En la actualidad, los algoritmos para predecir el riesgo cardiovascular se basan en las tablas de riesgo cardiovascular, que sirven para individualizar el riesgo de cada paciente y decidir con datos objetivos la idoneidad o no de tratamiento.
La tabla SCORE está calibrada para España para el riesgo estimado de mortalidad cardiovascular aterosclerótica en 10 años, con valores específicos de presión arterial sistólica y colesterol total, según el habito tabáquico, sexo y edad.
Por su parte, la tabla REGICOR toma en consideración el sexo del paciente; edad, solo aplicable para pacientes entre 35-74, que el grupo de edad donde, según diferentes variables, el riesgo cardiovascular puede variar; fumador, sí/no, diabetes, sí/no; niveles de colesterol total y cHDL y cifras de presión arterial, tanto sistólica como diastólica. También, hay disponibles calculadoras en forma de aplicación móvil o página web.
Hay que tener en cuenta que el riesgo cardiovascular y el riesgo coronario no son conceptos sinónimos. El primero incluye, además, la probabilidad de padecer enfermedad cerebrovascular y arterial periférica. En la práctica clínica habitual pueden emplearse indistintamente, ya que el riesgo coronario es una aproximación razonable del riesgo cardiovascular y constituye uno de los aspectos más importantes de la intervención terapéutica farmacológica, especialmente en el caso de hipertensión arterial, hiperlipidemia o dislipidemia.
Prevención
Para calcular el riesgo cardiovascular de cada persona en prevención primaria se valora el tabaquismo, la glucemia elevada (>110 mg/dl), el colesterol elevado (>200 mg) o CHDL <40 en hombres y < 50 en mujeres, hipertensión arterial, vida sedentaria y obesidad central (perímetro abdominal > 102 cm en hombres y> 88 en mujeres). En aquellos pacientes que ya han sufrido algún evento cardiovascular, los objetivos de tratamiento y control serán más ambiciosos pues ya hay enfermedad ateroesclerótica establecida. En las personas con elevado riesgo cardiovascular en prevención primaria y siempre en prevención secundaria se les añadirá a su tratamiento antiagregantes plaquetarios.
Medición de factores de riesgo
Los factores de riesgo son aquellos signos biológicos o hábitos adquiridos que se presentan con mayor frecuencia en los pacientes con una enfermedad concreta. La enfermedad cardiovascular tiene un origen multifactorial y un factor de riesgo debe ser considerado en el contexto de los otros. Los factores de riesgo cardiovascular, clásicos o tradicionales, se dividen en dos grandes grupos, no modificables (edad, sexo y antecedentes familiares), y modificables (dislipidemia, tabaquismo, diabetes, hipertensión arterial, obesidad y sedentarismo).
Aunque el impacto de factores de riesgo individuales como la hipertensión arterial, la dislipidemia, el tabaco y la diabetes, entre otros, está bien establecido y mejora la predicción del riesgo cardiovascular, el tratamiento del riesgo cardiovascular debe ser global, por lo que es necesario una evaluación de los múltiples factores de riesgo, ya que estudios epidemiológicos a gran escala han evidenciado que los factores de riesgo tienen un efecto sinérgico, más que aditivo, sobre el riesgo cardiovascular total. De esta forma, estudiando todos los factores de riesgo en su conjunto, se podrán plantear las pautas farmacológicas más adecuadas.
Diabetes
La diabetes es, junto con la hipercolesterolemia y la presión arterial, uno de los principales factores de riesgo cardiovascular que produce a medio y largo plazo complicaciones macrovasculares y microvasculares. El problema es que cuando estas complicaciones microvasculares, sobre todo con afectación de órganos diana (riñón, retina, corazón), se establecen es prácticamente imposible revertir su efecto y su evolución ya no dependerá solo del propio paciente, sino del curso paralelo de la enfermedad. Por eso, a partir de los 40 años, pero sobre todo a partir de los 50 años, todos los pacientes deberían tener al menos una determinación anual de glucemia, así como de presión arterial y colesterol.
Pacientes de riesgo
La prevención cardiovascular en pacientes de riesgo, como la población con diabetes mellitus, debe realizarse mediante un abordaje multifactorial. Hay que prestar atención a cada uno de los factores de riesgo cardiovascular, como hipertensión, dislipemia, tabaquismo, obesidad. El estudio Steno-2 demostró que un tratamiento intensivo en pacientes con diabetes tipo 2 de alto riesgo, mediante múltiples combinaciones de fármacos y modificaciones del estilo de vida, tenía beneficios sustanciales en la aparición de complicaciones cardiovasculares y tasas de mortalidad por todas las causas.
Por eso, en importante estratificar el riesgo, y para ello se debe usar una tabla fácil de aplicar donde esté representada la población a tratar. La decisión de iniciar un tratamiento se basará en el RCV, en lugar de en los niveles individuales de cada factor, lo que explica la necesidad de elaborar tablas de estratificación del riesgo y guías clínicas para su correcto cálculo y posterior abordaje terapéutico.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores Juan Ramón Herrera Ontañón, Pablo Huelin Martínez de Velasco, Tania luz Guardamino Romero y Marina Holgado Juan, de Añover de Tajo; los médicos de Familia Pedro Carvajal López, José Ángel Hernández Delgado, Fakhri Hussein Hasan y el internista Ramón Pérez Temprado, del Hospital Virgen Macarena, y José Carrión Martínez, Federico Martínez Gallego, Marcelo Carmona Valiente, Juan Carlos Marti Canales, Miguel Gutiérrez Paredes y Jesús López Ávila.
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