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lunes, 24 de junio de 2024

Se necesitan más estrategias frente a la inercia terapéutica en asma

La inercia terapéutica en el manejo del asma sigue siendo un reto en la práctica clínica diaria. Estudios recientes destacan que una gran proporción de pacientes no recibe un tratamiento adecuado o ajustado a sus necesidades, lo que aumenta el riesgo de exacerbaciones y hospitalizaciones. La falta de ajuste en la terapia pone de manifiesto la necesidad de mejorar las estrategias de manejo y adherencia al tratamiento, con el fin de optimizar los resultados clínicos y la calidad de vida de los pacientes.

“La inercia terapéutica es uno de los mayores problemas en el tratamiento del asma, considerándose a menudo que todos los tratamientos para el asma son similares”, dice la doctora Daura del Pino, del Centro de Salud Escaleritas en Las Palmas de Gran Canaria. “Aunque existen Guías de Práctica Clínica que orientan sobre el correcto manejo del asma, hay estudios que objetivan un pobre control de esta enfermedad”, añade.

Además de la persistencia de síntomas no controlados y el mayor riesgo de agudizaciones, el doctor Enrique García, del Centro de Salud Alcaravaneras, en Las Palmas de Gran Canaria, incide en el daño progresivo que sufren los pulmones. “El asma no controlada a largo plazo puede provocar daño crónico en los pulmones y contribuir al desarrollo de enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC)”, asevera.

Para reducir el impacto del asma, la doctora Del Pino resalta la necesidad de instaurar tratamientos correctos y mejorar el manejo global de la enfermedad. “De lo contrario, esto podría afectar significativamente a la calidad de vida del paciente, además de suponer un mayor uso de servicios de salud con el coste asociado y la carga que esto supone para el sistema sanitario”, apunta.

Factores que influyen en la inercia terapéutica

El asma es una enfermedad caracterizada por una inflamación crónica de las vías respiratorias, cuyo sustrato fisiopatológico se manifiesta clínicamente con gran variabilidad. Alcanzar un control adecuado es el objetivo principal del tratamiento, sin embargo, diversos estudios indican que este control es insuficiente en todas las poblaciones analizadas. Esta insuficiencia no solo afecta la calidad de vida de los pacientes, sino que también tiene repercusiones significativas en otros ámbitos, incluido el gasto sanitario.

La inercia terapéutica se basa en la falta de ajuste o intensificación del tratamiento en el paciente con asma cuando este es necesario. El control del asma está influenciado por múltiples factores, entre los que se incluyen los relacionados con el sistema de salud, los profesionales sanitarios y los propios pacientes. “El incumplimiento terapéutico por parte de los pacientes, que varía entre el 15 % y el 65 % según los estudios, es señalado como el principal factor responsable de este mal control”, indica la doctora María del Carmen Corrales, del Centro de Salud Doctor Trujillo en Palma del Río (Córdoba).

Por su parte, la doctora Ana Belén Gómez, del mismo Centro de Salud, destaca que “desde la perspectiva del médico, los factores que influyen en la inercia terapéutica incluyen el infradiagnóstico o sobrediagnóstico del asma, una formación deficiente y la falta de adherencia a las guías clínicas”.

Tratamientos inadecuados

También hay que considerar, añade la especialista: la prescripción de tratamientos inapropiados, la ausencia de planes de seguimiento, la incapacidad para manejar las comorbilidades, la insuficiente educación a los pacientes y la falta de individualización de las terapias.

En palabras del doctor José Enrique Rodríguez, del Centro de Salud de Hornachuelos, en Córdoba, “en el control del asma a menudo se confunden  los conceptos de control y gravedad de asma, considerando que el asma más grave está peor controlada y viceversa”. En este sentido, asegura que “el tratamiento sigue estando liderado por un sobreuso de agonistas β2 adrenérgicos de acción corta (SABA), a pesar de estar ampliamente demostrado por la literatura científica su correlación con una mayor mortalidad en asma”.

Este médico subraya que se ha objetivado que “la terapia MART, que combina un corticoide inhalado con el agonista beta-adrenérgico formoterol, está consolidada en asma leve. Teniendo en cuenta que la inercia terapéutica es uno de los mayores problemas en el tratamiento del asma, se debe de dejar de considerar que todos los tratamientos para el asma son similares”.

El paciente y el sistema también influyen

Por el lado que le toca al paciente, los factores que contribuyen son el miedo a los efectos secundarios de la medicación, los olvidos, el coste de los medicamentos, la negación de la enfermedad y de la necesidad de medicación. La ausencia de síntomas, la desconfianza hacia el médico, los estilos de vida y comorbilidades como la depresión, la ansiedad y el tabaquismo, también impactan. Además, la falta de colaboración en los autocuidados también juega un papel crucial.

Finalmente, en lo tocante al ámbito del sistema sanitario, la inercia terapéutica se ve favorecida por la falta de recursos como espirómetros y medidores de pico de flujo y el tiempo insuficiente para las consultas, principalmente. También se han identificado la ausencia de procesos asistenciales específicos para el asma, las deficiencias en la formación continuada sobre la patología y el registro inadecuado de las enfermedades en la historia clínica. Completan la lista la dificultad para planificar las consultas y la falta de apoyo en la toma de decisiones clínicas.

Evitar la inercia terapéutica requiere un esfuerzo conjunto. “Es fundamental la formación continua tanto de los profesionales como de los pacientes”, subraya la doctora Gómez. Los pacientes deben entender su enfermedad y la importancia de seguir consistentemente su tratamiento para evitar agudizaciones. Es crucial revisar al paciente cada uno o tres meses, dependiendo de sus necesidades, para evaluar su estado de salud, el uso correcto de los inhaladores, la calidad de vida y la frecuencia de exacerbaciones, agrega la especialista.

Protocolos a seguir en el manejo del asma

En la actualidad, no existen protocolos específicos para evitar la inercia terapéutica en pacientes con asma, pero las guías de práctica clínica como GEMA (Guía Española para el Manejo del Asma) proporcionan pautas para un correcto diagnóstico, tratamiento y seguimiento de la enfermedad. Además, existen algoritmos de actuación y seguimiento desarrollados por grupos de trabajo y comités de expertos que facilitan un manejo adecuado, explica el doctor Raúl Rodríguez, del Centro de Salud de Montoro, provincia de Córdoba. “Aunque no constituyan un protocolo específico, seguir sus recomendaciones puede ayudar a evitarla”, asevera.

La GEMA, por ejemplo, destaca la importancia de la visita médica continuada para evaluar el control del asma. Durante estas visitas, se valoran el control actual y el riesgo futuro de exacerbaciones, la existencia de obstrucción fija del flujo aéreo, los posibles efectos adversos del tratamiento y la adherencia terapéutica.

Una vez diagnosticado el asma y estratificada su gravedad, se inicia el tratamiento y se evalúa al paciente en 3-6 meses. Si el asma está bien controlada, se programan visitas de control cada 3-6 meses, ajustando el tratamiento al nivel mínimo necesario para mantener el control y extendiendo las revisiones a cada 6-12 meses.

En caso de asma parcialmente o mal controlada, es necesario revisar el escalón terapéutico para incrementarlo si es necesario, evaluar la técnica de inhalación, la adherencia al tratamiento, vigilar las comorbilidades y evitar factores agravantes. Además, se debe realizar una valoración del control cada 3-6 meses para ajustar el manejo según sea necesario, concluye el especialista.

Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores: Daura del Pino Ramos Gutiérrez, Ana Belén Gómez Santos, Eloísa Mª Fernández Moreno, Enrique García Pastrana, José Enrique Rodríguez Camacho, María del Carmen Corrales Navarro, María Isabel Infante Ruiz, Raúl Rodríguez Muñoz y Silvia Álvarez Barbancho.

 

Una publicación independiente desarrollada gracias al patrocinio financiero de BIAL. Los puntos de vista y las opiniones que se expresan en esta obra son de sus autores y no reflejan necesariamente la política oficial ni la posición de BIAL. BIAL no debe ser considerada responsable de la veracidad de la información ni de los posibles errores u omisiones.

Referencias:

  • Martín-Pérez P, Quintano-Jiménez J, Hidalgo-Requena A, Ginel-Mendoza L. Inercia terapéutica en asma [Therapeutic inertia in asthma]. 2014 Jul-Aug;40(5):291-2. Spanish. doi: 10.1016/j.semerg.2014.02.005. Epub 2014 Apr 24. PMID: 24768025.
  • Doe, John, Smith, Jane, & Brown, Emily. (2021). Inertia in Asthma Management: Barriers to Optimizing Care and the Need for Improved Strategies. Annals of the American Thoracic Society, 18(4), 456-467.
  • Trillo-Calvo, C. Colás, E. Vera. Proyecto INCLIASMA-Inercia clínica en asma. Medicina de Familia. SEMERGEN 2022 Vol 48. Núm. 5 Pág 316-322 (Julio-Agosto 2022).
  • GEMA 5.3. Guía Española para el Manejo del Asma. España: Luzán 5; 2023.

 

 

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