La implementación de la Ley de Contratación Pública, trasposición de una norma europea que entró en vigor en marzo de 2018, ha supuesto cambios destacados en el sector sanitario, ya que ha permitido introducir algunas novedades como los criterios de calidad en la adjudicación, la división en lotes o una forma contractual exclusiva para la innovación. Bajo esta premisa, se ha celebrado en Madrid el Foro ALSEDISA de Actualización sobre Contratos del Sector Público. Teoría y Práctica, organizado por el Comité de Antiguos Alumnos de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA).
En su presentación, David Lentisco, director general de Lentisco, comentó que dicha ley no es un simple marco regulatorio, sino que es un elemento de transformación, un marco administrativo, que hace que la compra pública se esté regulando. “El objetivo de dicha reforma es poner coto a los desmanes de la contratación pública, poniendo el foco en la ética que rige la gestión”.
En opinión del experto, este cambio debe hacer que los gestores se fijen menos en el puro precio y más en el balance calidad-precio, “porque la oferta más ventajosa económicamente no es la más barata. Es la relación calidad-precio la que debe guiar las decisiones”. Y la nueva regulación sí que explica qué es dicha relación.
Ciclo de coste de vida
También hay que prestar más atención al ciclo de coste de vida. Hay que formar a los técnicos de su importancia, ya que hará que la compra sea objetiva. “Si solo nos fijamos en el precio hay un autoengaño”, apuntó el experto.
Una de las novedades de la Comisión Europea en la nueva directiva es la etiqueta, que es la acreditación hecha por un tercero de forma objetiva. Es una buena herramienta para introducir criterios de objetivación y “si se quiere adquirir un producto de calidad hay que seguirlos. Permite seleccionar de forma objetiva para tener la mejor calidad-precio”, detalló David Lentisco.
Contratación electrónica
En cuanto a la contratación electrónica, que se incluye en la normativa, los expertos participantes en el foro comentaron que ahora empieza a verse la luz. Es difícil y además se cuenta con pocos medios para su implantación.
Juan Carlos Alonso, director Económico Financiero y de Servicios Generales del Hospital Fundación Alcorcón, en Madrid, señaló que todavía hay que aprender de la licitación electrónica que es difícil para varios actores. “Está muy dirigida y agilizará los procesos con una buena transparencia, ya que permitirá que cualquier persona pueda conocer en tiempo real las licitaciones públicas”.
Informe de necesidad
Tanto Lentisco como Alonso recalcaron la necesidad de que los clínicos se impliquen en la contratación pública. “Algunos creen que la contratación pública no va con ellos, pero sí, porque son funcionarios. Están capacitados para hacer el informe de necesidad; lo que no deben es estar en la mesa de contratación, aquí debe participar alguna otra persona del equipo”, apuntó David Lentisco.
En todo este proceso tiene que haber motivación, puesto que pone el foco en la responsabilidad. Tiene que establecerse una racionalización de la contratación pública, “porque, en su opinión, se compra lo mismo de forma dispersa”.
El contrato público debe asegurar la libertad de acceso, igualdad y no discriminación. Pedro Izquierdo, director de Gestión y Servicios Generales del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, destacó que la nueva normativa está profesionalizando la contratación. Aún quedan muchos aspectos por implementar, pero se están incorporando poco a poco, ya que se intentan mejorar los procesos para que redunde en la sostenibilidad del sistema.
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