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martes, 22 de diciembre de 2020

El seguimiento de la dislipemia contempla otros factores de riesgo cardiovascular

En el seguimiento de un paciente con dislipemia se deben contemplar todos los factores de riesgo cardiovascular, como la presión arterial, diabetes, tabaquismo, eventos cardiovasculares previos.

Las analíticas deben incluir perfil lipídico completo, colesterol total, LDL, HDL, TDG;  hemograma y BQ completas, sin obviar la hepática; determinación de niveles de urato, Na, K, Ca, CK y TSH y cociente albúmina/Cr. La periodicidad de las analíticas dependerá de cada situación en particular.

Los pacientes con algún factor de riesgo cardiovascular, como un LDL>130, deben iniciar tratamiento con hipolipemiantes. Con dislipemia hay que considerar las comorbilidades asociadas, como son la hipertensión arterial, la diabetes, los eventos cardiovasculares, la  enfermedad aterosclerótica, la renal crónica y hipercolesterolemia familiar.

Además de controlar el metabolismo lipídico, es importante fijarse en el peso corporal, en las cifras de presión, cuyo objetivo terapéutico depende de cada situación específica, pero generalmente evitando cifras superiores a 140/90 mmHg.

También es clave mantener un buen control glucémico, que dependerá de cada situación específica. Por eso, se debe incluir la determinación de glucemia basal en ayunas en analíticas seriadas y si hay glucemias >110, pedir una determinación de HbA1c.

Manejo terapéutico

En relación con el tratamiento antihipertensivo, los IECA y los ARA II son las clases de fármacos más utilizados. Tienen la misma eficacia que otras clases de fármacos en cuanto a la incidencia de complicaciones cardiovasculares graves y mortalidad.

Respecto a la diabetes, se dispone de un gran arsenal terapéutico, que incluye la metformina, sulfonilureas, glinidas, tiazolidindionas, inhibidores de las disacaridasas, inhibidores de la dipeptidil peptidasa 4 y agonistas del receptor del péptido 1 semejante al glucagón, los inhibidores del cotransportador sodio glucosa tipo 2 del túbulo renal proximal -ISGLT2-. Estos, junto con la insulina, pueden utilizarse en monoterapia o combinación.

Las estatinas son uno de los fármacos más estudiados en la prevención cardiovascular en pacientes con dislipemias. Se ha demostrado que reducen la mortalidad y la morbilidad cardiovascular tanto en prevención primaria como en secundaria, ambos sexos y todos los grupos de edad.

Factores a tener en cuenta

Es importante tener en cuenta los posibles efectos secundarios derivados del tratamiento, que aunque no son frecuentes, aparecen en determinados pacientes y obligan a la realización de cambios terapéuticos.

También hay que evitar tratamiento hipolipemiante intensivo en pacientes añosos, y en caso de precisar, siempre valorando el riesgo cardiovascular estimado, los niveles de LDL, las interacciones con otros fármacos y la situación basal del paciente.

Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina de Familia Assumpta Mira Carrión y Rafael LLin Sanz, del Centro de Salud  La Bassa, Alcoy, y Ernesto Ferras Sardiñas, del Centro de Salud Ibi; José Juan Vidal Piqueras, José Luis Martínez Lázaro, María José Gómez Fernández y Juan Garcia Sempere, del Centro de Salud Sax, y Cándido Pequeño Prieto, Mª Carmen Mouzo Toba, Yaquelin Sánchez Fernández, Emilia Feijoo Fernández y Manuel Martín Campos, del Centro de Salud Cee.

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