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jueves, 11 de marzo de 2021

La diabetes, primera causa de enfermedad renal crónica

A nivel mundial se estima que entre el 80 y 90% de los pacientes con enfermedad renal crónica (ERC) no están diagnosticados. En México es un grave problema de salud pública, en el cual alrededor de 6.2 millones de mexicanos con diabetes tienen ERC en sus distintas etapas, sin saber que la padecen, según estimaciones del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).

Al igual que en otras enfermedades crónicas no transmisibles, tiene un diagnóstico tardío debido a la ausencia de síntomas en etapas tempranas, con lo cual avanza el deterioro de los riñones y los pacientes empeoran lentamente durante meses o años.

Camino silencioso

Por lo tanto, los enfermos siguen un camino silencioso de daño sistémico progresivo, sin recibir atención y sufriendo todo tipo de problemas catastróficos, como infartos agudos de miocardio, tromboembolias pulmonares, eventos vasculares cerebrales repetitivos, amputaciones, ceguera, discapacidades severas o muerte de forma prematura.

En conferencia virtual, los especialistas aconsejan al gremio poner énfasis en los factores de riesgo, el único modo de prevenir las complicaciones de la enfermedad. Es por eso que aprovechan el Día Mundial del Riñón, que se conmemora el segundo jueves de marzo, para visibilizar este problema.

Diabetes y enfermedad renal crónica

El doctor Ricardo Correa-Rotter, jefe del Departamento de Nefrología y Metabolismo Mineral del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INNCMSZ), recordó que la diabetes es la primera causa de ERC en México y afecta a 2 de cada 5 pacientes con esta condición. Se estima que en el país hay actualmente 14.6 millones de adultos con diabetes, de los cuales 13.5 millones son mayores de 20 años.

Entre los factores de riesgo para desarrollar ERC, se encuentran la hipertensión arterial, la genética, las enfermedades del corazón y la obesidad. También existen otras causas que pueden dañar los riñones, como los trastornos autoinmunes (entre los que destacan el lupus eritematoso sistémico y la esclerodermia), los defectos de nacimiento como anomalías congénitas o la poliquistosis renal; ciertos productos químicos tóxicos; lesión directa al riñón; infecciones y cálculos renales; problemas con las arterias que irrigan los riñones; algunos medicamentos como calmantes del dolor y fármacos para el cáncer, así como el flujo retrógrado de orina hacia los riñones, y la nefropatía por reflujo, entre otras.

Problema de salud pública

Al ser un padecimiento multifactorial, la ERC se ha convertido en un grave problema de salud pública en México por la dificultad de su diagnóstico oportuno y por el impacto en la demanda de recursos humanos, económicos y de infraestructura para el tratamiento que requiere. Además, es la segunda causa de años de vida perdidos en Latinoamérica por discapacidad.

Ante esta situación, el doctor Antonio Méndez Durán, nefrólogo y coordinador de programas médicos, planeación de la infraestructura médica de la Dirección de Prestaciones Médicas del IMSS, explica que es importante reconocer cuándo no funcionan bien los riñones y entre los primeros síntomas se puede tener náusea y vómito, cansancio y fatiga, pérdida del apetito, hinchazón de cara y tobillos, orina con espuma, comezón en la piel, falta de aire e insomnio o dificultad para conciliar el sueño.

Exámenes de sangre

“Para saber si se tiene daño en este valioso órgano hay que visitar al médico para que revise si existe el riesgo de presentar enfermedad renal y realizarse exámenes de sangre para ver la función renal y de orina, al menos una vez al año”.

Entre las principales funciones de los riñones están la regulación de la presión arterial, evitan la anemia, activan la vitamina D para tener huesos saludables, controlan los líquidos del cuerpo, el pH y eliminan toxinas del organismo.

Las ocho reglas de oro para un riñón saludable

1. Hacer ejercicio.
2. Moderar el consumo de azúcar y mantener bajo control los niveles de glucosa.
3. Monitorear la presión arterial.
4. Comer saludablemente y mantener el peso bajo control.
5. Tomar agua.
6. No fumar.
7. No automedicarse.
8. Ir al médico y checar la función renal.

Estas alternativas pueden tener un impacto positivo en la prevención y el control de las enfermedades crónicas no transmisibles que conducen a la ERC, así como su detección temprana y diagnóstico oportuno de la enfermedad renal crónica.

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