Existen varias técnicas para ayudar a la estimulación de los prematuros.
El equipo médico deberá decidir cuál es la más indicada para cada caso y
se encargará de explicar a los padres cómo deben realizarlas. Aquí
tienes un resumen de las más utilizadas.
1.
Masaje infantil.
Es la aplicación de movimientos procedentes de técnicas de masaje indú,
sueco y reflexología. Además de ayudar a mantener el vínculo con los
padres, favorece el aumento de peso, mejora la digestión y evita
cólicos. El niño tiene que estar en condiciones de recibirlos. Los bebés
son muy sensibles al tacto y pueden no tolerar el masaje. Se tiene que
aplicar de una forma paulatina y progresiva. No se pueden dar aceites
aromáticos.
2. Tacto terapéutico. Es un
masaje «sin contacto», en el que la imposición de manos se produce a
5-10 centímetros del cuerpo del bebé. Se trata de «acariciar» al pequeño
pero sin tocarlo. Es ideal para bebés muy pequeños o muy inestables que
no soportan otras manipulaciones. Aunque esta técnica puede parecer
poco fiable, está refrendada por el Consejo Nacional de Enfermeras de
Inglaterra.
3. Masaje por contención. Se «arropa»
al bebé con las manos, tocándolo muy sutilmente. Si lo acepta, se le
pueden mecer los pies. La ventaja es que produce en el niño una
sensación de cobijo, como en el claustro materno.
4.
Método canguro/piel a piel.
Se
coloca al bebé desnudo –sólo con el pañal– encima del pecho desnudo de
su padre o madre, tapándolo con la ropa del adulto o un arrullo… Ayuda a
no romper el vínculo materno-filial. Favorece el aumento de producción
de leche materna y contribuye a regular la temperatura y el ritmo
cardíaco y respiratorio del niño. Es ideal antes de empezar con el
masaje.
5. Estimulación temprana. Se
trata de interactuar con el bebé mediante el tacto, los sonidos y la
vista. De esta forma se consigue un refuerzo del vínculo afectivo. Es
importante evitar la sobreestimulación. Si no se es prudente, se puede
excitar demasiado al pequeño y desestabilizarlo.
6. Placenta externa/nido/contención. Consiste
en imitar el ambiente uterino dentro de la incubadora. Ayuda a que el
bebé esté más tranquilo, sobre todo si se dejan sus manos libres para
poder llevárselas a la boca.
7. Incubadora compartida en parto múltiple. Los
gemelos
comparten la misma incubadora. Así no se rompe el vínculo entre los
niños y facilita los cuidados de los papás. No se puede practicar si
existe riesgo de infección por parte de alguno de los bebés o si están
en estado grave.