La adherencia, entendida como el grado de seguimiento de las recomendaciones dadas por el médico, constituye un elemento clave en el control de las enfermedades crónicas y de los factores de riesgo cardiovascular.
En dicho término se incluye tanto el cumplimiento de los tratamientos farmacológicos, como el seguimiento de las recomendaciones higiénico-dietéticas o la adopción de cambios de estilo de vida en los pacientes.
En líneas generales, los pacientes tienden a comunicar una sobrestimación del cumplimiento farmacológico a su médico, en parte porque no quieren menoscabar la relación médico-paciente y, en parte, porque supondría reconocer su propia responsabilidad en la falta de control de ese problema de salud concreto.
Algo similar ocurre con los cambios en el estilo de vida, aunque aquí el grado de incumplimiento es más difícil de ocultar, ya que, por ejemplo, la obesidad es visible.
El incumplimiento o falta de adherencia constituye un problema complejo que engloba una gran variedad de situaciones y presenta múltiples causas.
Combinaciones fijas
Las combinaciones fijas de estatinas ofrecen ventajas importantes a la hora de manejar el riesgo cardiovascular. La principal ventaja es la mayor eficacia de las combinaciones frente a la monoterapia con estatinas para conseguir el objetivo terapéutico de colesterol LDL.
La tendencia es a intentar alcanzar objetivos de colesterol LDL cada vez más bajos y de forma más rápida para prevenir eventos cardiovasculares.
Duplicando dosis de estatinas se consigue tan solo un 6% de reducción de colesterol LDL frente al, aproximadamente, 20% que se consigue combinando estatinas con ezetimiba. En la mayor parte de pacientes la monoterapia con estatinas va a ser insuficiente.
También hay que tener en cuenta que se minimizan las reacciones adversas, como las mialgias y artralgias, y se reduce el coste de los medicamentos.
Mejor adherencia
No hay que dejar pasar por alto un aspecto importante y es que las combinaciones fijas mejoran la adherencia terapéutica y la calidad de vida de los pacientes.
En general, se emplean las combinaciones siempre que se necesiten reducciones importantes de cLDL para alcanzar objetivos de valores menores de 70 o 55 mg/dl, sobre todo en prevención secundaria.
La idea es bajar el cLDL cuanto más y cuanto antes mejor, para lo que las combinaciones proporcionan la rapidez y la potencia que se necesita.
Buenos resultados
De hecho, el estudio EXPLORER 2 demostró la superioridad de la combinación de rosuvastatina con ezetimiba frente a la rosuvastatina en monoterapia, alcanzando un 70% de reducción media, frente al 57% en el brazo de la monoterapia.
La combinación de rosuvastatina/ezetimibe está indicada dependiendo del nivel basal de LDL y del riesgo del paciente. Si no logra los objetivos en un plazo mínimo de 4 a 6 semanas a pesar de las dosis máximas toleradas o cuando ya se hayan titulado estatinas, está indicada la combinación.
Otras indicaciones
Otras indicaciones se centran en pacientes con el cLDL alto, donde la combinación está indicada desde un primer momento.
También hay que tener en cuenta a los pacientes que no toleran bien las estatinas de alta potencia en dosis altas y se necesita utilizar estatinas potentes en dosis bajas más ezetimibe para conseguir reducciones de hasta el 50% en función del riesgo del paciente.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores Benjamín Avilés Moya, Juan María Rubio López, Angel Tirado Conde, Pablo Tallón Povedano, María Dolores Medina Pérez, Eugenio Manuel Gamez Gonzalez y Marcelo Carmona Valiente, de Jaén.
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