Sagrario de la Azuela, gerente del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo (HNP), defiende, en entrevista a EL MÉDICO, que la gestión de los procesos centrados en el paciente constituye la pieza clave para el funcionamiento de una organización excelente dedicada a la salud.
¿Cuáles son los puntos prioritarios de gestión de un hospital como el suyo?
Los aspectos generales de gestión del HNP no difieren de los del resto de hospitales, la calidad técnica y eficacia de la práctica clínica, la gestión del riesgo, la eficiencia en la utilización de los recursos o, en términos de satisfacción, la valoración del servicio prestado serían algunos de ellos. Es un centro público dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha de referencia nacional en el tratamiento de la lesión medular. Somos un centro monográfico comprometido con la salud desde una dimensión tanto asistencial, investigadora y docente, como social.
¿Qué les diferencia?
Lo que nos diferencia, sin duda alguna, es la forma de cuidar y curar al paciente como persona, incorporando como puntos prioritarios en la gestión del centro la dimensión de la dignidad y la humanidad del paciente y de su entorno familiar; el abordaje de la lesión medular desde una perspectiva multidisciplinar, siguiendo el concepto de rehabilitación integral, que incluye aspectos tanto sanitarios como no sanitarios que buscan maximizar la autonomía y el bienestar de la persona, promoviendo la cultura de la normalización, la prevención, la inclusión y la accesibilidad. Cuidamos, enseñamos y preparamos para que se cuiden. El modelo de gestión de servicio del HNP es un claro ejemplo del concepto de salud como estado de bienestar físico, mental y social.
¿Con qué herramientas cuenta?
Con la más importante, con el conocimiento y la experiencia de los profesionales del HNP. Son nuestro mayor valor, los que hacen realidad el modelo. Personal médico y de enfermería, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, técnicos de cuidados, celadores, monitores de deporte, ocio y tiempo libre, científicos y otros muchos perfiles profesionales integran un equipo multidisciplinar y coordinado dedicado a recuperar personas, sostenidos en la evidencia científica, y con criterios de efectividad y eficiencia.
¿Cómo se consigue la excelencia?
La gestión de los procesos centrados en el paciente constituye la pieza clave para el funcionamiento de una organización excelente dedicada a la salud en términos de valor como efectividad percibida, de calidad de vida, en definitiva. La excelencia en salud consiste en ofrecer al paciente lo que como persona necesita, en el momento preciso y de la forma más adecuada. Forma parte de un trato de excelencia el que el paciente se sienta acogido, escuchado, comprendido, seguro, cuidado.
Y, ¿desde el punto de vista clínico?
Desde el punto de vista clínico, la excelencia es una estrategia para asegurar una atención cualificada con garantía de calidad y seguridad, que debe incluir los abordajes clínicos actualmente más eficaces, evitando en todo caso prácticas de sobrediagnóstico y de sobretratamiento. Para esto, es fundamental tener un cuerpo de profesionales bien formado, expertos en su área de conocimiento, en nuestro caso, en los problemas de la lesión medular que son múltiples, y con capacidad para tomar decisiones. La lesión medular requiere de una atención integral y multidisciplinar. El reto actual es llegar a una Medicina Personalizada capaz de aplicar nuevas terapias tan pronto estén disponibles, ya sean de desarrollo propio o en otros centros.
En este sentido, ¿qué importancia tiene la investigación?
La investigación es prioritaria, pues permite avanzar en el tratamiento de un problema sin solución hasta el momento, como es la lesión medular. La investigación que realizamos en el HNP cubre áreas básicas, clínicas y traslacionales. Muchas líneas de investigación básica se realizan a partir de muestras de pacientes, la investigación clínica trabaja directamente sobre aspectos concretos del paciente y la investigación traslacional pretende llegar al paciente a partir del conocimiento obtenido en modelos experimentales.
¿Disponen de alguna unidad específica de investigación?
Los tratamientos aplicables al paciente siempre se deben sustentar en resultados y en el conocimiento obtenido a partir de la investigación. Disponer de una unidad específicamente dedicada a la investigación en lesión medular es muy importante. Parte de nuestra misión es dirigir recursos y esfuerzos para que los resultados obtenidos en el laboratorio estén a disposición de los clínicos y poder así plantear ensayos clínicos en los pacientes.
¿Cómo se gestiona el binomio investigación-excelencia?
Los recursos que el hospital destina a la actividad investigadora constituyen una inversión que va mucho más allá del trabajo en un laboratorio. La aplicación de los resultados obtenidos, la difusión del conocimiento generado en diferentes áreas científicas, las redes nacionales e internacionales de colaboración, la cooperación con instituciones académicas, la colaboración público-privada o la diseminación de los avances a la sociedad conforman el binomio investigación-excelencia.
¿Cuáles son las fortalezas de su centro?
Las podríamos resumir en liderazgo a nivel nacional e internacional: marca HNP, la capacidad para establecer colaboraciones con otras instituciones y organizaciones del ámbito público y privado, ser un centro con alto potencial de impacto en opinión pública, disponer de un equipo multidisciplinar de profesionales expertos, binomio actividad asistencial-actividad investigadora, servicio y formación a cuidadores, y dimensión integral de la asistencia.
Y, ¿las debilidades?
Entre las debilidades están la competencia con necesidades de hospitales generalistas del servicio de salud, la capacidad de atraer profesionales ya formados en lesión medular y la ausencia de una adecuada política de protección y explotación de los resultados de la actividad de investigación, retorno de la actividad de I+D+i.
¿Es importante que el clínico se implique en la gestión?
La implicación de los profesionales clínicos en la gestión es clave para la transformación de la estructura organizativa y la mejora de los resultados del sistema, en términos de eficiencia. Su papel no puede limitarse al desarrollo de la actividad asistencial, su implicación en la organización de los procesos, la planificación y la gestión de personas y recursos materiales es muy importante. Es incuestionable la necesidad de que el profesional asuma responsabilidad en la planificación y gestión de los recursos de su propia práctica clínica.
¿Cómo valora las unidades de gestión clínica de los centros sanitarios?
Con el fin último de mejorar la calidad y la eficiencia de los procesos clínicos, la creación de unidades de gestión clínica constituye un proceso de rediseño organizativo que conlleva descentralizar las decisiones y dotar a las unidades asistenciales de la capacidad e instrumentos para planificar y gestionar su actividad. Creo sinceramente que hay bastante unanimidad sobre la “bondad” de un modelo organizativo diseñado bajo la premisa de implicar en la gestión de su actividad a los profesionales responsables de practicarla. Pero un planteamiento teórico tan evidente, con tímido apoyo normativo, debe entrañar una verdadera dificultad ejecutarlo cuando no hemos sido capaces de generalizar su implantación en nuestras organizaciones. Las unidades de gestión clínica son, como la carrera profesional o la productividad variable, una oportunidad de mejora poco aprovechada.
¿Cómo se ha gestionado su hospital en estos dos últimos años?
La pandemia nos llegó como a todos, sin esperarla, pero a diferencia de los demás, el hecho de ser un hospital monográfico en el tratamiento de personas con lesión medular que no dispone de servicio de urgencias, tuvimos más capacidad de organización y planificación. Hemos seguido en todo momento recibiendo ingresos de pacientes en fase aguda, tanto en hospitalización como UVI, suspendimos en la primera ola las revisiones con ingresos y las consultas externas, y conseguimos, hasta la fecha, lo más importante: aislar y atender sin complicaciones clínicas importantes los casos diagnosticados. Lo más duro, sin duda, el confinamiento en sus habitaciones que durante meses, y alejados de sus familias, sufrieron nuestros pacientes. Lo más valorado, el trabajo y dedicación de los profesionales.
¿Tuvieron que ampliar la asistencia para enfermos COVID?
Como consecuencia de la presión asistencial del área de Toledo y ante la necesidad de reforzar sus recursos, tuvimos que hacer hueco para asistencia COVID a tres unidades de hospitalización, 90 camas, y una UVI, 16 camas del Complejo Hospitalario de Toledo. Asimismo, ha sido necesario también ingresar en nuestras unidades de hospitalización pacientes geriátricos y de cuidados paliativos. Actualmente, manteniendo las medidas de seguridad generales de uso de mascarilla y distanciamiento, hemos recuperado la normalidad de nuestra actividad y estamos al cien por cien.
¿Qué se ha aprendido de la gestión en esta crisis sanitaria?
La crisis sanitaria nos ha dado lecciones importantes, pero tengo mis dudas sobre si hemos aprendido lo suficiente. Entre otras, hemos visibilizado los límites de nuestra capacidad, sufrido la dependencia externa en el suministro de recursos básicos y experimentado la gestión en situación de “guerra”. La crisis sanitaria ha dejado claramente de manifiesto la capacidad y compromiso de sus profesionales y ha evidenciado que el cambio en nuestras organizaciones responde más a una necesidad de adaptación a corto plazo a una situación imprevista de emergencia, que a una evolución planificada del sistema.
¿Hacia dónde se dirige la gestión?
Para entender hacia donde se dirige la gestión es necesario tener en cuenta aspectos claves del actual escenario, identificar los principales retos a los que nos enfrentamos, que no es nada nuevo ni diferente a lo que llevamos hablando y escuchando desde hace años: situación económica, envejecimiento progresivo de la población, cambios en el patrón de las enfermedades, aumento de enfermedades crónicas, pacientes informados y exigentes, desarrollo acelerado de la tecnología, falta de médicos y enfermeras, entrada de nuevos actores, crecimiento del gasto sanitario o dificultades para la sostenibilidad del sistema.
¿Qué líneas se deben seguir?
Dicho esto, es razonable pensar que la gestión debería dirigirse a dar respuesta a estos retos. Conceptos claves de los que hablaremos al referirnos a la gestión clínica: atención sanitaria basada en el valor, Medicina Personalizada, escuchando más lo que dicen los pacientes, contando con su experiencia y compartiendo decisiones. En definitiva, participación más activa del paciente en su propia salud, formación de los pacientes, su familia y cuidadores en el manejo de condiciones y síntomas, trabajo en equipos multidisciplinares, nuevas formas de inversión colaboración público-privada, gestión integrada de servicios para garantizar la continuidad asistencial, estratificación de pacientes, programas de atención domiciliaria, con programas específicos a la atención geriátrica a todos los niveles, digitalización de servicios, seguimiento de enfermedades y tratamiento desde el domicilio, robótica.
¿Qué papel tienen las TIC en esta evolución?
Fundamental, no se podría entender ni atender sin ellas. Cada vez contamos con mayor información, con menos tiempo para analizarla y los sistemas de información tradicionales no están dotados de la flexibilidad necesaria para facilitar un entorno de toma rápida de decisiones. Por estos motivos, los departamentos de las TIC se encuentran con peticiones urgentes, continuas y descoordinadas de información. Los sistemas Big Data, basados en el análisis de gran volumen, alta variedad y velocidad de datos mediante formas innovadoras y rentables de procesamiento, utilizados en salud digital constituyen un instrumento clave para mejorar la comprensión y la toma de decisiones.
¿Con qué medios más se cuenta?
Los registros electrónicos de salud, registros médicos electrónicos, la telemedicina, los datos de TI de salud del consumidor, la asistencia sanitaria virtual, los sistemas de salud móvil, las apps móviles enfocadas a mejorar hábitos, conectar con otros pacientes y profesionales o gestionar enfermedades crónicas están marcando claramente el camino hacia donde se dirige la gestión de los sistemas de salud. Cada vez más se pueden encontrar aplicaciones relacionadas con la salud y los centros asistenciales y profesionales están incluyendo estas herramientas en sus prescripciones médicas. Además, en la red también se ha extendido el uso de las redes sociales, de las comunidades específicas para pacientes y de foros donde personas enfermas, familiares, cuidadores y profesionales sanitarios comparten dudas, experiencias y consejos.
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