Todavía hay poca formación y acceso para abordar el impacto emocional del cáncer. Así lo han indicado los expertos participantes en la presentación de la segunda edición del proyecto ‘Historias de Vida’, impulsado por la compañía MSD.
En el marco del Día Mundial contra el Cáncer, que se conmemora el 4 de febrero, precisamente esta edición se ha centrado en el impacto emocional del cáncer en el paciente, pero también en su entorno y en los profesionales que les atienden. Además, estos cuidados deben extenderse desde el diagnóstico, el tratamiento o las recaídas hasta la esperanzadora ‘larga supervivencia’.
Junto con MSD, forman parte de este proyecto la Fundación ECO (Excelencia y Calidad en Oncología), la Fundación Más que Ideas, la Sociedad Española de Enfermería Oncológica (SEEO) y la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (Aseica). El moderador de la presentación ha sido Joaquín Mateos, director médico de MSD en España.
Entre otros objetivos, la campaña busca “eliminar el estigma de la enfermedad, así como reforzar los vínculos entre todas las personas y entidades que abordan desde diferentes ámbitos la Oncología, desde la investigación, los pacientes y su entorno, los médicos y otros profesionales”.
Impacto emocional del cáncer
La visión médica también la ha aportado Pedro Pérez Segura, secretario de la Fundación ECO y jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid. En su intervención, ha hablado de la necesidad de “integrar la experiencia subjetiva del paciente, como el dolor y su estado emocional”. Además, es fundamental “favorecer una comunicación fluida” con las personas afectadas.
Respecto a la formación del personal sanitario para gestionar el impacto emocional del cáncer, Pérez Segura ha reconocido que no es suficiente. “Tenemos formación, pero no toda la que deberíamos tener”, ha dicho textualmente. “Realmente es un trabajo que debería comenzar en pregrado. Los médicos deben tener una buena formación en comunicación. De hecho, intentamos formar a los residentes en el día a día, pero también a través de cursos y talleres específicos”, ha comentado. En todo caso, según ha señalado, “la oferta de este tipo de formación claramente es escasa para la demanda existente”.
En cuanto a la formación del personal sanitario, se ha referido a la labor de los comités multidisciplinares, en los que la comunicación debe ocupar un lugar destacado. “Entre todos, debemos llegar a una decisión de consenso para ofrecer al paciente las mejores alternativas”. En dichos comités, ha añadido, también debe tener voz el propio paciente.
Investigación oncológica
La doble visión de científica y paciente ha sido aportada por Marisol Soengas, de Aseica. Según ha indicado, “los equipos de Oncología están muy preparados”; no obstante, muchas veces el paciente se siente abrumado después de la consulta y necesita contactar con el especialista para resolver dudas. “¿Puedo volver a llamar a mi oncólogo?, ¿con quién puedo hablar para hacer todas estas preguntas?”, se ha cuestionado.
El gran problema, como ha dicho Marisol Soengas, suele ser la sobresaturación de los servicios de Oncología, igual que el resto de especialidades. “Es muy complicado conseguir una cita con el especialista en Psicooncología”, ha dicho. Y, frente a esta problemática, ha elogiado la labor de las asociaciones de pacientes.
Enfermería oncológica
Ángeles Peñuelas, presidenta de la Sociedad Española de Enfermería Oncológica (SEEO), ha reivindicado la labor de la enfermera experta. “Una enfermera oncológica tienen entre sus funciones la de administrar tratamientos, pero también conocer las necesidades y los cuidados específicos de cada paciente. También debe hacer el seguimiento de los efectos secundarios y valorar el estado emocional del paciente y su familia”.
Con toda esta información, ha dicho Ángeles Peñuelas, la enfermera oncológica tiene que hacer planes de cuidados individualizados e integrales. El objetivo es prevenir complicaciones y, en definitiva, mejorar la calidad de vida del paciente con cáncer.
En cuanto a la formación para abordar el impacto emocional del cáncer, ha apuntado la necesidad de incorporar a los equipos multidisciplinares las figuras del experto en Psicooncología, Trabajo Social, nutrición, rehabilitación, etc. “Las enfermeras no tenemos formación, pero sí podemos escuchar y apoyar al paciente. Incluso gracias a nuestra experiencia previa, las enfermeras podemos más o menos orientar y canalizar las emociones”.
Antes del diagnóstico
Por su parte, Teresa Terrén, cofundadora de la Fundación Más que Ideas, ha comentado que “el impacto emocional comienza incluso antes del diagnóstico, con las pruebas médicas. Y también continúa tras la remisión o el alta”. Así, Teresa Terrén ha reclamado “recursos de apoyo psicológico e información relativa al proceso para poder facilitar la toma de decisiones compartidas”
Visibilizar las emociones
El proyecto ‘Historias de Vida’ comprende un ciclo de cinco diálogos por parejas de diez personas vinculadas a la Oncología. Los vídeos testimoniales pueden consultarse en www.msd.es/historias-de-vida.
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