pueden confundir con problemas de depresión, hormonales, del tiroides y otras enfermedades crónicas”. Asimismo, está asociado con el síndrome de fatiga crónica, que condiciona mucho la calidad de vida de los pacientes. “Muchas veces son síntomas inespecíficos, fundamentalmente debilidad, cansancio o fatiga, que no tienen por qué estar originados por una anemia”, así que “hay que hacerles una analítica de hierro para descartar”.

En otras ocasiones, el problema es funcional, no absoluto, hablamos de personas cuyo organismo requiere más hierro de lo que sería normal. “No tienen déficit de hierro propiamente dicho según los parámetros, pero es un hierro que no utilizan bien y necesitan más”, lo que se conoce como déficit de hierro por trastorno crónico, “muy prevalente en población con edad avanzada y con insuficiencia cardíaca”.

En definitiva, que la deficiencia de hierro “la puede tener cualquier persona, hay incluso quien dice que antes de los 50 años todo el mundo debería hacerse al menos una vez una determinación de hierro”. Lo que sí está claro, según el doctor Manzano, es que si el paciente tiene los síntomas asociados a este problema, controlar el déficit de hierro “debe formar parte de su evaluación diagnóstica protocolizada”.

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