Josefina explica a EL MEDICO INTERACTIVO que lleva fenomenal trabajar con su pareja, “significa tener un compañero con el que trabajar con mucha complicidad y un apoyo cuasi incondicional. Compartimos, como no podía ser de otra forma, una visión todavía ilusionante de la vida profesional, de la implicación en el trabajo muy similares, aunque distintas, son complementarias, y sobre todo un respeto y admiración por el trabajo del otro”.
Para Joaquín también es enriquecedor, ya que “aporta mucha comprensión en cuanto a la necesidad de horas de dedicación y estados de ánimo. Asimismo, se avanza mucho más a la hora del desarrollo profesional si reman dos”.
Y es que estos dos hematólogos que trabajan en el Hospital Reina Sofía de Córdoba, les resulta más fácil comprender las horas que le roban a su familia y “los problemas y desvelos que una especialidad tan dura como la oncohematología puede presentarnos”, asegura Josefina.
Respeto y admiración
Dentro de su especialidad, tienen parcelas separadas en el trabajo. “Uno tiene una faceta más de laboratorio y otra más clínica, con responsabilidades diferentes. Aunque a veces es inevitable opinar o aconsejar sobre aspectos del trabajo del conyugue, como decía es muy importante esa admiración y respeto hacia su labor”, detalla la hematóloga, con la que coincide su marido comentando que “se complementan nuestras áreas de trabajo, pero no interfieren en absoluto”.
Llevar los problemas del trabajo a casa a veces es inevitable. “Nuestra especialidad es muy exigente profesional y emocionalmente y la actividad diaria genera estrés. El compartir profesión ayuda a que rápidamente diluimos conjuntamente a medida que cambiamos al horario doméstico”, asegura Joaquín.
Entendimiento
En esta misma línea se manifiesta Josefina cuando señala que “podemos entender esos problemas laborales mejor que en las parejas con profesiones diferentes y tratar de aportar soluciones. Además, no se necesitan muchas palabras para ponemos al día, pedir, recibir consejos o sugerenciaa. Rápidamente pasamos a otros temas”.
Los dos dicen que no suelen llevar los problemas de casa al trabajo, porque su especialidad exige dedicación plena y los problemas domésticos se aparcan al entrar al hospital, “aunque lógicamente puedan ocasionalmente influir en tu estado de ánimo”, comenta Joaquín.
En ocasiones los casos clínicos también se comentan en casa. Para Josefina supone que enriquece mucho ese intercambio, somos dos en vez de uno aportando experiencia y conocimiento. Aunque hemos tenido que aprender a poner límites para que no se conviertan en el centro de nuestras vidas. En este sentido, Joaquín se posiciona como su mujer indicando que “los casos clínicos particulares en nuestra especialidad suelen ser de alta complejidad, y poder comentarlos desde el punto de vista científico y emocional, supone un claro enriquecimiento para ambos. Eso sí, nunca en presencia de otros miembros de la familia.
Conciliación
Estos dos hematólogos, miembros de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia, no tienen problemas para conciliar. Tal y como apunta Josefina, intentamos un reparto equilibrado de tareas en casa, dentro de nuestras habilidades y preferencias, pero sin duda el trabajo y las horas dedicadas a la Hematología en horario no laboral “nos roba” mucho tiempo en familia. Los hematólogos somos muy pesados con la dedicación y compromiso con el paciente.
Joaquín dice que fluye de forma natural, “estableciendo prioridades profesionales y domésticas, y dedicándoles a cada una el tiempo necesario. Hay que organizar muy bien el tiempo diario porque somos entusiastas de nuestra especialidad y trabajamos mucho en casa. A pesar de ello, respetamos también el tiempo de familia, ocio, y deporte; no mucho, pero algo sí”.
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