No hay duda de que el liderazgo de la asistencia hospitalaria en la pandemia provocada por el coronavirus se trasladará a la Atención Primaria (AP). “Es la única alternativa a la salida de la actual crisis sanitaria. Aunque lo más noticiable de esta situación hayan sido los hospitales -por ejemplo, Ifema en Madrid y otros en Barcelona-, el papel jugado por la AP ha sido y está siendo relevante en la importante contracción de la pandemia en los pacientes leves y moderados, aunque la estrategia oficial elegida para hacerla frente haya sido la de centralizar recursos y alternativas en los centros hospitalarios”, explica a EL MÉDICO INTERACTIVO el doctor Antonio Fernández-Pro Ledesma, presidente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
Una labor clave la de los médicos de AP, a pesar de no haber dispuesto de material suficiente de protección ni medios diagnósticos a su alcance para hacer diagnósticos precoces, como los famosos test rápidos conocidos desde hacía tiempo, pero que hasta hace bien poco no han estado en la calle. “Incluso los que teníamos a nuestro alcance en AP los han derivado para hacer un seguimiento casi monográfico-hospitalario del COVID-19”, reconoce un tanto perplejo el presidente de la SEMG, porque es consciente de que de cara a un próximo futuro el tratamiento mayoritario del coronavirus descansará en la AP, “porque tenemos que volver a la normalidad y la pandemia tendrá que estar focalizada en dos puntos de vista absolutamente claros. Por un lado, el diagnóstico precoz de los casos nuevos que se harán en AP y para los que necesitaremos contar con los medios necesarios; y el otro punto pasa por el aislamiento de los casos detectados, también a controlar desde la AP”.
El doctor Antonio Fernández-Pro Ledesma considera que proliferan los profetas del pasado, porque lo que sí está claro es que hace tres meses nadie conocía el alcance y los efectos de una enfermedad nueva. “Sin embargo, ahora todos somos expertos. Pero la realidad es que siguen existiendo tremendos interrogantes, muchos más que certezas y debemos de esperar a las certezas”, sostiene, al tiempo que insiste en señalar que es la hora del análisis de lo ocurrido, que deberá de llegar desde varias líneas. “Habrá que saber por qué el número de fallecidos es significativamente mayor en un sitio que en otros; si ha tenido que ver la forma de enfocar el problema o no, si se ha actuado tarde o no, con poca o demasiada prudencia, con medidas adecuadas o no; en definitiva, pienso que el gran análisis y los grandes titulares hoy por hoy no se pueden dar porque aún son desconocidos”, indica.
Desconocimiento de las personas contagiadas
Es contundente al señalar que se desconoce realmente el número exacto de personas que están infectadas. ”Y no lo sabemos por diversos motivos. El primero, porque no se han empleado medios masivos de diagnósticos. Otro motivo, que la forma de contar los contagios no es que sea diferente de un país a otro, sino que es distinta de unas comunidades autónomas a otras, con lo que difícilmente podemos hacer un mapeo real de cuál es la situación. Y otros más, como el que la notificación de casos sea diferente y el cuenteo de muertes distinto según dónde, aunque parece que ahora se esté empezando a poner un poco de luz de homogeneidad en esto”, explica
En este sentido, el presidente de la SEMG considera que hay mucho que aprender sobre la pandemia, por lo que cree fundamental analizar todo lo que está pasando y utilizar estrategias consensuadas. “Las estrategias en todas las pandemias ya están descritas, no estamos inventando nada; lo que sucede es que el Gobierno de cada país ha escogido una. Evidentemente, todos los sistemas sanitarios de todos los países se han visto sometidos a un estrés inusual; todos podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que por mucho tiempo que llevemos trabajando en la profesión, es la primera vez que hemos vivido esto. Con lo cual tenemos que ser prudentes, colaboradores y tremendamente abiertos a coparticipar en soluciones a situaciones nuevas que puedan venir”, recalca con vehemencia.
Sobresaliente del médico de AP en versatilidad
Sobre si se está dotando a la AP con medios humanos y técnicos suficientes para atender a cualquier epidemia sobrevenida, el doctor Fernández-Pro Ledesma es rotundo al afirmar que eso habría que preguntárselo a los políticos. En lo que sí insiste con claridad es que el médico de AP está preparado para atender cualquier contingencia. “De hecho, se ha demostrado la versatilidad que tiene en esta crisis sanitaria. Se ha reconvertido a médico digital o se ha desplazado al médico de familia de su centro de trabajo para llevarlo al hospital. Evidentemente, la versatilidad de adaptación del médico de AP está siendo de sobresaliente”.
Como apunta el presidente de SEMG, esta adaptación al paciente está en el medio natural donde desarrollamos nuestro trabajo, “porque no hay que olvidar que hay dos cosas básicas en una pandemia: evitar desplazar al paciente de su entorno, y por otra parte, en los estadios finales de enfermedad, en pacientes frágiles con comorbilidad y para atenderlos en su integridad, el médico de AP es clave. Por lo cual, para terminar de controlar la pandemia, o al menos mitigarla, no queda otra que fortalecer al médico de AP, a la Atención Primaria en general”, sostiene con convencimiento.
Reconoce con el amargor de haber acertado, que ya venían advirtiendo desde hacia años de que el presupuesto dedicado a la AP era muy pobre, que estaba infradotado y podía tener duras consecuencias. “Esto ha quedado en evidencia con el COVID-19, que ha demostrado que hay que reforzar la Atención Primaria tanto con medios humanos como técnicos, si queremos que juegue un papel fundamental, como no puede ser de otra manera, ante crisis sanitarias como esta pandemia; la lección bien aprendida que tenemos que sacar de esta crisis es que un sistema sanitario debe ser fuerte, coherente, porque no solo está en juego la asistencia sanitaria, sino la vertebración de la propia ciudadanía”, indica.
“La gestión no es solo información”
El presidente de la SEMG reflexiona también sobre la gestión de la pandemia, apartado en el que resalta que se ha producido sobresaturación de información. “Muchas veces a la ciudadanía se la ha confundido mezclando sobreinformación científica sobre el virus y la gestión de la atención sanitaria. Cierto, las dos cosas deben ir de la mano, pero la comunicación ha de estar en manos de los científicos que conocen la ciencia y el sistema sanitario. Tenemos que ser más humildes cuando uno se enfrenta a una pandemia de estas características, tremendamente humildes. Hay que levantarse cada día haciendo autocrítica y reflexionando en qué puedo hacerlo mejor. Esto es lo que hacemos los médicos de familia cada día”, apostilla, al tiempo que insiste al decir que la información debe ser veraz y coherente para que la población sepa digerirla. “En esto también tendremos que sacar conclusiones de esta crisis y aprender de los fallos para no repetirlos. Porque nos han saturado de tal manera que en muchas ocasiones no sabíamos discernir entre la información correcta y la tergiversada. Eso no ha sido bueno ni para el ciudadano ni para el profesional”, explica.
En esta línea sostiene que, si queremos un sistema sanitario fuerte, hay que parar, analizar y sacar conclusiones para aprender. “Ahora nos aplauden a las ocho de la tarde, pero ¿los aplausos serán continuados?”, se pregunta, y sobre todo, “¿serán consecuentes? Porque no sabemos si la sociedad está por la labor de hacer esfuerzos añadidos para que la Sanidad forme parte de la vertebración de este país o vamos hacia un sistema precario, como parecía que íbamos con la externalización y privatización de los servicios. Es un análisis pendiente”, añade el presidente de la SEMG, al tiempo que insiste, “no somos héroes; los médicos de AP vemos que hay muchos muertos sobre la mesa como para no analizar lo que ocurre. Exigimos tener medios técnicos y de protección para atender a nuestros pacientes y no contagiar a nadie; somos conscientes de que en muchos momentos de esta epidemia hemos sido el foco de contagio por esa falta de medios. De hecho, la sensación de distanciamiento que tienen hacia nosotros, de miedo, de ciertas reservas existe por esto mismo. Y no cabe duda de que eso no puede pasar y tenemos que tener todos los medios técnicos para poder atajar una crisis de este tipo con suficiencia. Por lo menos con lo que sabemos”, apostilla.
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