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viernes, 3 de marzo de 2023

“Este último año es cuando más demanda de tratamiento estamos recibiendo”

Las drogas han dejado de ser una preocupación social, pero siguen siendo una preocupación para los profesionales. Continúa siendo necesario avanzar en la concienciación de los peligros de drogas habituales como el alcohol y el tabaco, pero el sector de las adicciones se enfrenta a nuevos retos como la relajación ante el cannabis, el impacto de las NPS, las adicciones online y nuevos perfiles de pacientes, como un incremento de las adicciones en mujeres y un aumento de adictos mayores debido al envejecimiento poblacional.

Parece que ya no nos preocupan las drogas como en décadas pasadas, pero siguen matando a un millar de personas al año, ¿qué ha cambiado en la percepción que tenemos de las drogas y en el perfil de los adictos?

Efectivamente, la preocupación por las drogas ha disminuido y ya no estamos en la tesitura de los años 80 del pasado siglo. En ese momento se creó el Plan Nacional sobre Drogas con el consenso de todos los grupos políticos, debido fundamentalmente a que el consumo de heroína generó un incremento de la delincuencia, coincidiendo además con la aparición de SIDA y con un incremento de otras enfermedades infecciosas. Toda esta percepción de riesgo justificaba que el consumo de drogas fuese una de las primeras
preocupaciones de los españoles en las encuestas del CIS. Ahora, hemos pasado de uno de los cinco primeros puestos a más allá del 50. Pero, no hay que olvidar que el cómputo total de muertos en España no es de 1.000. A estos, hay que sumar las más de 50.000 muertes anuales a causa del tabaco y los cerca de 30.000 fallecimientos a causa del alcohol. Y es que, a veces, se nos olvida que el tabaco (nicotina) y el alcohol (etanol), también son drogas, lo que muestra claramente la normalización y, con ello, la baja percepción de riesgo con la que las contemplamos. Además, nos encontramos ante un aumento del consumo de cannabis y una banalización en cuanto al consumo de cocaína, siendo este frecuente en determinados ambientes.

Además de estas drogas, más o menos conocidas por todos, ¿cómo definiríamos las nuevas sustancias psicoactivas y cómo está impactando su consumo?

Cada año, el Observatorio Europeo de Drogodependencia detecta y analiza nuevas sustancias psicoativas (NPS el acrónimo en inglés), en ocasiones más de 100 cada año. Muchas de ellas son sustancias estimulantes y, aunque son nuevas, algunas son moléculas que derivan de otras anteriores, pero con una acción más potente y a veces con más capacidad adictiva. Algunas de ellas se venden en internet, por ejemplo, el cannabis sintético que, aunque puede actuar sobre los mismos receptores, no es cannabis ni deriva de él, aunque se busque un aspecto semejante. Son drogas en principio indetectables en los controles habituales, pero con una probabilidad de producir complicaciones orgánicas y psiquiátricas más agudas que pueden llegar a comprometer la vida de la persona que las consume. Podríamos decir que están de moda, y eso es un riesgo para las personas, especialmente jóvenes, que quieren experimentar.

También ha cambiado la percepción de algunas sustancias, ¿cómo está afectando el llamado cannabis terapéutico a la percepción de esta droga?

Aunque se habla de cannabis terapéutico, lo correcto sería hablar de cannabinoides terapéuticos, como puede ser el CBD. Aunque hay que matizar que no hay evidencia científica suficiente ni contrastada para considerar que el CBD puede, al menos de momento, ser un fármaco. Así, es cierto que la imagen de panacea que se está dando en algunos países ha complicado más las cosas. Ha incrementado el consumo, no ha descendido el narcotráfico y las consecuencias psiquiátricas y consumos accidentales en menores y mascotas se han incrementado. Estas son las consecuencias de creer que el cannabis es bueno para la salud.

¿Puede estar el problema en que la sociedad no entienda la diferencia entre ambos conceptos?

Posiblemente la sociedad lo entienda, pero al mismo tiempo pensar: “por qué no voy a consumir si se dice que es bueno para la salud, que sirve para calmar el dolor, para relajarse”. Para… mil cosas, vaya. Pero ninguna de ellas es cierta. Por mucho que digan, no hay estudios serios que así lo demuestren, aunque sí podemos encontrar “estudios” interesados.

En otros países preocupa la adicción y abuso de algunos medicamentos, ¿tenemos también este problema en España?

En España, fundamentalmente estamos asistiendo a un abuso de ansiolíticos (benzodiacepinas). Se trata de fármacos tranquilizantes con potencial adictivo que sirven para tratar la ansiedad y el insomnio, pero que deben estar prescritos por un facultativo y para un tiempo limitado. Cuando esto no es así, es cuando aparecen los problemas relacionados con su consumo. Por otro lado, los derivados opioides, sobre todo utilizados para el dolor crónico no oncológico, pueden acarrear problemas semejantes, pero más graves. La ventaja es que, a diferencia de lo que pasa en EE. UU., en España estamos elaborando protocolos y tenemos un control bastante estricto para que la persona no utilice el fármaco ni con más dosis de la adecuada, ni durante más tiempo que el necesario. Aun así, nos encontramos con casos que debemos tratar. Por eso SOCIDROGALCOHOL está colaborando con el Ministerio de Sanidad en los protocolos del uso racional de opioides.

Ante el aumento de patología relacionada con la salud mental, como la depresión o la citada ansiedad, a causa de la pandemia, ¿se ha detectado también un aumento de las adicciones?

Precisamente, este último año, después de las fases más agudas y graves de la pandemia, es cuando más demanda de tratamiento estamos recibiendo en las Unidades que nos dedicamos al abordaje de los trastornos adictivos.

Uno de los problemas sociales en cuestión de adicciones es que seguimos pensando que hay un consumo moderado de alcohol y que es incluso saludable, ¿seguimos sin tratar al alcohol como una droga?

El alcohol es nuestra droga cultural. Se consume de forma habitual, desde edades tempranas, y no hay realmente una conciencia del riego que entraña su consumo. El alcohol es una droga que actúa sobre el Sistema Nervioso Central, que está relacionada con más de 200 enfermedades, que además puede ser un factor en la aparición de más de 20 tipos de cánceres y que, como droga, puede provocar una adicción con las complicaciones físicas, psicológicas y sociales, que todos conocemos, pero que nos negamos a ver. Pese a ello, vemos a menores consumiendo alcohol, mientras sus padres les ríen la gracia, vemos cómo consumen alcohol las embarazadas, sin saber los riesgos que corre su bebé, y se sigue consumiendo antes de conducir o durante algunos trabajos. Se sigue manteniendo aún esa falsa creencia de que un vasito de vino es bueno para la salud, pero lo cierto es que solo es bueno para la salud “económica” de ciertas personas.  Que tomar un vaso de vino de vez en cuando no sea malo, no quiere decir que sea bueno, ni mucho menos saludable.

El otro gran problema, sin duda, sigue siendo el tabaco, ¿es necesario tomar más medidas contra el consumo de tabaco y contra nuevas formas de fumar como los vapeadores?

De entrada, diremos que SOCIDROGALCOHOL es miembro fundador, y yo personalmente, vocal de la Junta directiva del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT). Esto quiere decir que estamos pendientes de que el Ministerio apruebe de una vez el Plan Integral de Tabaquismo (PIT), que tiene guardado en un cajón. En el mismo, reivindicamos, como propuestas complementarias, el etiquetado neutro, el incremento de precios, la prohibición de fumar en terrazas y playas, y en sitios cerrados como pueden ser los coches, en los que además suelen ir niños. De todo ello, debería de salir una ley actualizada al respecto. Por su parte, los vapeadores, los dispositivos de calentar tabaco, etc. no solo no aportan nada, sino que en ocasiones pueden ser puerta al consumo del cigarrillo convencional. Y no olvidemos que su uso también se relaciona con enfermedades respiratorias, e incluso con algunas neoplasias, al contener metales pesados. Se prohibieron cigarrillos de chocolate y ahora se venden como chuches los vapeadores de sabores, con y sin nicotina. Estos últimos los pueden adquirir los niños, ¿para que imiten conductas? Pues eso.

Hablando de jóvenes, una de las preocupaciones en este colectivo es la adicción a los móviles, redes y otras pantallas y tecnologías…

La adicción a las nuevas tecnologías, al gambling (con apuestas), o al gaming (juego por diversión), el uso indiscriminado de las redes sociales (Instagram, tick-tock, etc.), ya están dando resultados negativos como desinterés, fracaso escolar, pérdida de habilidades sociales, aislamiento y un largo etcétera que lo único que va a conseguir es que la persona viva en “su mundo”. Y esto no quiere decir que ni los móviles ni la tecnología sean malos, al contrario, son herramientas necesarias, casi imprescindibles en la sociedad en la que vivimos, pero hay que enseñar a utilizarlas. No hay nada que me indigne más que observar la negligencia educativa y el desinterés que demuestran algunos padres que le dejan el móvil al niño o a la niña para que les deje comer, para que no moleste. De esa forma les estamos enseñando a que no sepan interaccionar con los demás.

Ha mencionado el juego online, ¿estamos realmente poniendo herramientas para evitar la adicción al mismo?

El juego online puede acarrear, y no solo entre los menores, las pérdidas de dinero, de tiempo, de sociabilización y de familias. Aún estamos empezando a poner soluciones, porque la sociedad todavía no se ha percatado realmente del riesgo que entraña. Sin embargo, podemos aseverar que algunas CC. AA. están ya redactando o disponen de estrategias específicas para el juego, con aspectos preventivos y asistenciales. Pero, todo ello implica una corresponsabilidad entre administraciones y una ley que regule todos los temas relacionados, desde la publicidad hasta la accesibilidad. Nos falta mucho por recorrer…

Se habla mucho de las adicciones en gente joven, pero ¿nos olvidamos de las adicciones en los mayores, pese a ser un gran porcentaje de población?

No nos estamos olvidando, pero no estamos dando la respuesta necesaria. Hay que arbitrar protocolos y recursos específicos para estas personas. En cuanto al consumo de sustancias, por ejemplo, los adictos envejecen prematuramente, tiene más patología e incluso muchos se quedan solos. Nos preocupa especialmente el consumidor de opioides (heroína), también el de prescripción, por ejemplo, de analgésicos y muy mucho los dependientes al alcohol, ya que pueden llegar a tener un grado de marginalidad social importantísimo, con afecciones hepáticas y neurológicas severas y también cuadros psiquiátricos. Es un problema que va a ser cada vez más frecuente y al que debemos darle más importancia, incorporando nuevos recursos de atención e incluso de vivienda o residenciales. Básicamente, lo que ya existe en otros países.

Además del factor edad, ¿por qué las adicciones parecen impactar más en hombres que en mujeres?

Efectivamente eso parece, pero lo cierto es que cada día hay más mujeres adictas.  Además, si tener un trastorno adictivo de por sí, ya entraña ciertos aspectos estigmatizantes; el ser mujer es sufrir un doble estigma: el de adicta y el de no cumplir las expectativas que la sociedad patriarcal en la que vivimos les ha impuesto. Esto hace que les cueste más ponerse en tratamiento y que, cuando lo hacen, muchas veces los cuadros asociados a su adicción ya son más graves. Debemos visibilizar este problema para que las mujeres con una adicción pierdan el miedo a demandar un tratamiento.

¿Qué otros retos se plantean desde SOCIDROGALCOHOL para este próximo año?

Pues, aunque durante el pasado nos hemos encontrado con problemas para poder realizar determinadas actividades, por falta de apoyo institucional, nuestros retos siguen siendo: ofrecer una formación continua y de calidad; seguir apoyando a los colectivos de pacientes; seguir luchando contra el estigma de este trastorno; elaborar materiales y guías basadas en la evidencia (ahora estamos inmersos en la elaboración de material sobre el Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF) y en la elaboración de una Guía de Adicciones comportamentales); elaborar proyectos y programas de gamificación para la detección precoz e intervención breve en adicciones, tanto en adultos como en jóvenes. Y seguir elaborando nuestra revista Adicciones, que, con FI del 4,102, se ha situado como uno de los principales referentes científicos en este campo. Bueno, y muchas más actividades, que no dejan de surgir a lo largo del año y que muchos de nuestros socios y nuestras socias se encargan de realizar en nombre de SOCIDROGALCOHOL, sociedad científica con 53 años de historia.

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