¿Qué es la microcefalia?
La microcefalia es el término médico que se utiliza cuando
un niño tiene la cabeza más pequeña de lo normal. No es una enfermedad en sí,
sino más bien una señal de que el cerebro tal vez no se esté desarrollando como
debería.
En los bebés y niños, el crecimiento normal del cerebro es
lo que hace crecer la cabeza.
Si el cerebro no se desarrolla, el niño puede tener
discapacidades intelectuales y físicas en menor o mayor grado. También es posible
que un niño tenga microcefalia sin presentar ningún tipo de retraso.
Hay que recordar que el cerebro es un órgano sorprendente y
aún misterioso para nosotros en muchos aspectos. Existen muchos casos de niños
que nacen con problemas cerebrales y se desarrollan mucho mejor de lo que
habían previsto los médicos.
¿Cómo se diagnostica la microcefalia?
La microcefalia se puede diagnosticar a través de un
ultrasonido (ecografía) mientras el bebé aún está en el útero, y se detecta
cuando la circunferencia de la cabeza es menor de lo que corresponde al tamaño
del bebé y al tiempo de gestación.
Recuerda, sin embargo, que las mediciones hechas a través de
una ecografía no son del todo exactas porque dependen de la habilidad del
profesional que las realiza, la posición del bebé y la calidad del equipo de
ultrasonido.
Una vez que nace el bebé, el médico puede diagnosticar la
microcefalia midiéndole la circunferencia del cráneo con una cinta métrica.
Según los Centros para el Control y la Prevención de
Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés), un bebé recién
nacido tiene microcefalia si su cabeza mide 33 cm (13 pulgadas) o menos de
circunferencia (si es prematuro, el número será diferente). Sin embargo, las
autoridades de Brasil (donde los casos de microcefalia se han multiplicado)
están considerando unas medidas diferentes, para comprobar si un bebé tiene
microcefalia: 31,5 cm para niños, y 31,9 cm para niñas.
Los CDC y el Centro Nacional de Estadísticas de Salud de
Estados Unidos (NCHS por sus siglas en inglés) ofrecen una calculadora en línea
de la circunferencia del cráneo para bebés de cero a 36 meses.
Por sí sola, la medida de la cabeza no es suficiente para
determinar si hay malformaciones cerebrales. También hay que tener en cuenta lo
siguiente:
El perímetro craneano de los padres (si los padres tienen
cabezas pequeñas, podría ser simplemente una característica hereditaria).
Si el parto fue vaginal. Se recomienda volver a medir el
perímetro cefálico 3 o 4 días después del parto, puesto que la cabeza del bebé
tiene la capacidad de "estrecharse" al pasar por el canal de parto y
tarda unos días en volver a la normalidad.
Las proporciones del cuerpo del bebé. Un niño de estatura
baja tiende a tener la cabeza más pequeña.
¿Cuándo se puede obtener un diagnóstico definitivo?
Puesto que la microcefalia se da debido a la falta de
crecimiento cerebral, tarda un poco hasta que se puede detectar en los exámenes
médicos.
Por ejemplo, si el problema que provocó la microcefalia
ocurrió en el primer trimestre del embarazo, es posible que cuando te hagan una
ecografía en el segundo trimestre, alrededor de las 20 semanas, la cabeza del
bebé aún sea del tamaño normal para esa etapa y la microcefalia solo aparezca
más adelante, o incluso después del nacimiento.
La microcefalia podría no ser evidente hasta después del
nacimiento del bebé, ya que su cabeza podría ser normal al nacer y luego dejar
de desarrollarse de la manera esperada en los próximos meses. Por eso en las
consultas de rutina con el pediatra siempre le medirán la cabeza a tu bebé.
¿Cuáles son las causas de la microcefalia?
En muchos casos de microcefalia se desconoce la causa de la
malformación. Entre las causas más conocidas se incluyen:
Los trastornos o problemas genéticos, como el síndrome de
Down, y las trisomías 13 o 18, entre cientos de otros factores. En el caso de
los síndromes genéticos, puede haber malformaciones también en otras partes del
cuerpo.
Infecciones sufridas por la madre durante el embarazo, como
la rubéola, el citomegalovirus, la toxoplasmosis, la sífilis y posiblemente el
virus del zika.
Exposición de la madre a agentes teratógenos (que pueden
causar defectos congénitos) durante el embarazo, como la radiación, ciertas
sustancias químicas, alcohol o drogas, entre otros.
Craneosinostosis o craneoestenosis: cuando la mollera del
bebé se cierra antes de tiempo. En ese caso, el problema empieza en los huesos
del cráneo, y no en el cerebro del bebé.
Malnutrición, fenilcetonuria o diabetes durante el embarazo,
sin el tratamiento médico adecuado.
Lesión o trauma al cerebro del bebé, como por ejemplo, a la
hora del nacimiento. En ese caso la microcefalia solo se hace evidente a medida
que el bebé crece.
Las pruebas de diagnóstico por imagen, como la resonancia
magnética y la tomografía computarizada a veces logran identificar la causa de
la microcefalia. Cuando se detectan calcificaciones, por ejemplo, eso significa
que hubo algún tipo de infección en el cerebro.
Si un bebé tiene microcefalia, ¿se desarrollará normalmente?
La medida de la cabeza en sí no es suficiente para
determinar si un bebé tendrá o no un desarrollo normal. Todo dependerá del
estado de su cerebro.
Los resultados de pruebas como la tomografía computarizada y
la resonancia magnética podrían indicar posibles malformaciones cerebrales.
Cuando el cerebro es más pequeño de lo normal para la edad y el sexo del bebé,
el trastorno también se llama microcefalia.
Pero aún con las imágenes del cerebro del bebé, no hay cómo
saber con certeza el tipo de discapacidades o problemas que este podrá tener
cuando crezca.
Los problemas más frecuentes son retrasos intelectuales o
motrices, parálisis cerebral, epilepsia, trastornos oftalmológicos e
hiperactividad.
Los niños con microcefalia necesitan los cuidados de un
neurólogo pediátrico y otros especialistas para se pueda detectar a tiempo cualquier
retraso en su desarrollo.
En general, cuanto más pequeña es la cabeza del niño, más
graves serán las secuelas, aunque esta relación no está del todo comprobada.
¿Cómo se trata la microcefalia?
Desafortunadamente, no hay como recuperar el crecimiento
cerebral perdido ni hacer que el cráneo vuelva a ser normal, excepto en los
casos de craneoestenosis, que son bastante raros.
Sin embargo, es importante que el niño reciba seguimiento
médico constante para que se introduzcan lo antes posible las terapias y los
estímulos que ayudarán en su desarrollo intelectual y motriz.
Quizás necesite medicamentos y tratamientos para condiciones
médicas específicas. Por ejemplo, si el niño tiene epilepsia, el médico le
recetará medicinas para controlar las convulsiones.
¿Hay algo que pueda hacer para evitar que mi bebé tenga
microcefalia?
Sí y no. Puedes cuidar de tu salud antes de embarazarte y
durante el embarazo, y tomar las precauciones necesarias para evitar la
exposición a sustancias que son tóxicas para el bebé, además de evitar el
contagio de infecciones que puedan hacerle daño.
El problema es que no siempre podrás controlar esos
factores, por más precavida que seas. Si desarrollas una infección que pueda
causar la microcefalia, habla inmediatamente con tu médico y sigue el
tratamiento recomendado. Sin embargo hay infecciones como el virus del zika
para las que no hay un tratamiento específico.
Tampoco hay pruebas que puedas hacerte durante el embarazo
que descarten que tu bebé tendrá problemas. Los ultrasonidos o ecografías
ayudan a revisar el crecimiento de la cabeza del bebé. Sin embargo, no hay nada
que se pueda hacer para evitar la microcefalia, si tras una infección ocurre
daño cerebral.
Y si de hecho el bebé nace con microcefalia, además de
empezar lo antes posible las intervenciones y los tratamientos recomendados, lo
que realmente hará la diferencia en su vida y le permitirá tener el mejor
desarrollo posible será el apoyo y cariño que reciba de su familia.