El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha reconocido la importancia de dotar a la Sanidad de más recursos. En esta línea ha señalado que “tenemos que trabajar para afianzar la inversión sanitaria a corto y medio plazo. Por ello, se aumentarán progresivamente los recursos hasta alcanzar el 7% del PIB”.
Así lo ha comentado durante su intervención en la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados. En este sentido, ha asegurado que tanto él, como el resto del Ejecutivo, tienen el “firme compromiso” de recuperar los niveles de inversión previos a la crisis económica de 2008.
“En los próximos ejercicios se van a aumentar progresivamente los recursos hasta alcanzar el 7 por ciento del PIB. Este compromiso va más allá de lo cuantitativo porque queremos conseguir una planificación sostenida a lo largo del tiempo que permita ubicar los recursos allí donde es necesario”, ha apostillado.
Además, ha indicado que “tenemos la obligación de fortalecer el sistema sanitario público y dotarle de mayor financiación. Pero también de hacer las transformaciones necesarias, o al menos iniciarlas, para que pueda atender las necesidades actuales y de futuro de toda la población”.
Para ello, ha enumerado cuatro acciones prioritarias: hacer frente a futuras pandemias o segundas olas; colocar a las personas en el centro del sistema; cuidar a los que nos cuidan; y afianzar la sanidad pública como un servicio esencial del Estado del Bienestar. “En este impulso deben jugar un papel fundamental las comunidades autónomas; el camino en el que debemos seguir profundizando es más y mejor cooperación, más y mejor coordinación y más cohesión”.
Ley de Salud Pública
El ministro ha defendido, además, la necesidad de desarrollar la Ley General de Salud Pública, aprobada en 2011. “Esta ley prevé la creación del Centro Estatal de Salud Pública en el artículo 47·. Dicha norma podría ser un punto de partida para reordenar e impulsar una parte de las funciones que deben desarrollarse y reforzarse. En este sentido el ministro ha citado “la vigilancia, la evaluación de impacto en salud o la preparación y apoyo a la respuesta ante emergencias sanitarias, entre otros aspectos”.
“Debemos -ha insistido- dotar a la Salud Pública de las estructuras y recursos que requiere. No solo para la vigilancia epidemiológica sino para promover la salud y la educación para la salud, para impulsar estilos de vida saludables, para lograr un sistema preventivo y no solo curativo, que genere salud y no solo Sanidad”.
Así Illa ha abogado por dotar al SNS de una mayor capacidad para prepararlo ante posibles repuntes o segundas oleadas de la COVID-19. Para ello, se ha mostrado partidario de desarrollar reservas estratégicas de material sanitario esencial en todos los niveles administrativos, y garantizar su disponibilidad a lo largo del tiempo.
Al mismo tiempo, ha reconocido que se necesita fortalecer y mejorar los sistemas de información epidemiológica. Apuntalando la “integración automática y en tiempo real” de los datos de la historia clínica electrónica de los centros sanitarios. Una medida que, a su juicio, permitirá “aumentar” la velocidad y la cantidad de información.
También ha comentado que se necesita avanzar en la ampliación de los sistemas centinelas de la gripe, con el fin de que se integre tanto la COVID-19 como otros virus respiratorios. El ministro ha mostrado su deseo de que estén disponibles de cara al próximo otoño.
Otras de las necesidades que presenta el SNS se basan en la importancia de tener actualizados los procedimientos de respuesta rápida y coordinada en todos los niveles de gobierno. En este sentido, ha asegurado que el Gobierno trabaja para que, si fuera necesario, los servicios de salud puedan accionar sus planes de contingencia y reactivar, de forma rápida, todas sus capacidades sanitarias replegadas.
Apuesta por la telemedicina
Por otra parte, el ministro de Sanidad ha defendido los beneficios que tiene uso de la telemedicina, especialmente en los servicios de Atención Primaria, como así se ha demostrado durante la pandemia.
“Una de las fortalezas que ha mostrado ha sido la adaptación acelerada de la Atención Primaria a la atención telefónica y no presencial de los pacientes, y al seguimiento domiciliario de los casos leves o moderados. Y ha funcionado bien. Ha conseguido que la gran mayoría de los pacientes diagnosticados se recupere en su domicilio”.
Esta perspectiva es beneficiosa para los pacientes, al prevenir complicaciones, y para el sistema, al reducir el impacto sobre los hospitales, “que como sabemos ha sido el punto crítico de la
capacidad del sistema”, ha apostillado el minitro.
Illa se ha mostrado partidario de potenciar y reforzar la estructura y recursos de la Atención Primaria. Así como de modernizar la forma en la que se atienden a los pacientes a través de la innovación tecnológica y organizativa.
Mejorar a los profesionales
El ministro de Sanidad ha subrayado también la necesidad de mejorar las condiciones de los profesionales sanitarios, dimensionar los equipos a las necesidades y prever el refuerzo de plantillas ante posibles futuros brotes. “Los profesionales sanitarios son el elemento esencial del SNS y, por tanto, debemos trabajar para mantener su prestigio, reconocimiento”.
“Necesitamos trabajar para mejorar sus condiciones profesionales, de forma conjunta con las CCAA. Es necesario que en el conjunto de las administraciones afrontemos la adecuada dotación de profesionales, la necesaria transformación del sistema de gestión clínica, así como la carrera profesional”.
Reservas de material esencial
Salvador Illa ha hecho hincapié en la necesidad de garantizar la disponibilidad de los productos sanitarios críticos esenciales como equipos de protección, pruebas diagnósticas, respiradores y medicamentos. Con este fin ha definido algunas de las prioridades estratégicas. Una de ellas es el desarrollo de reservas de material esencial tanto por parte de las comunidades autónomas como del Ministerio para reforzar a estas.
“Es necesario además garantizar la disponibilidad de material fundamental a lo largo del tiempo. Por ello, uno de los objetivos del Gobierno desde hace meses ha sido afianzar y reforzar la producción nacional de productos y fármacos esenciales”, ha explicado el ministro.
I+D y respuesta común internacional
El ministro ha resaltado asimismo que es clave invertir, fomentar y aportar los recursos suficientes a la I+D. “Debemos invertir en el desarrollo de vacunas, tratamientos y productos para hacer frente al coronavirus. Pero también, pensando en el futuro de nuestro país, para el desarrollo de un modelo productivo competitivo que aporte recuperación y desarrollo social tras la pandemia”.
En este ámbito ha destacado el papel del Instituto de Salud Carlos III como referente internacional de investigación e innovación sanitaria.
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