“No podemos pensar solo en COVID”, subrayó el cardiólogo, González Juanatey, en coincidencia con el resto de los expertos participantes en el encuentro organizado por la consultoría de salud SI-HEALH, con el apoyo de Sanofi.
El evento digital versó sobre la ‘Gestión de enfermedades no-COVID durante y después de la pandemia’, poniendo el foco en enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Las personas con enfermedades no-COVID están sufriendo importantes retrasos en el seguimiento de sus patologías durante la pandemia. “Esto se podría considerar inevitable en una primera ola Covid, pero no lo es en una segunda”, recalcaron los expertos. Por ello, es importante aprender y compartir rápidamente experiencias de cómo se están gestionando estos pacientes durante el confinamiento y el desconfinamiento. “Complementariamente, es necesario explorar juntos cómo gestionar estos pacientes en la era post-COVID, para sugerir mejoras”, indicaron.
Incidieron en que hay que transitar hacia un modelo más proactivo, conectado, más integrado y poblacional para poder ofrecer continuidad de cuidados a ese tercio de la población española con una o varias enfermedades crónicas.
Líderes profesionales
La forma de gestionar a esos pacientes no ocurre por auto-regulación del sistema por sí mismo. “Es necesario conducirlo en esa dirección con un método de cambio. Esto depende en gran medida del ámbito de los mesogestores y líderes profesionales de la salud de quien depende también lograr mejoras organizativas y no solo mejoras clínicas”, explicaron.
Francisco José Pomarés Gómez, catedrático del Plan para la Asistencia Integral al paciente con diabetes en Valencia, se refirió a lo sucedido con la gestión de la diabetes durante los meses más duros de la pandemia. Reconoció las limitaciones de acceso a los centros sanitarios que tuvieron estos pacientes. “Faltan más de 400.000 por diagnosticar”, señaló.
Para el endocrinólogo del Hospital Universitario San Juan de Alicante, “la pandemia lo eclipsó todo, pero cuando pase nos encontraremos con grandes secuelas en la patología clínica”.
Valencia cuenta con 24 departamentos de salud y, tal como subrayó Pomarés Gómez, los hospitales que disponían de controles metabólicos mejores sortearon bien la crisis sanitarias, y las consecuencias del COVID en estos pacientes fue menor”.
La diabetes
La diabetes se asocia a muchas complicaciones que conlleva una mayor estancia en los centros hospitalarios, motivar más mortalidad, “por ello en estos momentos es una patología que tenemos que seguir atendiendo”,
En su opinión, hay que poner el foco en la calidad de vida de estos pacientes, “una persona con diabetes tiene 4 veces más riesgo de muerte cardiovascular, de ceguera, amputaciones en las extremidades, con lo que supone para la persona y el sistema público de salud”.
Consideró que para valorar lo que precisan los diabéticos hay que sentarse con ellos y ver sus necesidades y poner el foco en ellos. “Hay que trabajar en la prevención y el acceso a la medicación, al tiempo que facilitar el autocontrol en la educación terapéutica para los cuidados.
Abogó por estrategias de coordinación entre la AP y la hospitalaria y por aprovechar al máximo las nuevas tecnologías, “para controlar a estos pacientes y buscar circuitos más allá del COVID para ellos”.
“Esta será una tarea de todos: pacientes, del centro, clínicos, gerencia; se trata de buscar un modelo integrado para dar respuesta a las necesidades de ahora”.
Equipos integrados
Los clínicos, tanto hospitalarios como de AP, que pueden liderar el manejo de la diabetes, “necesitamos el apoyo de los gestores para que nos provean de una ruta asistencial. Si no hay objetivos apoyados por las gerencias será difícil sacarlos”.
“No visualizo una mejora del sistema solo con los clínicos; precisamos también a los gestores que son los facilitadores y no pueden estar ajenos a la realidad”.
Pomarés Gómez sostuvo que las nuevas tecnologías han posibilitado nuevos circuitos de comunicación, “hay que priorizarlos para dar respuesta rápida a ciertos pacientes, aunque otros necesitan distintas respuestas”.
Apuntó que en esta pandemia a los clínicos se les ha dado más libertad para tomar decisiones, “los profesionales fueron apoyados; creo que hay que liberarles desde la base y apoyarles desde arriba”.
Comentó que es preciso que se despoliticen las políticas sanitarias. “Mi experiencia es que el buen político es el que se sabe asesorar por los que saben”.
Gestión clínica
José Ramón González Juanatey, jefe de Cardiología del Hospital Universitario de Santiago de Compostela, se refirió en el encuentro a la necesidad de mejorar la gestión clínica desde el liderazgo.
El catedrático fue contundente al señalar que “no podemos pensar solo en el COVID”. Además, insistió “en que no debemos permitir que sea la excusa para que la asistencia en Cardiología y Oncología sea de segundo nivel”.
El cardiólogo apostó por implementar sistemas de excelencia asistencial. “De repente, en la pandemia los infartos desaparecieron”.
Lo que sucedió es que de los 10.000 que se producen cada mes, solo fueron a consulta la mitad. “Llegaban con mucho retraso y muy complejos. En Cardiología el impacto es inmediato, pero en el cáncer será en diferido”.
Explicó la situación privilegiada de Galicia por anticiparse al resto del Estado en la puesta en marcha de nuevas modalidades de gestión y espacios de telemedicina para mejorar la eficiencia, “desde la perspectiva de medir los indicadores de salud”.
Puso en valor la historia clínica digital universal, la mejor herramienta para innovar en gestión “Ya en 2008 nos dimos cuenta de que podíamos resolver los problemas de los pacientes de manera no presencial; en 2012 pusieron la herramienta en Santiago”.
La E-consulta
Con las nuevas tecnologías, los médicos de AP atendían las dudas de los pacientes y si podían las resolvías o derivaban al paciente para una consulta presencial. “Las listas de espera bajaron drásticamente. Hasta un 30% de las derivaciones no eran presenciales y la espera para la primera consulta era de 5 días”, explicó.
Sin embargo, lo realmente importante con una E-consulta fue que se redujeron las urgencias, las hospitalizaciones y la mortalidad. “Nos hemos concentrado en los pacientes más complejos y los otros han sido atendidos por la historia clínica electrónica”. Porque, remarcó, introducir telemedicina dentro de la gestión ambulatoria impacta favorablemente en el control de los pacientes.
Indicadores locales
González Juanatey explicó con vehemencia que para mejorar los resultados en salud hay que medirlos, “pero hacerlo a nivel local; no hay que tener miedo a los indicadores de los resultados en salud”.
Se trata de identificar los mejores resultados. “En Santiago se miden 111 indicadores para poner a nivel local las iniciativas necesarias para mejorar la salud de nuestros pacientes; por eso, la medición debe ser también a nivel local”.
Según el cardiólogo, la pandemia les ha permitido desarrollar un nuevo proyecto de gestión, con sus herramientas. “Intentamos evaluar sus indicadores de resultados, periódicamente nos comparamos y vemos qué oportunidades de mejora tenemos”.
En la situación actual de crisis sanitaria, para este especialista la hospitalización más que nunca es una oportunidad par optimizar el diagnóstico y el tratamiento del paciente antes de darle de alta.
“A todos los pacientes que salen del centro les hacemos un seguimiento de dos meses; son las hospitalizaciones extendidas, donde se familiariza con el cardiólogo y la enfermera que sabe lo que precisa el paciente e implementará el tratamiento”.
La telemedicina
Para Juanatey, el paciente es un continuo; la atención ambulatoria, donde intentamos utilizar las herramientas a nuestra disposición, “la joya es la historia clínica electrónica única con acceso universal. Y estamos reflexionando cómo introducir aspectos de telemedicina dentro del proceso asistencial”.
Así han pasado de 500 pacientes semanales presenciales a menos de 150, “pero con la premisa de garantizar la continuidad asistencial. El filtro son las E-consultas, la videollamadas y la teleconsultas y, por último la consulta presencial”.
Asimismo, comentó la necesidad de garantizar que los procesos sean multidisciplinares y trasversales, destacando el proyecto Telecardiochus, un sistema local desarrollado en Santiago de Compostela en colaboración con DUEs, médicos de AP y cardiólogos, que persigue la optimización del diagnóstico y tratamiento de los pacientes tras el alta hospitalaria, garantizando la continuidad y la calidad asistencial.
Señaló la importancia de actualizar los modelos de gestión asistencial no presencial, garantizando no solo la seguridad, sino también la calidad asistencial en la atención de los pacientes cardiovasculares.
Por su experiencia, insistió en que los jefes de servicio cuentan con gran autonomía de gestión. “Que nadie piense en los gestores para ello. Como no exista un liderazgo profesional local, no hay nada que hacer”.
En su opinión, hay mucha gente obsesionada con que los cambios en salud sean muy macros, a nivel global, estatal. “Al menos en Cardiología esos cambios no valen. El liderazgo clínico local es el que funciona.
Cánceres, infartos
“No creo para nada en el paraguas global; que nadie piense que la transformación que precisa el SNS vendrá de cambios transversales; las experiencia de éxito son las que se hace a nivel local, si no se tiene en cuenta el esfuerzo no habrá merecido la pena”.
Como muchos de los clínicos, el cardiólogo sostuvo que a los políticos parece importarles solo el COVID, “no que queden la mitad de los cánceres sin diagnosticar y que solo lleguen a consulta la mitad de los infartos”.
Sobre los fondos europeos que irán a Sanidad, Juanatey confía en que sirvan para mantener una Sanidad pública de calidad y que “vayan a iniciativas con cara y ojos a proyectos locales y que no sirvan para edificios, máquinas, porque no son las que mueven la Sanidad”.
Concluyó en el necesario liderazgo de los profesionales, “porque los gestores son facilitadores de cosas, pero no líderes”, recalcó.
No tengo confianza en que haya sistemas macro que promuevan muchos nuevos cambios “y tengo el miedo tremendo que lo ganado por liderazgo clínico lo perdamos y volvamos a una medicina de resultados en los últimos 30 años”, resumió.
Fondos europeos
Rafael Bengoa, codirector del Instituto para la salud y sus estrategias,(SI-HEALH) y exdirector de sistemas de salud de la OMS, se refirió a los 140.000 millones que España recibirá de los fondos europeos, de los que gran parte irán a Salud pública. “Nunca volveremos a recibir tal cantidad, por lo que hay que hacer un uso estratégico del dinero”, dijo.
Para Bengoa, los resultados de los indicadores en AP de enero a abril reflejaron que los pacientes, en este caso con diabetes y Cardiología, todos sufrieron por la pandemia. “El impacto de los retrasos de la asistencia están por ver”.
El COVID ha sido un acelerador del cambio de actuación de los clínicos, la Enfermería, de la desestigmación de lo digital, ha provocado más innovación, “menos burocracia de los recursos humanos”.
El exasesor de la OMS comentó que si esto sucedió durante la pandemia y salvó vidas fue “porque se dio más libertad a los clínicos, con menos intervención desde arriba”.
Es importante ver si eso ha ocurrido durante la pandemia y ha funcionado y ha salvado vidas. Si es así ha sido porque se ha dejado a los clínicos más libres, con menos intervenciones desde arriba. Con ello se pudieron hacer grandes cosas en salud”.
Bengoa, en coincidencia con Juanatey, piensa que si se otorga más liberad a los profesionales para hacer cambios, eliminas barreras a la innovación y se ha podido hacer. “El dilema es que no hay ese cambio cultural porque no todas las organizaciones lo han podido hacer”.
Empoderamiento de los sanitarios
“Ha funcionado el empoderamiento de los profesionales a nivel local, luego debe quedarse para siempre. Supone ejercer un liderazgo inclusivo desde arriba”.
“Hay que innovar, avanzar en el liderazgo colectivo. Cuando hacemos participar a los profesionales, cuanto más participación buscamos desde la gestión con los profesionales mejoran todos los indicadores. Cuando se permite que los profesionales puedan hacer más que sus trabajos”.
Bengoa apostó por avanzar en el liderazgo colectivo. “Cuando más contamos con los profesionales son mejores los indicadores en salud”
Así citó que un 5% de trabajo en equipo suponen 40 muertos menos. “La trayectoria del enfermo sufre mucho de esa falta de trabajo en equipo”.
Puso de ejemplo la diabetes, donde el 19% de los pacientes tienen mal controlada su enfermedad. “Necesitamos una actividad integrada; lo hecho hasta ahora no sirve”, señaló.
Lecciones aprendidas
En opinión de Bengoa, la transformación de las organizaciones no depende de los grandes gestos políticos, sino de la participación de médicos, la Enfermería y el personal. “Es preciso que los médicos asuman el control de mejoras.
Bengoa no se olvidó de citar la mortalidad que se produjo en las residencias durante la pandemia. “El 50-60% de los fallecimientos fueron allí. Ocurrió porque no estábamos bien conectados con los servicios sociales”, lamentó.
Se mostró partidario de consejos asesores externos e independientes para Sanidad. Hace falta, apostilló, ir creando un sistema que esté continuamente evaluando la Sanidad para que las decisiones no estén “todas en manos políticas”.
Insistió en que el año 2021 no solo tiene que ser el año de vacunar contra el COVID. “Debe ser el año no-COVID; hay que retomar la pruebas perdidas; la forma de avanzar es compartiendo las experiencias, las buenas prácticas no-COVID que han funcionado”.
Por ello, “hay que llevar la palabra colaboración también a los gestores y clínicos para que trabajen juntos en modelos colaborativos y no tan jerárquicos”, sentenció.
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