Los primeros 1.000 días sientan las bases de la salud futura de una persona a lo largo de su vida. Este fue uno de los mensajes clave transmitido por los expertos del centro de Investigación e Innovación de Danone Nutricia en Utrecht.
Los especialistas intervinieron en una Jornada con los medios de comunicación al cumplirse el décimo aniversario del centro, un referente mundial en soluciones de nutrición especializada, en la que confirmaron su compromiso con la ciencia y la innovación en nutrición médica especializada.
“Lo que ocurre en los primeros años de vida tiene un impacto crucial en la edad adulta”, subrayaron, al tiempo que destacaron los beneficios de la leche materna como la mejor nutrición para el bebé.
“Existe una variabilidad en su composición y consistencia en los beneficios”, apuntó Bernd Staht, director de Investigación y Ciencia Analítica de la Leche Materna, Ciencia Médica y Nutricional, profesor asociado del Grupo de Biología Química y Desarrollo de Fármacos del Departamento de Ciencias Farmacéuticas de la Universidad de Utrecht (Países Bajos).
En su ponencia Staht versó sobre la leche materna como patrón de oro de la nutrición infantil, al tiempo que explicó cómo los componentes de este complejo fluido biológico pueden beneficiar a todos los lactantes.
Estrategias
“Existen diferentes estrategias nutricionales para apoyar el sistema inmunitario infantil a través del intestino con, por ejemplo, prebióticos, probióticos, postbióticos y simbióticos”, subrayó en plena coincidencia con Rocío Martín, directora ejecutiva de Ciencias Médicas y Nutricionales en Early Life en Danone Nutricia.
Como apuntó el profesor Stahl, los oligosacáridos de la leche humana (HMOs), las proteínas funcionales y los lípidos juegan un rol clave en la fisiología de la leche materna, “que siempre se adapta a las necesidades niño; no es una medicina, pero actúa como tal no solo para el bebé, sino también para la madre”.
En su opinión, nuevos datos sobre la influencia de la nutrición, la genética y el estilo de vida en la composición y los beneficios de la leche materna “aportarán nuevos conocimientos sobre las necesidades de nutrición materna e infantil”.
En la misma línea que Staht, la doctora Martín con una dilatada experiencia como científica de microbiología intestinal y probióticos, sostuvo que “lo que ocurre en los primeros años de vida tiene un impacto crucial en la edad adulta; hay que apoyar y ayudar a las mujeres en la lactancia materna”.
Lactancia
De forma reiterada, los expertos confirman, estudios tras estudios, que la leche materna es el mejor alimento para los lactantes, ya que proporciona la nutrición optima a cada niño. Por su parte, la OMS se ha marcado como reto aumentar hasta un 50% los índices de lactancia materna exclusiva en bebés de hasta seis meses para el año 2025.
Frente a evidencias y objetivos oficiales, en España, pese a que el 98% de las madres como primera opción quiere dar el pecho para alimentar a su bebé, solo el 68% lo logra como consecuencia, sobre todo, de problemas derivados de la lactancia (46%) y la mastitis (25%).
De media, entre un 20 y un 25% de las madres está en riesgo de desarrollar mastitis, patología cuya incidencia alcanza el 10% entre las mujeres que dan el pecho, con una variabilidad de 2,66 al 33%, principalmente debido a la diversidad de prácticas diagnosticas utilizadas.
Mastitis
Debido a que la mastitis es dolorosa y debilitante, 1 de cada 4 mujeres decide dejar de dar el pecho, lo que convierte a esta inflamación en la primera causa de tipo médico para un cese de la lactancia materna precoz e indeseado. Por ello, la prevención de la mastitis es clave para reducir la probabilidad de interrupción de la lactancia materna.
En este sentido, se refirió a varios estudios que han confirmado que la administración oral de cepas probióticas específicas a mujeres lactantes con mastitis reduce considerablemente el dolor en las mamas y la recurrencia de los síntomas de mastitis, al mismo tiempo que logra reestablecer el equilibrio microbiano de la leche materna.
Probióticos
Y es que se ha demostrado que los probióticos son eficaces no solo para el tratamiento, sino también para la prevención de la mastitis, así como una alternativa o complemento a la terapia con antibióticos.
Para Martín, la poca información y la concordancia entre las expectativas y la situación real genera mucha frustración y conduce frecuentemente al abandono de la lactancia. Por eso, abogó por “educar en los conceptos de nutrición básicos que mejorarán la salud de las personas”.
Guus Roeselers, jefe del equipo de Microbiología de Danone Nutricia explicó el importante papel del intestino, que es responsable de la digestión, la absorción de nutrientes y la excreción de residuos. Se refirió también a la interacción entre la nutrición, el intestino y los microorganismos que alberga (la microbiota intestinal), que es extremadamente importante para la salud y el bienestar.
Doctorado en Biotecnología Ambiental en 2007 por la Universidad Tecnológica en Delft, la cuna holandesa de la microbiología, Roeselers explicó que durante los 1.000 primeros días de vida, el tracto gastrointestinal experimenta un rápido crecimiento y diferenciación. “El sistema inmunitario también sigue desarrollándose tras el nacimiento”.
Microbiota
Subrayó que entre el 70-80% de las células inmunitarias se encuentra en el intestino. Por eso, “una microbiota intestinal sana es clave para el correcto desarrollo del sistema inmunitario. El desarrollo de la microbiota en la primera infancia ofrece una oportunidad única para mejorar la resiliencia inmunitaria a través de la nutrición”.
Como el resto de los investigadores, incidió en que la leche materna es la mejor nutrición para el bebé durante su primera infancia. “Se ha demostrado que favorece el crecimiento y desarrollo óptimos”.
Porque, como continuó explicando, la leche materna proporciona componentes bioactivos como HMO (Oligosacáridos de la leche humana), bacterias y células inmunitarias. “Estos componentes juegan un papel clave en la instauración de una microbiota intestinal y un sistema inmunitario estables”.
El científico reconoció que un microbioma comprometido (debido, por ejemplo, a un parto por cesárea o a la administración de antibióticos en la primera infancia) supone un riesgo de desarrollar infecciones en la infancia así como enfermedades no transmisibles en otras etapas futuras de la vida.
Bióticos
Subrayó que la adicción de bióticos en las fórmulas infantiles es una estrategia nutricional bien investigada para apoyar y modular la microbiota intestinal y el sistema inmunitario.
“La mezcla de prebiótica scGOS/lcFOS ha demostrado clinícamente que reduce el riesgo de infecciones. Y los simbióticos (scGOS/lcFOS y B.breve M-16V) han confirmado restaurar la colonización intestinal retrasada en bebés nacidos por cesarías”, remarcó Roeselers.
Por su parte, Ardy Van Helvoort, director de Fisiología Nutricional y Nutrientes Funcionales en el centro de investigación e Innovación de Danone Nutricia en Utrecht, explicó en su ponencia cómo a lo largo de la vida, las enfermedades pueden conllevar una disminución en la ingesta de alimentos y un aumento de las necesidades nutricionales, lo que podría derivar en desnutrición relacionada con la enfermedad (DRE).
“La DRE puede causar pérdida de peso y especialmente pérdida de masa muscular, lo que deteriora la capacidad física- por ejemplo, la fuerza corporal y la velocidad al caminar- y la calidad de vida de las personas”, remarcó Helvoort.
DRE
Reconoció que el uso de productos de nutrición médica se traduce en mejores resultados en pacientes con desnutrición relacionada con la enfermedad (DRE) o presentan necesidades específicas en situaciones de fragilidad, Alzheimer u oncología.
Asimismo, hizo especial hincapié a la hora de señalar que favorece el estado nutricional de pacientes que no pueden comer o tragar con normalidad, en casos de ictus, disfagia o cuidados intensivos.
Con la nutrición médica estas personas consiguen ganar fuerza y energía. “Los mayores consiguen ser independientes durante más tiempo y se alivian los síntomas de la enfermedad, al tiempo que los pacientes se recuperan de forma más rápida”.
Van Helvoort mantuvo que el uso de estos productos retrasan la progresión de la enfermedad y mejora la calidad de vida de estos pacientes. “Además, reducen los costes sanitarios. Se considera que existe un 12% de ahorro promedio en comparación con los grupos de pacientes que no reciben nutrición médica especializada”.
En esta línea, remarcó que con la nutrición médica se reduce el número de hospitalizaciones y duración del ingreso. “Los fallecimientos y complicaciones se reducen en un 35%. Los pacientes que reciben esta nutrición pueden pasar hasta 2 días menos en el hospital respecto a los que no la reciben».
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