Los problemas del sueño tienen una alta prevalencia en nuestro entorno. Se estima que hasta el 50 por ciento de la población tiene algún síntoma aislado de insomnio, pero hasta un 14 por ciento sufre la expresión más grave que sería el insomnio crónico. Es decir, dificultades para iniciar o mantener el sueño mínimo 3 días a la semana con un impacto negativo importante en la funcionalidad diurna. Para hablar de las consecuencias de este insomnio crónico y de cómo puede mejorarse su impacto, hablamos con Virginia Soria, jefe de Servicio de Psiquiatría de adultos del Hospital Universitari Parc Taulí.
En primer lugar, la experta explica que estas son las cifras conocidas, pero que “incluso pese a estos datos el insomnio puede ser un problema infradiagnosticado”. Ahondando sobre esta problemática, la psiquiatra insiste en que “este insomnio crónico puede ser persistente, según estudios, hasta 5 años. Por lo que, cuando se mejora, aún pueden quedar síntomas residuales, y el riesgo de recaída es muy elevado”.
Problemas del insomnio crónico
Respecto a las repercusiones del insomnio crónico, la Dra. Soria afirma que “los pacientes con insomnio crónico no tratado, tienen peores parámetros de funcionalidad, reportan más fatiga, cansancio, aturdimiento, somnolencia, riesgo de caídas, riesgo de accidentes, etc”.
Todo ello tiene un impacto en la vida del paciente. “Está el impacto psicosocial y sociofamiliar y en todo el ámbito laboral, donde se estima una pérdida de productividad alta, tanto a causa del absentismo, como por ese presentismo cuando uno no tiene la capacidad de rendir adecuadamente”.
Asimismo, la experta agrega que no hay que perder de vista que el insomnio también es un factor de riesgo de trastornos mentales, problemas físicos, problemas metabólicos, etc. Por todo ello, “estamos ante una problemática que requiere un abordaje intensivo y eficaz”.
Calidad del sueño
A la hora de hablar de cómo es nuestro sueño, hay que entender que forma parte de nuestro ciclo biológico, pero que debemos acompasarnos al mismo. Por lo que, como alerta la Dra. Soria, hay muchos de nuestros hábitos y rutinas que van en contra de estos ciclos. Así, para mejorar la calidad del sueño y evitar o reducir los problemas del mismo, se recomienda entre otras cuestiones mantener unos horarios regulares y evitar las siestas largas.
En esta línea, “se recomienda actividad física media hora al día, preferentemente en el exterior, pero evitando el ejercicio de alta intensidad en las horas previas de irse a dormir porque es activador”. La psiquiatra también recomienda tener un ambiente adecuado para descansar, sin temperaturas extremas, sin ruidos, sin luz, por lo que también hay que prevenir el uso de pantallas y de luz brillante.
“En hábitos dietéticos es importante evitar comidas copiosas desde por la tarde, se recomienda esperar dos horas entre la cena y el acostarse. Evitar igualmente el café, tabaco, el alcohol y otras sustancias que alteran la arquitectura del sueño”.
Tratar el insomnio
Si bien todo estas son medidas más preventivas y conductuales, en cuanto a los tratamientos farmacológicos que se venían utilizando para el insomnio crónico, la psiquiatra matiza que tenemos tratamientos que son eficaces, pero tienen una serie de efectos secundarios que solo permite ser utilizados a corto plazo, unas 2 o 3 semanas. La mayoría son fármacos hipnosedantes, siendo los más recetados las benzodiacepinas o los fármacos Z.
El principal problema de estos fármacos es que “generan tolerancia; es decir, que cada vez necesitamos más dosis para conseguir los mismos efectos. Ese fenómeno de habituación genera dependencia, insomnio de rebote cuando se discontinua. También una serie de efectos secundarios que permanecen durante el día, como es disminuir el nivel de alerta y somnolencia diurna. Tampoco mantiene la arquitectura del sueño, el sueño para cumplir su función fisiológica, reparadora, de consolidación de la memoria, etc., necesita que el porcentaje de sueño invertido en cada fase del sueño sea de una manera determinada para que ese sueño sea de calidad”.
Así, aunque parezca que estos fármacos han ayudado a dormir, en realidad, no han aportado un sueño de calidad y han impactado en la funcionalidad del día después.
Las ventajas de daridorexant
En este contexto, aparece daridorexant, que supone, en palabras de la psiquiatra, “un cambio de paradigma para esta necesidad no cubierta”, como es el tratamiento del insomnio a largo plazo.
Para explicar esta afirmación, la Dra. Soria aporta que según los estudios de hasta un año de seguimiento “daridorexant 50mg mejora objetivamente parámetros del sueño como es el tiempo hasta el inicio del sueño, el número de despertares una vez que se ha iniciado el sueño, y el tiempo total de sueño durante la noche. En comparación con placebo, la mejora se observa desde la primera semana y la magnitud de esa diferencia va aumentando conforme aumenta el tiempo de tratamiento”.
Por otra parte, “en estudios a largo plazo se evaluaron diferentes dominios de alerta diurna y cognición, síntomas del estado de ánimo y somnolencia, y todos estos dominios mejoraron significativamente. Los efectos secundarios que se reportaron fueron mínimos. Tampoco se evidenció que hubiera síntomas de abstinencia, lo que indica que tiene muy bajo potencial de abuso”.
En cuanto al funcionamiento del fármaco que explican estos resultados, la psiquiatra relata que este fármaco antagoniza unos receptores de las orexinas, que son unos neuropéptidos que lo que hacen es promover y mantener la vigilia. “Así, lo que hacemos es antagonizar este nivel de alerta, disminuimos la vigilia, facilitamos el sueño y no trastocamos la arquitectura del sueño”.
Por último, cabe destacar que el tiempo de acción del fármaco en el organismo se estima en unas 8 horas, que es el tiempo de sueño deseable en los adultos, por lo que no da lugar a riesgo de síntomas residuales como la somnolencia diurna.
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