La depresión es un trastorno heterogéneo con múltiples vías fisiopatológicas implicadas. La identificación de subtipos biológicos podría facilitar un abordaje terapéutico más preciso y efectivo. Un estudio publicado en JAMA Psychiatry ha explorado la hipótesis de que la alteración en la homeostasis energética, mediada por factores genéticos, define un perfil clínico distintivo en el trastorno depresivo mayor (TDM), caracterizado por aumento del apetito e hipersomnia.
Diseño y población del estudio
El trabajo integró datos de grandes estudios de asociación de todo el genoma con información clínica de dos cohortes psiquiátricas prospectivas: CoLaus|PsyCoLaus y el Estudio de Depresión y Ansiedad de los Países Bajos (NESDA). La muestra incluyó 1407 casos de TDM y 2020 controles de CoLaus|PsyCoLaus, junto con 1803 casos y 266 controles de NESDA. El diagnóstico de TDM se estableció mediante entrevistas diagnósticas semiestructuradas.
Modelado genético y variables analizadas
Los investigadores desarrollaron un modelo de ecuaciones estructurales genómicas para identificar un factor latente que integrara la responsabilidad genética compartida entre rasgos metabólicos (índice de masa corporal, triglicéridos, glucosa en ayunas, proteína C reactiva, leptina) y procesos motivacionales como la anhedonia. A partir de este factor, se construyó una puntuación poligénica (PGS) que cuantifica la predisposición genética a la disfunción en la homeostasis energética.
Principales hallazgos clínicos y genéticos
El análisis mostró correlaciones genéticas significativas entre los rasgos metabólicos y motivacionales evaluados, con valores de r entre 0,11 y 0,81. En las cohortes clínicas, el PGS del factor homeostático latente fue significativamente más alto en los pacientes con TDM que presentaban aumento del apetito (odds ratio [OR] 2,25) e hipersomnia (OR 1,22) en comparación con los controles.
Cuando se contrastó este subgrupo con otros pacientes con TDM sin dichos síntomas, las asociaciones se mantuvieron (aumento del apetito OR 1,88; hipersomnia OR 1,18), lo que confirma que se trata de un perfil sintomático diferenciado y no de una característica general del trastorno.
Interpretación fisiopatológica
Los resultados respaldan la existencia de un módulo fisiopatológico en la depresión vinculado a mecanismos de ahorro energético y aumento de la ingesta, posiblemente como respuesta adaptativa alterada frente al estrés. Este fenotipo podría implicar una mayor vulnerabilidad a complicaciones metabólicas como obesidad, resistencia a la insulina o dislipidemia, reforzando la importancia de la detección precoz y el seguimiento integral.
Relevancia para la práctica clínica
La identificación de un subtipo de depresión con base genética y manifestaciones metabólicas ofrece la oportunidad de optimizar las estrategias terapéuticas. Los pacientes con este perfil podrían beneficiarse de intervenciones combinadas que incluyan tratamiento farmacológico específico, abordajes psicoterapéuticos adaptados y medidas de control metabólico desde fases tempranas.
Además, el uso de puntuaciones poligénicas podría, en el futuro, ayudar a predecir qué pacientes desarrollarán este patrón sintomático, permitiendo una medicina de precisión más efectiva.
Conclusiones
Este estudio aporta evidencia sólida sobre el papel de la homeostasis energética en un subtipo definido de depresión, caracterizado por síntomas de aumento del apetito e hipersomnia. La integración de datos genéticos y clínicos abre una vía hacia la estratificación biológica del TDM, con implicaciones tanto en la prevención de complicaciones metabólicas como en el diseño de tratamientos dirigidos. El reconocimiento de estos perfiles es esencial para avanzar hacia un enfoque personalizado en psiquiatría, donde la biología del paciente guíe las decisiones terapéuticas.
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