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martes, 18 de noviembre de 2025

“La Medicina de Rescate tiene su magia”

Laura Robles Perea siempre quiso ser médica. Era lo que más le gustaba, al igual que la montaña. Sin colgar la bata nos presenta a una doctora que ha conseguido aunar en su trabajo las dos pasiones que llenan su día a día profesional. Geriatra, médica de Urgencias y de Rescate en el Hospital de Figueras, reconoce en la entrevista con EL MÉDICO INTERACTIVO que “la magia del equipo de Rescate comenzó en 2020, tras un acuerdo con el Servicio de Emergencias Médicas (SEN), cuando los médicos dejamos de actuar de forma voluntaria y después de formarnos en habilidades en montaña nos integramos en el equipo con los bomberos”, explica.

En el día a día del grupo “trabajamos en aspectos sanitarios y en técnicas de aproximación y rescate, para que todo el equipo pueda afrontar mejor la situación”, reconoce. Y, de nuevo habla de magia:  “La magia viene de que los médicos aportamos nuestro saber al resto del equipo. Evidentemente nosotros no somos rescatadores, aunque sepamos cosas de montaña. Y ellos nos enseñan sobre el modo de actuar en la montaña para que, cuando salgamos a recatar a alguna persona, la seguridad del equipo sea mucho mayor”, reflexiona.

Desde 2013 es miembro de la Sociedad Catalana de Urgencias forma parte de la Sociedad Española de Urgencias y Emergencias (SEMES) y en 2020 entró en el Comité de Seguridad de la Federación Catalana de Senderismo (FEEC).

Médica geriatra. ¿Cuándo le nació la vocación por la Medicina? ¿Y por la Geriatría?

A los 10 años. En Cataluña había una serie de TV de residentes y no me perdía ningún capítulo. Tenía claro que quería ser médico. Soy geriatra por el MIR. Si hubiera tenido mejor puntuación hubiera elegido otra especialidad. Solía pensar en Medicina Interna o Intensivos; la Geriatría la tenía in mente, aunque era mi séptima opción. Pero tres minutos antes de tomar la decisión cambié; fue una sensación repentina y elegí ser geriatra. Fue una decisión acertada.

¿Cuándo le afloró su pasión por la montaña, la escalada, el senderismo …? ¿Qué fue antes, la Medicina o el montañismo?

Afloraron a la vez. En mi familia ya se salía mucho a caminar; somos muy de campo y hacíamos también montaña. En casa se ríen, porque a las nueve de la noche cuando daban “Al filo de lo imposible” en la 2, cambiábamos de canal para ver la serie de médicos. Me toman el pelo diciéndome que me tenían delante de la tele y ahora me tienen de médico de rescate. Aquí, en Cataluña hay mucha tradición de escultismo y de participar en grupos de excursionistas y mientras estudiaba la carrera ya era monitora. También he tenido la suerte de que mi pareja hacía montaña. Llevo 25 años casada y del pasear y del senderismo hemos transitado a esquiar y al alpinismo.

La doctora Laura Robles en un rescate en la montaña.

La doctora Laura Robles en un rescate en la montaña.

¿Cómo se compagina la Geriatría y la Medicina de Urgencias y Rescate? ¿Cuál es la profesión y cuál la vocación o es una línea de difícil trazado?

Hice Geriatría en el Hospital de Granollers, un centro con geriatría de agudos, pero todas las guardias de la carrera las realicé en Urgencias en la UCI, no en la planta. Además, mi marido ya era adjunto de Urgencias, en otro hospital. A mí, el paciente de edad avanzada en Urgencias me encanta, porque has de ver más allá de la edad; tienes que darle la vuelta  y descubrir más cosas de las que observas a primera vista. Cuando vine a trabajar a Figueras, primero estuve en Geriatría y, por cosas de la vida, el acuerdo al que llegué fue que si me quedaba en Urgencias vería a todos los pacientes, no solo a los mayores. Desde 2010 trabajo de adjunta de Urgencias, que implica hacer atención pre-hospitalaria, y desde 2013 estoy en la Sociedad Catalana de Urgencias, que forma parte de SEMES, donde hemos creado un grupo específico del paciente de edad avanzada en situación urgente y emergente.

¿Trabaja sólo en entornos hospitalarios o también en pre y extrahospitalarios como UVI móviles, ambulancias, puestos de socorro y de avanzada …?

En Cataluña lo pre-hospitalario lo lleva el Sistema de Emergencias Médicas (SEM). En mi hospital hay una base SEM. Todos los adjuntos de Urgencias seniors trabajamos en los dos sitios. Un día te vistes de blanco y trabajas dentro y a la siguiente guardia te vistes de amarillo y haces pre-hospitalario. Mi hospital está a 30 kilómetros de la frontera con Francia y a 30 del hospital de referencia, así que cubrimos una zona muy grande, esto implica que en pre-hospitalaria haces traslados largos y te pasan cosas superinteresantes. Hay mucho trabajo, pero me encanta.

¿Cuáles son los mayores riesgos que ve una doctora experta como usted en la montaña: la meteorología, terrenos escabrosos, inexperiencia, falta de preparación, irresponsabilidad …?

Normalmente nunca es solo una cosa. Un accidente suele ocurrir por un cúmulo de incidentes que se van sumando. La meteorología es cambiante y te puede jugar malas pasadas. Se suelen malignizar los accidentes en montaña y, casi por decreto y por el lenguaje que se utiliza, siempre se culpa al accidentado porque estaba haciendo algo que no tocaba, y no es cierto. A veces, las cosas podrían haberlas hecho mejor, pero los accidentes con rescate suelen deberse a un conjunto de circunstancias. En la montaña continuamente estás tomando decisiones que vas adaptándolas según lo que va ocurriendo. La mayoría de las personas a las que vamos a rescatar no están graves, pero si no las sacas de allí, al cabo de 12 horas sufrirán hipotermia o les habrá pasado algo más grave. Si vas caminando y te tuerces un tobillo, o te sacamos o no sales, depende de dónde estés. Con frecuencia los accidentes se deben a la mala suerte o falta de planificación. Aunque es cierto que cuando más planifiques una salida y más entrenado estés en la actividad de acuerdo con tus capacidades, menos probabilidades tienes de que te pase algo.

¿Qué papel juega el calor en los accidentes de montaña?

Normalmente es el factor principal que se suma a otros. Cada vez la gente está en mejor forma y sale a realizar ejercicio con más años. Muchos toman medicación que les permite hacer la actividad, pero cuando esto coincide con mucho calor se deshidratan, o al revés; un día está nublado y la gente piensa que no le ocurrirá nada, pero con el ambiente húmedo se puede deshidratar igual. Suelen ser componentes sumatorios. Hay gente que tiene su recorrido calculado, pero le surgen imprevistos y cuando llega a donde ha aparcado el coche ya aprieta el calor o se tuerce un tobillo y, entonces, hay que acudir a rescatarle.

¿Se hace suficiente pedagogía, promoción y difusión social de la prevención y precaución en la actividad al aire libre? ¿y del sistema de emergencia sanitaria?

Se hace, pero creo que tendría que hacerse más. Lo más necesario es que todos seamos conscientes de que es responsabilidad nuestra el mantenernos sanos, tanto en la montaña como en la vida diaria. Que tengas buena dieta, que hagas actividad física y que no fumes ni bebas alcohol te mantendrá sano más años. En la montaña pasa igual. Si planifico, si mis actividades están a mi altura y si puedo entrenar lo que toca, estaré más seguro. Es importante el concepto de que cada uno debe mantenerse bien; el problema es que a veces sin tener estas precauciones las cosas te salen bien y piensas que no necesitas todas estas cautelas. Te dicen, el otro día salí a 30 grados y volví bien, porque no me afecta el calor. Siempre les respondo que eso no es así, que tuvo suerte porque ese día no le pasó nada, pero otro día se torcerá el tobillo, tendrá que quedarse quieto y le sacaremos hipotérmico por no llevar protección.

Ahogados en ríos, pantanos y playas; despeñados, extraviados, accidentados en montaña, ¿somos irresponsables o despreciamos el peligro?

Cuando vamos a rescatar a alguien es difícil hacerte una idea de la situación y juzgar lo que ha pasado tres minutos antes; nuestro objetivo es ayudarles. En la zona donde trabajamos tenemos kilómetros señalados para ir caminando por los acantilados de la playa. Y de tanto en cuanto alguien pisa mal y se despeña, ¿irresponsable? Evidentemente, si vas con chanclas tienes posibilidades de que te despeñes y tengamos que ir a rescatarte. El problema es que actividades que pueden tener cierto riesgo, como caminar por junto a un acantilado, se banalicen un poco porque es una ruta que la hace mucha gente y tienen la sensación de que aquello no es nada; y no es así, deben de ir con mucho cuidado. A veces, la persona es responsable de lo que le pasa y en otras ocasiones, no. En el momento que todo el equipo va a rescatar lo que miras es por la seguridad de todo el mundo y por hacer el rescate lo mejor posible; no es el momento de juzgar lo que ha pasado cuatro minutos antes para que aquello acabara así.

En ocasiones los rescates se deben hacer recorriendo kilómetros andando.

Muchos rescates se deben hacer recorriendo kilómetros andando.

¿Cree que hay suficientes medios materiales y humanos para hacer frente a estas urgencias o emergencias?

La forma más efectiva de solucionar una emergencia es que no ocurra. Cuando más cultura popular podamos hacer al respecto, mejor. Es cierto que en los últimos años es mucho más barato poder acceder a mejor material, conseguir una mochila más práctica, y que puedas comprarte equipamientos con buenos materiales de seguridad: mantas térmicas, GPS, baterías solares… cosas que antes era más complicado. El concepto ha cambiado y todo el mundo tiene acceso a material de seguridad del que antes ni se hablaba y, sin embargo, ahora es habitual.

Sufrimos déficit de médicos en muchas especialidades, ¿hay “necesidad urgente” de MIR en Urgencias y Emergencias para garantizar el recambio generacional?

En la zona de Cataluña donde trabajamos tenemos a diario cuatro equipos de rescate de montaña, tres de ellos con helicópteros y dos medicalizados. Esto no había pasado nunca, tener un médico que entra en escena caliente. Estamos mejor que hace años, aunque las Urgencias en el medio natural son un poco imprevisibles. Se puede decir que tardamos en llegar en ocasiones, porque cuando nos llaman a cinco minutos del ocaso tenemos que ir caminando. No se trata solo de tener los medios, sino de que el lugar donde pasan las Urgencias, a veces, es de difícil acceso, y en Cataluña no puedes volar las 24 horas porque los medios no están siempre. Pero hemos mejorado muchísimo y estamos mucho mejor que hace 5 años.

Sí, son necesarias más plazas MIR, no tanto por el recambio generacional, sino por el concepto de Medicina de Urgencias y Emergencias. Hace años, había quien acababa trabajando en Urgencias porque no lo encontraba en otra especialidad que quizá le gustaba más; así sucedía cuando empecé hace 25 años. Esto ha cambiado, lo que queremos es que los médicos vengan “porque nos pirra y encanta la Medicina de Urgencia”. Y esto requiere de unas habilidades concretas. Necesitamos una preparación específica adaptada a la situación actual de los pacientes con edad avanzada, polimedicados que precisan cada vez mejor atención y por eso precisamos una buena formación.

Otro problema es que la necesidad de personal se mide por el número de urgencias que entran. Y esto no es verídico, porque la mayoría de los pacientes que llegan son más complejos y desde el inicio necesitan muchas pruebas. Igual han entrado cinco pacientes, pero has tenido que dedicarle más tiempo hasta saber lo que necesita. Esto es más difícil hoy que hace 15 años. Pero no es que falten médicos, sino que hay que sentarse y ver que los pacientes no pueden ser solo un número de Urgencias por personal, sino que preciso ver la cantidad de tiempo que necesitan para que les hagamos Medicina del siglo XXI.

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