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martes, 19 de agosto de 2014

Que es la Fiebre

La fiebre es una elevación anormal de la temperatura corporal, como respuesta a una agresión determinada

¿Qué causa la fiebre?

 
En general la fiebre ocurre por un cambio en el termostato interno, como respuesta a una reacción inflamatoria inespecífica o directamente por la acción de componentes microbianos. Al estar cambiado el termostato, el organismo busca generar calor y lo hace disminuyendo la pérdida de calor a través de la piel, disminuyendo la sudoración y aumentando el tono y actividad muscular, lo que genera escalofríos.

¿Qué temperatura se considera fiebre?
La temperatura normal es entre 36° y 37° pero un alza hasta 37,5° puede ser fisiológica. Aunque no existe un consenso, en general entendemos como fiebre la temperatura sobre 38° por vía rectal (la que tiene una diferencia de entre 0,5 y 1° mas que la temperatura axilar).


¿Qué tipo de termómetro se debería utilizar?
Tampoco existe un acuerdo generalizado. El termómetro ideal debe ser seguro, confiable y conveniente. En Chile el más usado es el termómetro de mercurio que cumple con esos requisitos, pero su rotura puede ser riesgosa para un niño. El termómetro digital puede ser una buena alternativa, pero es menos confiable, sobre todo si su batería no está en buen estado. El termómetro ótico es caro y de tecnología complicada, por lo que a veces cuesta obtener una temperatura real.

¿Cómo se toma la fiebre y cada cuánto rato?
Lo ideal es tomar una temperatura central que es más confiable y por lo tanto debiera ser tomada por vía rectal. Pero esto es difícil y poco práctico en niños más grandes, por lo que se sugiere tomar la temperatura rectal en niños menores de dos años y axilar en los mayores. También se puede tomar por vía oral o inguinal. Se debe mantener uno a dos minutos en el recto y cinco minutos en la axila. Es recomendable tomar con la frecuencia que sea necesaria hasta lograr un control de la temperatura. Por lo general cada cuatro a seis horas está bien.


¿Siempre hay que tratar de bajar la fiebre?
La fiebre puede ser un mecanismo defensivo frente a una determinada infección facilitando la respuesta inmune e inhibiendo el crecimiento bacteriano o viral. Por otro lado, la fiebre ocasiona malestar general, irritabilidad y rechazo alimentario. Además, aumenta el gasto metabólico y el consumo de oxígeno, con mayor exigencia respiratoria y cardiovascular. En condiciones normales no afecta mayormente, pero en un niño con enfermedades crónicas pulmonares, cardíacas o diabetes puede ser muy perjudicial. 


Por último la fiebre puede precipitar convulsiones en niños susceptibles. Por lo tanto se debería bajar la fiebre sobre 38,5°axilar o 39° rectal y sobre 37,5° axilar o 38° rectal en niños con enfermedad crónica o riesgo de convulsiones.

¿Cómo saber si es síntoma de algo grave?
La mayor parte de las veces la fiebre es causada por infecciones virales autolimitadas. Inicialmente, independiente del origen de la fiebre, los síntomas son muy similares y puede que no exista ninguna alteración en el examen físico. Tampoco hay una relación exacta entre la cuantía de la fiebre y la gravedad de la enfermedad (salvo en lactantes pequeños). En todo caso se debe tener especial cuidado en cualquier cuadro febril que se prolongue por más de 48 horas, o si se acompaña de compromiso del estado general, rechazo alimentario, gran irritabilidad o somnolencia o signos meníngeos (rigidez en la nuca).


¿En caso de ser necesario, qué hay que hacer para bajar la fiebre?
En primer lugar se debe desabrigar al niño y mantenerlo en un ambiente termo neutral (22-25°) y si es necesario iniciar medidas físicas como un baño de tina tibio (no frío) o compresas húmedas en el tórax, abdomen y que abarquen las axilas e ingles.
En forma simultánea se debe usar algún antipirético, previa consulta con su pediatra.

¿Cuándo hay que consultar al médico?
Debería consultar a su pediatra o en un servicio de urgencia, cualquier niño febril menor de 6 meses o que tenga más de 48 horas de evolución. También si tiene fiebre muy alta (sobre 39°) y se acompaña de escalofríos, cianosis o reticulado de la piel.




Otro motivo de consulta inmediata es el decaimiento, la irritabilidad y el rechazo alimentario; también la presencia de vómitos o diarrea abundante y dificultad respiratoria. Por último, todo niño con enfermedad crónica, tratamiento inmunodepresor o con antecedente de epilepsia o convulsiones febriles debiera consultar precozmente ante la presencia de fiebre.


¿Qué cuidados generales hay que tener con un niño con fiebre?
El niño debe ser mantenido en reposo en un ambiente tibio con el mínimo de ropa posible. Debe recibir una alimentación liviana, sin obligarlo a comer y es muy importante que reciba líquidos en forma abundante para asegurar una hidratación adecuada. Debe estar a cargo de un adulto responsable y atento a cualquier cambio en la evolución.




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