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lunes, 18 de diciembre de 2023

El plan nacional de asma, más necesario que nunca

El plan nacional de asma, más necesario que nunca. Se trata de una de las enfermedades crónicas más prevalentes en España. Aunque no existen datos recientes, dado que el último estudio de prevalencia tiene ya casi 25 años, se estima que puede afectar al 5 % de la población adulta y al 10 % de la población infantil.

Así, se calcula que puede haber alrededor de 2,5 millones de personas con asma, de las cuales aproximadamente el 10 % presentan las formas graves de la enfermedad y, aproximadamente, la mitad tiene un asma grave no controlada. Además, en todos los estudios internacionales se ha objetivado un ascenso continuado de la prevalencia desde el año 2005 (con un aumento del casi el 30 % a nivel mundial).

Gran variabilidad

Hay una gran variabilidad dependiendo de la zona geográfica: existe una clara relación de la prevalencia de la enfermedad con factores como el nivel socioeconómico y factores medioambientales.

El asma puede tener un importante impacto en la salud de los pacientes, con presentación de episodios de exacerbaciones agudas, reducción en la función respiratoria y, en algunos casos, sintomatología constante. Así pues, el asma, sobre todo en sus formas graves, provoca un importante deterioro de la calidad de vida.

Se ha objetivado que más del 25 % de los pacientes con asma sufren trastornos emocionales (1), como ansiedad o depresión. Además, tienen problemas psicosociales, y la mayoría manifiestan algún grado de incapacidad funcional para su vida habitual. Esto ocasiona también incapacidades laborales, con el incremento de costes indirectos para el sistema y deterioro en la situación económica del paciente de forma secundaria.

Costes directos e indirectos

El coste directo que provoca el asma equivale al 2-4 % del coste total del Sistema Nacional de Salud (SNS). Se ha calculado que cada paciente con asma genera un gasto anual de entre 7.411 y 10.199 € en el SNS (2). Para el asma grave en población adulta, el coste sanitario incremental anual del asma en España, considerando los costes directos respecto a no asmáticos, fue de 11.703 €, y el coste no sanitario incremental (costes indirectos) fue de 3.461 € (3).

En la mayoría de estudios solo se recogen de forma correcta los costes directos (visitas, medicación, pruebas, hospitalización), y solo parcialmente los indirectos (incapacidades laborales) y mucho menos los denominados “intangibles” (gastos provocados en el entorno familiar), por lo que se estima que el coste real y el provocado al sistema en general puede ser mayor.

Unidades multidisciplinares de asma grave

Desde las Sociedades Españolas de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) se han realizado esfuerzos por acreditar unidades multidisciplinares de asma grave que garanticen la calidad en la atención a los pacientes. El objetivo es conseguir el control de la enfermedad o, incluso, la remisión de la patología con los nuevos tratamientos.

En el documento de consenso de SEPAR de 2022 (4), las recomendaciones consensuadas por más de 90 expertos en relación con la organización de las unidades de asma grave incluyen:

  • La necesidad de implementar los consensos de derivación de pacientes con asma desde Atención Primaria y servicios de Urgencias a estas unidades.
  • La coordinación entre niveles asistenciales como clave para el correcto manejo del asma.
  • Garantizar la continuidad asistencial en el manejo adecuado de los pacientes con asma.
  • Abordaje multidisciplinar del asma grave en unidades especializadas: mejora el control del asma, la calidad de vida del paciente y disminuye el consumo de recursos sanitarios.

Personal sanitario experto

Por tanto, es fundamental derivar a los pacientes con asma grave a las unidades especializadas dotadas de medios y personal sanitario experto, como medida para mejorar la eficiencia y los resultados obtenidos. En este sentido, la evaluación del asma grave no controlada y su correcto seguimiento requiere de una evaluación sistematizada con la participación de profesionales correctamente formados e integrados en estas unidades acreditadas.

Esto supone un reto en la organización de la asistencia para coordinar las pruebas diagnósticas, las visitas a consulta, el tratamiento con terapias innovadoras y el seguimiento cercano de los pacientes que puedan prevenir o tratar precozmente, en su caso, la pérdida del control.

Teniendo esta visión, nació hace unos años el proyecto a largo plazo del Instituto Nacional de Asma Grave (INAG), auspiciado por GSK. Su objetivo es dar visibilidad a la patología, a todos los niveles y, en definitiva, intentar unir esfuerzos para mejorar la calidad de vida de los pacientes que sufren esta enfermedad. Esta iniciativa pretende involucrar a todas las personas y entidades que son esenciales para conseguir una mejora en el manejo de los pacientes asmáticos, como los médicos de distintas especialidades, enfermería, farmacéuticos, gestores sanitarios, decisores en salud, cuidadores y pacientes.

Plan nacional de asma grave

Una de las iniciativas planteadas por el INAG y promovida por las sociedades científicas y la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA) es la necesidad del desarrollo de un plan nacional de asma grave, adaptado a los servicios sanitarios de las diferentes comunidades autónomas. Este plan sentaría las bases para la optimización de la atención a los pacientes.

Los puntos fundamentales del plan serían:

  • Mejorar la capacitación de los profesionales y reconocer la acreditación de las unidades asistenciales de asma, la investigación como motor fundamental de progreso y la calidad en la atención y eficacia de las intervenciones en salud.
  • Ayudar a la coordinación entre las especialidades y profesionales que intervienen en esta patología, en aras de una auténtica atención multidisciplinar.
  • Conseguir una gestión integrada y eficiente de los recursos y la estructura sanitaria.

En definitiva, se trata de visualizar una patología aún muy desconocida y contribuir a un abordaje holístico para sentar las bases de una mejora en la calidad de la atención prestada a los pacientes.

Referencias

  1. Wood BL, Brown ES, Lehman HK, et al. The effects of caregiver depression on childhood asthma: Pathways and mechanisms. Ann Allergy Asthma Immunol. 2018;121(4):421-427. 4.
  2. González-Barcala FJ, Muñoz-Gall X, Mariscal E, et al. Cost-effectiveness analysis of anti-IL-5 therapies of severe eosinophilic asthma in Spain. J Med Econ. 2021;24(1):874-882
  3. Puig-Junoy J, Pascual-Argente N. Socioeconomic Costs of Asthma in the European Union United States and Canada: A Systematic Review. Rev Esp Salud Publica. 2017:91
  4. Francisco Javier Alvarez-Gutiérrez, Marina Blanco-Aparicio, Francisco Casas-Maldonado, Vicente Plaza, Francisco Javier González-Barcala, José Ángel Carretero-Gracia, Manuel Castilla-Martínez, Carolina Cisneros, David Diaz-Pérez, Christian Domingo-Ribas, Eva Martínez-Moragon, Xavier Munoz, Alicia Padilla-Galo, Miguel Perpiná-Tordera y Gregorio Soto-Campos Documento de consenso de asma grave en adultos. Actualización 2022. Open Resp Arch 4 (2022); 100192.

 

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