Los cambios en el estilo de vida y de alimentación han propiciado que, en las últimas décadas, una gran parte de la población actual tenga unos niveles de vitamina D por debajo de los que se consideran normales. Un déficit que se ha asociado a un incremento en el riesgo de desarrollar enfermedades respiratorias, entre ellas el asma bronquial, o de tener un peor pronóstico, aunque no se haya establecido su causalidad. Diversos análisis han demostrado que a mayores niveles de vitamina D hay una menor incidencia de estas enfermedades, y que algunos pacientes podrían beneficiarse al corregir los déficits.
Una de las hipótesis que se baraja en este escenario es que el aumento de casos de asma puede estar relacionado con un cambio en la dieta con una ingesta menor de antioxidantes, un aumento de los ácidos grasos poliinsaturados y la deficiencia de vitamina D; una relación que se hace especialmente interesante en el caso del asma infantil.
En una revisión de la colaboración Cochrane, de la bibliografía existente hasta enero de 2016, se concluye que es probable que la vitamina D proteja contra las crisis asmáticas graves, reduciendo el riesgo de exacerbaciones del asma como el uso de los servicios sanitarios. Sin embargo, señala que se necesitan mayores investigaciones, incluyendo un metaanálisis de datos de pacientes individuales para poder realizar recomendaciones clínicas definitivas.
En esta revisión se analizaron los datos de nueve ensayos clínicos, del registro de ensayos del Grupo Cochrane de Vías Respiratorias (Cochrane Airways Group), con el objetivo de evaluar si la vitamina D y sus metabolitos hidroxilados podrían prevenir las crisis asmáticas y mejorar el control de los síntomas del asma tanto en adultos como en niños.
En siete de los estudios incluidos participaron 435 niños y en los dos restantes 658 adultos en el análisis primario, la mayoría de ellos con asma moderada o leve. De estos, los dos ensayos últimos y uno con 22 niños aportaron datos para el análisis de la tasa de exacerbaciones que requerían corticosteroides sistémicos. La duración de los estudios fue de cuatro meses a un año, y todos ellos fueron doble ciego comparando la administración de la vitamina D con placebo.
Según las conclusiones de la Cochrane, los pacientes que recibieron vitamina D presentaron menos crisis asmáticas y necesitaron tratamiento con corticosteroides orales. Además, el promedio de crisis se redujo de 0,44 a 0,22 según las pruebas de alta calidad que se realizaron en el estudio. Por otro lado, los que recibieron la vitamina D también redujeron el riesgo de acudir al hospital con una crisis asmática aguda al 3% frente el 6% del grupo de placebo.
En lo que se refiere a la función pulmonar y los síntomas de asma diarios, la vitamina D no tuvo ningún efecto, pero tampoco incrementó el número de efectos adversos graves a las dosis analizadas.
El 25 hidroxicolecalciferol es la principal forma en la que nuestro organismo almacena la vitamina D en el hígado y en el tejido adiposo, que se forma de la enzima 25 hidroxilasa agregada al colecalciferol. Por tanto, los niveles sanguíneos de vitamina D que se miden son los 25 hidroxicolecalciferol mediante un examen de 25-hidroxivitamina D (25OHD).
Vitamina D en bebés
En lo que se refiere solo al asma infantil, los estudios observacionales han mostrado que niveles más bajos de vitamina D se asocian al asma de evolución más grave, con más exacerbaciones, mayor uso de corticoides, función pulmonar más baja y mayor número de consultas a Urgencias, así como hospitalizaciones.
No obstante, el doctor José María Mengual, del grupo PrevInfad de la Asociación Española de Pediatría en Atención Primaria (AEPAP) y pediatra en el Centro de Salud Delicias Sur, en Zaragoza, ha realizado una revisión de la bibliografía existente, incluido el análisis mencionado de la Cochrane, en su artículo “Vitamina D por encima del año de vida, ¿es necesaria o está de moda?”, publicado en la revista de la AEPAP.
En su conclusión, el doctor Mengual señala que es razonable que se incorpore la determinación de 25OHD en el estudio del asma infantil, aunque no es está claro que su uso sea necesario para el control de esta enfermedad. De hecho, especifica que “ninguna revisión sistemática ni ensayo clínico aleatorio es concluyente” sobre que la administración de vitamina D durante la gestación o la infancia tenga un efecto positivo en la mejora del asma en niños.
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