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martes, 2 de julio de 2019

El estrés por calor generará pérdidas de productividad laboral equivalentes a 80 millones de empleos en 2030

Un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), estima que el aumento del estrés térmico provocado por el calentamiento global generará, en solo diez años, pérdidas de productividad en todo el mundo equivalentes a 80 millones de puestos de trabajo a tiempo completo.

Con arreglo a esas proyecciones, basadas en un aumento de la temperatura mundial de 1,5°C para finales de siglo, se prevé que en 2030 se pierda el 2,2 por ciento de las horas de trabajo en todo el mundo como consecuencia del aumento de la temperatura, porcentaje equivalente a 80 millones de puestos de trabajo a tiempo completo, lo que conllevaría a pérdidas económicas a escala mundial de 2.400 millones de dólares.

No obstante, el informe especifica que esa estimación es “conservadora”, al haberse tenido en cuenta que el aumento promedio de la temperatura a escala mundial no rebasará los 1,5°C. También se ha realizado la hipótesis de que el trabajo en la agricultura y en la construcción, dos de los sectores más afectados por el estrés térmico, se realiza en lugares a la sombra.

El nuevo trabajo de la OIT se basa en datos climáticos, fisiológicos y de empleo, y proporciona estimaciones, tanto actuales como previstas, sobre pérdidas de productividad a escalas nacional, regional y mundial.

El estrés térmico guarda relación con el aumento de calor que puede soportar el cuerpo humano sin padecer degradación fisiológica. Por lo general, esta se produce a temperaturas superiores a 35°C, en condiciones de elevada humedad.

“El exceso de calor en el ámbito laboral constituye un riesgo para la salud en el trabajo, al restringir las funciones y aptitudes físicas de los trabajadores y su capacidad de trabajo, y en consecuencia, disminuir la productividad. En casos extremos puede provocar insolaciones, que podrían llegar a ser mortales”, advierte la OIT.

El sector más afectado: la agricultura

Según el estudio, se prevé que el sector más afectado a nivel mundial sea el agrícola. Dicho sector cuenta con 940 millones de trabajadores en todo el mundo. Se estima que para 2030, el 60 por ciento de las horas de trabajo perdidas en todo el mundo como consecuencia del estrés térmico correspondan a este sector.

El sector de la construcción también se verá gravemente afectado, pues se prevé que para 2030 el 19 por ciento de las pérdidas de horas de trabajo a escala mundial se produzcan en este sector.

Otros sectores particularmente en riesgo son los de bienes y servicios medioambientales, recogida de basura, emergencias, trabajos de reparación, transporte, turismo y deportes, así como determinadas formas de trabajo industrial.

Los efectos tendrán lugar de forma desigual en todo el mundo. Las regiones en las que más horas de trabajo se perderán serán Asia meridional y África occidental, en las que se prevé que se produzca una pérdida de alrededor del 5 por ciento de las horas de trabajo en 2030, es decir, alrededor de 43 millones, y 9 millones de puestos de trabajo respectivamente. El informe también destaca que serán los habitantes de las regiones más pobres los que padezcan las mayores pérdidas económicas.

“En consecuencia, las pérdidas económicas provocadas por el estrés térmico ampliarán la disparidad económica que se da en la actualidad, en particular la tasa de trabajadores pobres, el empleo informal y vulnerable, la agricultura de subsistencia y la falta de protección social”, explica la OIT, que también destaca un posible aumento de la migración, a raíz de la mayor cantidad de trabajadores que abandonan las zonas rurales en busca de un futuro mejor.

Por países, los datos sobre el porcentaje del PIB perdido por estrés por calor sitúan a España entre los diez países más afectados de Europa y Asia Central, por detrás de Azerbaiyán, Israel, Turkmenistán, Uzbekistán, Tayikistán, Georgia, Chipre, Albania y Turquía.

Además, España será el país más afectado de Europa occidental, con un 0,03 por ciento de horas de trabajo perdidas por el estrés térmico, una cifra superior a la media de los países europeos occidentales, que representaría la pérdida de 7.700 empleos, la mitad del conjunto de Europa occidental.

Medidas para adaptarse al cambio climático

Con el objetivo de adaptarse a la nueva realidad del cambio climático, la directora de la Dependencia del Departamento de Investigación de la OIT y una de las principales autoras del informe, Catherine Saget, pide a gobiernos, empleadores y trabajadores adoptar “medidas acuciantes que hagan hincapié en la protección de los más vulnerables”.

En este sentido, la OIT destaca el fomento de infraestructuras adecuadas y el desarrollo de “sistemas de alerta temprana” para hacer frente a los fenómenos térmicos, así como la mejora de la aplicación de las normas internacionales del trabajo, en particular en la esfera de la seguridad y la salud en el trabajo, a fin de promover la formulación de políticas que permitan hacer frente a los peligros que provoca el calor.

Asimismo, considera que los empleadores deberían proporcionar agua potable y ofrecer programas de capacitación en materia de reconocimiento y gestión del estrés térmico a sus trabajadores.

“El diálogo social puede constituir un medio primordial para alcanzar un consenso en relación con los métodos de trabajo más adecuados en entornos interiores o exteriores, la adaptación de los horarios de trabajo, el uso de vestimenta y de equipos, la utilización de las nuevas tecnologías, el establecimiento de lugares situados en zonas de sombra y la realización de recesos en el trabajo”, concluye el informe.

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