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martes, 8 de septiembre de 2020

La falta de adherencia continúa siendo la mayor barrera en la prevención secundaria

Los pacientes que no llevan un correcto cumplimiento terapéutico son un gran problema para el conjunto de la Sanidad, tanto por gasto de recursos como por tiempo requerido, y también un gran problema para ellos mismos, puesto que empeorará o no mejorará como debería. Esto además conllevará un doble problema de posibles dificultades para trabajar, para el autocuidado que incluso puede llevar al paciente a depender de cuidadores, para el estado de ánimo y motivación del paciente, etc.

La falta de cumplimiento también tiene consecuencias en el personal sanitario que le atiende, ya que supone una sobreutilización de los recursos y un desgaste de los profesionales.

El sistema sanitario también sufre las consecuencias de la falta de cumplimiento terapéutico, ya que se requieren más recursos para solucionar posibles problemas de salud del paciente “incumplidor” y necesita contratar más horas de personal sanitario que se han mal utilizado en un paciente que no ha podido aprovechar bien su apoyo.

Adherencia al tratamiento

Para hacer frente a esta situación es importante llevar a cabo una correcta estrategia para conseguir una buena adherencia al tratamiento. La mejor opción es utilizar fármacos potentes y en combinación, puesto que tener el LDL en objetivo es fundamental para controlar la progresión de la enfermedad de pacientes con máximo riesgo cardiovascular.

Unas pautas que pueden ayudar pasan por simplificar la prescripción, la dosis o el número de tomas; el uso de recordatorios o alarmas para las tomas; formaciones didácticas, asociaciones pacientes, grupos con referentes de la patología; disponer de un apoyo social y familiar para que el paciente mejore su adherencia, y tener el apoyo de las oficinas de farmacia a través de las dosificaciones de los pacientes.

Empoderar al paciente

Para lograr una correcta adherencia es importante empoderar al paciente con una buena información sobre su enfermedad y de las consecuencias que se pueden derivar de unos parámetros altos de LDL. Hay que tener en cuenta que el colesterol alto es asintomático. Los pacientes pueden tener una tendencia a pensar que la estatina no es fundamental para el buen control de su enfermedad. Dieta, ejercicio y LDL por debajo de 55 van de la mano para un buen control de su enfermedad y lo más importante para no tener nuevos posibles eventos.

En este contexto, es necesario recordar que la falta de adherencia continúa siendo la mayor barrera en la prevención secundaria, se ha mejorado pero todavía hay un campo muy amplio de mejora.

Ventajas de la combinación

Las últimas guías de dislipemias de la Sociedad Europea de Cardiología destacan la importancia de la reducción de los niveles de LDL, inferior a 55 mg/dl, en pacientes con eventos recurrentes. Para alcanzar este objetivo, en ocasiones es necesario recurrir al uso de estatinas a máximas dosis. En pacientes con alto y muy alto riesgo cardiovascular suele ser necesaria la combinación de dos fármacos para conseguir la disminución de LDL con dosis más bajas por efecto sinérgico y con posologías más cómodas, lo que permite un mejor cumplimiento terapéutico, mejores objetivos, evita errores de medicación, disminuye los efectos secundarios y reduce los gastos.

Situación COVID

En estos  momentos de COVID es recomendable iniciar con dosis combinadas de estatinas potentes con ezetimiba, ya que si en el seguimiento a las cuatro semanas después del evento cardiovascular se alcanzan los objetivos que marcan las nuevas Guías Europeas de Cardiología y se cumple la premisa de que cuanto antes mejor y de que cuanto más bajo esté el LDL mejor, se puede mejorar la prevención secundaria.

El principal criterio médico para indicar combinaciones fijas es tener un paciente con varias patologías que ya está tomando varios comprimidos por separado.

Simplificación de la pauta

Así, los beneficios que se pueden esperar de una terapia de combinación fija en el grupo de pacientes adherentes es la simplificación del régimen terapéutico, que favorece la adherencia a largo plazo, sobre todo en pacientes polimedicados o en aquellos que presentan dificultades de comprensión. Además, las terapias en combinación fija reducen los costes de producción y distribución y hacen más asequible el tratamiento. Por ello, son el tratamiento de elección en dislipemia para alcanzar los objetivos de reducción de los niveles de LDL cuando no se consiguen con dosis altas de estatina.

Estilo de vida

Además de la dieta y la modificación del estilo de vida, es fundamental para alcanzar los objetivos terapéuticos la utilización de fármacos hipolipemiantes, y la combinación de rosuvastatina y ezetimiba permite realizar una sola toma, lo que favorece el cumplimiento del tratamiento, tan importante en los pacientes de alto y muy alto riesgo. Las combinaciones fijas están cada vez más presentes en la prescripción sobre todo en este tipo de pacientes. La combinación de rosuvastatina y ezetimiba es segura y eficaz, además permite no llegar a emplear dosis máximas de estatinas y así evitar el riesgo de los efectos adversos.

Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores Cristobal Navas Navas, Alicia Taboada Duro y Teresa Poblet Farres; los cardiólogos Pere Álvarez García y Jany Rodríguez Londres, los endocrinólogos Javier Oliva Bielsa, Abelardo De Unzueta Merino y Ariadna Lloveras Rubio, y la médico de Familia Elena María García Feria, de Barcelona, y Juan Antonio Muñoz Gómez, Juan Antonio Muñoz Gómez, Eloi Martínez Isern y Peter Uneken, de Torredembarra, Tarragona.

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