La inercia terapéutica en el asma, entendida como la falta de ajuste o intensificación del tratamiento pese a evidencia de mal control, sigue siendo un desafío clínico que compromete la calidad de vida y aumenta el riesgo de exacerbaciones. Superarla requiere abordar tres ejes clave que a veces pasan inadvertidos: mejorar la comunicación médico-paciente, aprovechar las consultas de alta resolución y mantenerse actualizado con las guías nacionales e internacionales.
Integrar estos enfoques permite un control más dinámico y efectivo del asma, reduciendo complicaciones y garantizando una atención centrada en el paciente.
La doctora Miriam Auxiliadora Bermúdez, alergóloga del Hospital Universitario de Jaén, subraya que “perpetuar una terapia inadecuada expone al paciente a un mayor riesgo de exacerbaciones, hospitalizaciones y pérdida progresiva de la función pulmonar, además de afectar su calidad de vida”. Un estancamiento que favorece la llamada “normalización del malestar”, en la que el paciente asume como habitual vivir con síntomas crónicos o limitaciones físicas.
Las causas de esta inercia son multifactoriales. Entre ellas destacan la falta de tiempo en consulta, la ausencia de reevaluaciones objetivas, la tendencia a no modificar tratamientos si los síntomas no son graves y el temor a efectos adversos asociados a la intensificación terapéutica.
Sin embargo, las consecuencias son significativas: se mantienen los síntomas, aumenta el riesgo de exacerbaciones, se deteriora la función pulmonar y la calidad de vida, y se incrementa el consumo de recursos sanitarios, con el consiguiente coste adicional. Además, la inercia terapéutica se asocia a un mayor riesgo de efectos adversos, fracaso en alcanzar los objetivos de control, desmotivación y empeoramiento de la adherencia, tal como recuerda la doctora Remedios Cárdenas, alergóloga en el Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla.
Enfoque multifactorial
Romper esta inercia terapéutica requiere un enfoque multifactorial. Según la doctora Cárdenas, “las estrategias más eficaces incluyen la evaluación continua y estructurada de la situación clínica del paciente y el control de su enfermedad mediante herramientas validadas, siguiendo protocolos basados en guías actuales”. La formación continuada de los profesionales y la participación activa del paciente en la toma de decisiones y su propia educación sanitaria son esenciales.
Identificar barreras específicas que conduzcan a la pérdida de control y simplificar el tratamiento siempre que sea posible también resulta clave. La tecnología digital también se perfila como un apoyo eficaz: inhaladores inteligentes, recordatorios electrónicos o telemonitorización permiten mejorar la adherencia y detectar precozmente la falta de control, optimizando así la gestión del asma.
“La revisión periódica de la técnica inhalatoria y el refuerzo educativo, especialmente con apoyo de Enfermería, son intervenciones de alto impacto que a menudo se descuidan”, apunta la doctora Bermúdez.
Finalmente, desde un enfoque organizativo, la formación continua de los profesionales sanitarios sobre los criterios actuales de control y escalada terapéutica es clave para prevenir la inercia terapéutica. Según esta médica, “actualizar conocimientos y protocolos clínicos permite un abordaje más dinámico y efectivo del asma, beneficiando tanto al paciente como al sistema sanitario”.
La comunicación médico-paciente
En el contexto del asma, una de las principales causas de mal control es precisamente la desalineación entre lo que el médico prescribe y lo que el paciente realmente hace o entiende sobre su enfermedad, subraya la doctora Bermúdez.
Incluir al paciente en la elección del tratamiento, explicar los objetivos terapéuticos y establecer planes de acción individualizados reduce la resistencia al cambio y promueve una actitud activa ante los síntomas.
En palabras de la doctora Beatriz Iborra, alergóloga del Hospital Universitario Reina Sofía en Córdoba, “la comunicación efectiva permite identificar problemas, corregir factores modificables y consensuar cambios terapéuticos de manera ágil y segura”. Esto es especialmente relevante dado el carácter variable de la enfermedad y la necesidad de adaptar la terapia según síntomas, desencadenantes y evolución clínica.
El uso de planes de acción escritos y personalizados, junto con herramientas objetivas como el Asthma Control Test o diarios de síntomas, facilita la monitorización y la detección temprana del deterioro, permitiendo ajustes terapéuticos basados en datos concretos. La educación estructurada y bidireccional empodera al paciente, fomenta la toma de decisiones compartida y mejora la adherencia, mientras que el enfoque narrativo y la escucha activa ayudan a comprender el impacto subjetivo del asma y las barreras socioculturales, explica la facultativa.
Finalmente, la comunicación periódica sobre resultados, cambios terapéuticos y planes de acción ante empeoramientos permite anticipar descompensaciones y prevenir complicaciones. En conjunto, integrar evaluación personalizada, herramientas objetivas, educación bidireccional y enfoque narrativo optimiza el control del asma y facilita un manejo más dinámico y adaptado a cada paciente.
Consultas de alta resolución
Por otro lado, las consultas de alta resolución en Neumología y Alergología desempeñan un papel esencial en la reducción de la inercia terapéutica en pacientes con asma no controlada. Según el doctor José Amat, alergólogo en la Clínica de Alergia y Asma de Almería, “este enfoque permite una evaluación diagnóstica y terapéutica completa en un único acto médico, agilizando la identificación de factores que contribuyen al mal control, como técnica inhalatoria incorrecta, baja adherencia, comorbilidades o exposición a desencadenantes”.
La disponibilidad inmediata de pruebas complementarias como espirometría, medición de óxido nítrico exhalado (FeNO), estudios alérgicos o radiografías, facilita decisiones terapéuticas informadas en el momento, evitando demoras que perpetúan tratamientos inadecuados. Este modelo mejora la eficiencia de la atención, reduce el número de visitas necesarias y optimiza la coordinación entre Atención Primaria, Neumología y/o Alergología, permitiendo intervenciones tempranas y personalizadas que reducen exacerbaciones y complicaciones.
Siempre actualizado con las guías clínicas
El uso de guías clínicas y protocolos actualizados refuerza la práctica basada en la evidencia. El doctor Amat explica que “estas herramientas estandarizan la atención, garantizan tratamientos seguros y eficaces, y facilitan la toma de decisiones en pacientes complejos o con múltiples comorbilidades”. La implementación de protocolos recientes asegura que las decisiones reflejen los avances en diagnóstico, terapias farmacológicas y manejo del asma, promoviendo una atención segura, eficiente y centrada en el paciente.
En esa línea, la doctora Laura Caballero, neumóloga del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, subraya que las guías y los protocolos “tienen un papel fundamental tanto en el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de los pacientes de forma más uniforme y basada en la evidencia científica”.
Estas guías, como GINA o GEMA, proponen algoritmos diagnósticos y esquemas terapéuticos escalonados que permiten ajustar el tratamiento según la severidad de la enfermedad y el nivel de control del paciente.
La doctora Bermúdez destaca que “uno de los aportes más valiosos es su enfoque progresivo y adaptativo, que permite aumentar o disminuir la intensidad del tratamiento en función de la respuesta clínica, favoreciendo un uso racional de los medicamentos y reduciendo riesgos”. Además, las guías incorporan la medicina personalizada, identificando fenotipos y endotipos que permiten seleccionar terapias específicas, incluidos los biológicos en casos graves.
Los protocolos derivan de las guías y adaptan sus recomendaciones al contexto sanitario, homogeneizando la práctica clínica y asegurando continuidad asistencial. Su aplicación sistemática reduce la variabilidad entre profesionales, optimiza recursos y mejora resultados clínicos y calidad de vida del paciente.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores: María del Pilar Lara de la Rosa, Laura Caballero Ballesteros, Vanesa Sáiz Sánchez, Remedios Cárdenas Contreras, Miriam Auxiliadora Bermúdez Bejarano, José Amat López, Alberto Caso Vázquez, Carmen Bermúdez Hormigo y Beatriz Iborra Ronco.
Una publicación independiente desarrollada gracias al patrocinio financiero de BIAL. Los puntos de vista y las opiniones que se expresan en esta obra son de sus autores y no reflejan necesariamente la política oficial ni la posición de BIAL. BIAL no debe ser considerada responsable de la veracidad de la información ni de los posibles errores u omisiones.
Referencias:
- Global Initiative for Asthma (GINA). Global Strategy for Asthma Management and Prevention 2024 [Internet]. [citado 2025 Mayo 24]. Disponible en: [https://ginasthma.org/gina-reports/](https://ginasthma.org/gina-reports/)
- Cabana MD, Rand CS, Powe NR, et al. Why don’t physicians follow clinical practice guidelines? A framework for improvement. 1999;282(15):1458-1465. doi:10.1001/jama.282.15.1458
- Arrais MLT, Maricoto TJP, Lulua OM, et al. Factors associated with poor asthma symptom control in adult Angolan regularly seen at an outpatient respiratory clinic. Afr Health Sci. 2023;23(3):672-682. doi:10.4314/ahs.v23i3.78
- Reddel HK, Bateman ED, Becker A, et al. A summary of the new GINA strategy: a roadmap to asthma control. Eur Respir J. 2015;46(3):622-639. doi:10.1183/13993003.00853-2015
- Wilson SR, Strub P, Buist AS, et al. Shared treatment decision making improves adherence and outcomes in poorly controlled asthma. Am J Respir Crit Care Med. 2010;181(6):566-577. doi:10.1164/rccm.200906-0907OC
- Almonacid C, Blanco M, Ferreira J, et al. Key Updates in the 2025 Spanish Asthma Guidelines (GEMA 5.5). Open Respir Arch. 2025;7(3):100453. Published 2025 Jun 9. doi:10.1016/j.opresp.2025.100453
- Álvarez‑Gutiérrez, F. J., Blanco Aparicio, M., Casas Maldonado, F., Plaza, V., Soto Campos, G., González‑Barcala, F. J., … Valverde Molina, J. (2025). Documento de consenso de asma grave. Actualización 2025. Open Respiratory Archives, 11, 100486. https://doi.org/10.1016/j.opresp.2025.100486
- Mosnaim G. Asthma in Adults. N Engl J Med. 2023;389(11):1023-1031. doi:10.1056/NEJMcp2304871
- Fukuda Y, Homma T, Sagara H. Clinical inertia in asthma. NPJ Prim Care Respir Med. 2023;33(1):34. Published 2023 Oct 14. doi:10.1038/s41533-023-00356-5
- Carretero Gracia JÁ, Rodríguez Fernández F, Gómez Sáenz JT, Molina París J, Gómez Ruiz F, López Carrasco V, Uréndez Ruiz AM, Blanco Aparicio M, Domínguez Ortega J, Núñez Palomo S, Hidalgo Requena A, Trigueros Carrero JA, Álvarez Gutiérrez FJ, Delgado Romero J, Díaz Pérez D. Criterios de derivación en asma: Actualización documento de consenso [Referral Criteria for Asthma: An Updated Consensus]. Open Respir Arch. 2021 Sep 8;3(4):100131. Spanish. doi: 10.1016/j.opresp.2021.100131. PMID: 37496835; PMCID: PMC10369524.
- Holguin F, Cardet JC, Chung KF, et al. Management of severe asthma: a European Respiratory Society/American Thoracic Society guideline. Eur Respir J. 2020;55(1):1900588. Published 2020 Jan 2. doi:10.1183/13993003.00588-2019
The post Mejorar la comunicación médico-paciente y aprovechar las guías de alta resolución pueden romper la inercia terapéutica appeared first on El médico interactivo.
from El médico interactivo https://ift.tt/e1W56J7